Mi nuevo hogar

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Ahí estoy yo, con el corazón roto, recién titulada; y más sola que la una en una isla de ensueño. Lo tengo claro, voy a disfrutar. Cojo el primer taxi que veo y me dirijo al que va a ser mi hogar durante las próximas dos semanas.

El taxista, un hombre de unos sesenta años, medio calvo y con olor a licor de hierbas me explica alguna que otra cosa sobre la isla. Medio chapurrea el castellano y más o más nos entendemos.

- ¿Primera volta en San Gabriel sul mare?

-Sí.

-Le recomiendo que visite la vieja basílica, si trova nel centro della città. Date di epoca romana

-Genial... ¿Y no sabrá algún sitio donde se coma bien verdad? ¿Mangiare? -pregunto, yo que lo único que quiero es hincharme a comida y vino.

-Sí, sí. Ristorante Graña. Il miglior pescado- dice mientras pone los dedos a lo italiano.

La verdad es que nos ha costado la vida poder venir de vacaciones a esta isla. Son muy escrupulosos con el turismo, solo permiten que vengan mil personas al año. Nos hicieron rellenar un cuestionario de cien preguntas para poder ser unos de los elegidos. Es más difícil que entrar en la NASA.

Nos detenemos frente a la casa, ¡joder, menuda pasada! Rodeada de pinos y cipreses, una masía de piedra de estilo rústico completamente renovada. No me la imaginaba tan grande. Solo de pensar que tengo que dormir sola en este mastodonte me da algo. Espero no escuchar ruidos raros o que no esté habitada por almas en pena de antiguos inquilinos porque me voy a dormir a la playa, fíjate lo que te digo. El taxista me ayuda a descargar la maleta y me dirijo hacia la entrada.

En la entrada, encuentro el buzón donde supuestamente tendrían que estar las llaves de la casa. Digo supuestamente porque no están... No sé si en otra vida era un soldado de las SS, pero si es así el karma me está jodiendo de lo lindo.

Escribo por el grupo de Whatsapp a ver si saben algo al respecto.

                                                                                                                                                        Martina

                                                           <<acabo de llegar, estoy delante de la casa, las llaves no están en el                                                                                                                                                            buzón...>>

Fer

<<No jodas>>

                                                                                                                                                      Martina

                                                                                                                                                    <<sí jodo>>

Paula

<<Un momento voy a preguntar a los de la agencia>>

Aitana

<<envía alguna fotooooo>>

En eso estoy pensando yo, en hacer fotos. Cojo el móvil, saco el dedo corazón frente a la cámara y me hago un selfie sonriendo.

                                                                                                                                                     Martina

                                                                                                                                                    <<Imagen>>

Fer

<<JAJAJAJAJ>>

Aitana

<<Serás puta...>>

Paula

<<Me comentan que está abierta la valla, están los de mantenimiento>>

Bajo la manilla hacia abajo y la verja metálica se abre. Menos mal porque juro que si llegan a hacerme esperar incendio la jodida isla. Me encuentro a los de mantenimiento arreglando el jardín. Los saludo, pero no obtengo respuesta, ni si quiera se dignan a mirarme. En fin, entro en el interior de la vivienda y...flipo en colores, es una puta pasada. Engancha a primer golpe de vista. Caigo rendida sin remedio ante el encanto del salón, y el comedor...Quisiera comer cada día en él, las vistas que tiene al mar me hacen por un momento olvidarme de lo mal que estoy. Hay flores por toda la casa, lo que le da un toque más campestre, además de llenarla de frescor y color. El mobiliario es sencillo, pero a la vez elegante, maderas patinadas en blanco en mesa y sillas. Se respira naturalidad y frescor.

Recorro la casa en busca de la habitación más grande y con mejores vistas, pasan unos cuantos minutos hasta que doy con ella. Aquí me quedo, además tiene una terraza y lo mejor...un jacuzzi. Cierro la puerta de la habitación; dejo la maleta a un lado y me tiro en la cama. Necesito echarme media horita.

Cuando quiero darme cuenta han pasado cuatro horas y se ha hecho de noche ...Lo primero que hago es mirar el móvil, no han parado de escribir por el grupo.

Paula

<<cómo vas???>>

Fer

<<no das señales de vida, te lo estarás gozando...>>

Aitana

<<hay algún italiano buenorro por allí?? (emoji fuego)>>

Fer

<<eso, eso, queremos saber cómo está el ganado>>

Paula

<<por cierto, hoy no he parado de potar>>

Aitana

<<yo no he levantado el (emoji melocotón) del (emoji wc)>>

Paula

<<XD>>

Martina

<<estoy bien!!!>>

Dejo el móvil sobre la cama y me quito la ropa. Aquí todo es grande, en esta ducha caben por lo menos seis personas. Qué putada que esté sola... El agua caliente resbala por mi cara y baja por mi monte de Venus. Me viene a la mente recuerdos de cuando follaba con Nico en la ducha. Mis pezones marrones se endurecen y no puedo evitar rozarme el clítoris con el rociador. No tardo mucho en correrme.

Me empieza a rugir la barriga, es normal, no he comido nada desde el desayuno. Más me vale que me dé prisa, me vista y salga pitando a investigar por el pueblo porque con la suerte que tengo últimamente capaz de que hayan cerrado cocina.

Tu piel sabe a-mar        (Copyright  765-915026)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora