Es algo extraño, finalmente tener la oportunidad de experimentar el mundo por lo que realmente es, reclamar cada día para ella y nadie más. Se siente como un árbol joven que sale de un largo invierno, con la corteza endurecida desprendiéndose para r...
"Eso es horrible", dice Natasha suavemente, viendo como Yelena vuelca media botella de salsa picante en su pizza. Están sentados en una mesa en la parte trasera de un restaurante, sus caminos se cruzaron durante una sola noche entre la liberación de Widows y la huida del gobierno.
"¿Qué? ¡Es delicioso!" Yelena sacude la botella por última vez antes de admirar el pequeño charco de salsa picante que ahora cubre la superficie de su pizza.
"No sabía que la Habitación Roja también había comenzado a eliminar las papilas gustativas", murmura Natasha. El comentario provoca una risa desde lo más profundo del pecho de Yelena, y niega con la cabeza.
"No, aunque eso sinceramente hubiera mejorado las raciones que nos daban."
Con cuidado, dobla su porción de pizza por la mitad, inclinando los lados para tratar de evitar que se escape la salsa picante mientras le da un mordisco. Un poco gotea sobre la mesa a pesar de sus mejores esfuerzos, y Natasha hace una bola con una servilleta y se la arroja, haciéndola rebotar en su frente. "Eres ridículo."
"Sí, bueno, me gusta. Al menos no soy un monstruo comiendo comida aburrida sin condimentar".
Natasha hace una mueca, pero cuando Yelena se despierta a la mañana siguiente y descubre que Natasha ya se ha ido, el dolor se alivia cuando ve una botella de salsa picante verde neón en el mostrador con una nota que dice Para torturar a tus papilas gustativas restantes.
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