Es algo extraño, finalmente tener la oportunidad de experimentar el mundo por lo que realmente es, reclamar cada día para ella y nadie más. Se siente como un árbol joven que sale de un largo invierno, con la corteza endurecida desprendiéndose para r...
Fanny le lanza una mirada que comunica claramente que piensa que Yelena es una idiota antes de volver a devorar sus macarrones con queso a toda velocidad. Yelena suspira, hurgando en su propio tazón y contemplando los eventos de los últimos días.
La tarea de matar a Clint Barton no salió como ella esperaba, pero cree que tal vez sea lo mejor. Natasha probablemente habría estado más que un poco irritada con ella si hubiera matado al arquero idiota, y aunque todavía hay una pizca de ira plantada en lo profundo de su pecho por el hecho de que Clint pasó mucho más tiempo con Natasha, que él podría haber tenido cinco años con ella durante el chasquido y desperdiciarlo; ella sabe que su mano no le hará más daño.
Sin embargo, Clint está lejos de ser la parte más interesante de la misión. Ese honor es para Kate Bishop.
Kate Bishop, que es tan completamente refrescante e inesperada, que carece gravemente del departamento de platería y se enfrenta al tráfico para salvar a los perros, que no parece tener el menor miedo de Yelena aunque probablemente debería tenerlo. Kate podría no ser una asesina digna de usar el disfraz de Ronin, pero tiene un peligro propio que no radica en sus habilidades con el arco y la flecha, o en sus (pasables) habilidades de combate cuerpo a cuerpo.
No, lo realmente peligroso de Kate es que hace que Yelena quiera romper todas sus reglas de no acercarse a otras personas, de no encariñarse. En el lapso de veinticuatro horas, Yelena ya había invertido lo suficiente como para enviarle un mensaje de texto a Kate sobre que Eleanor Bishop estaba detrás del ataque a Clint, un mensaje que Yelena sabe que no debería haber enviado en absoluto, pero no se arrepiente ni por un segundo.
Hay algo en Kate que atrae a Yelena como si fuera una luna en órbita, atrapada por la atracción gravitacional de los esperanzados ojos azules y la suficiente sinceridad para robarle el aliento. Si tuviera algún sentido de autoconservación, tomaría a Fanny y se iría ahora, iría a otro lugar y evitaría cualquier cosa que tuviera que ver con Kate por un tiempo hasta que pudiera descubrir cómo dejar de preocuparse tanto por la otra chica.
En lugar de eso, saca su lista y golpea pensativamente su bolígrafo en la comisura de su boca antes de agregar una nueva línea con tinta morada.
(Es una coincidencia total que ella tenga un bolígrafo morado en este momento, pero piensa que tal vez sea algún tipo de señal del universo).
Ella pone un signo de interrogación después del nombre de Kate solo para tratar de que sea menos obvio la rapidez con la que Kate ha logrado insertarse en la vida de Yelena, pero sabe que es un esfuerzo inútil. Con signo de interrogación o no, tiene la sensación de que Kate Bishop será más que una presencia pasajera en su vida, y solo le preocupa un poco darse cuenta de que está más que de acuerdo con eso.
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