11. atsiogE

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Cuando regresó al dormitorio del subterráneo, Changbin y Jeongin estaban jugando con unas canicas en el suelo. Ninguno de los reclutas pasó por alto la expresión desolada en el rostro de Seungmin, pero tampoco se atrevían a comentar algo antes de que este fuera quien tomara la iniciativa de hablar.

Dos pares de ojos, pero Seungmin solo podía mirar con resentimiento a uno de ellos.

—Lo sabias todo. —musito con una vibración leve en su voz.

Changbin entendió la situación casi al instante. Jeongin alertaba todos sus sentidos por cada uno de sus amigos sin comprender lo que ocurría entre ellos.

—Minnie, no estás bien. Será mejor que te sientes.

El peli negro ignoró por completo la genuina preocupación de Jeongin y continuó con su atención puesta en Changbin.

No había un punto de escape, no quedaba manera de esconderse entre palabras de respaldo temporáneas. Seungmin necesitaba un motivo, cualquier cosa que le diera el impulso para olvidar todo y seguir con su vida mientras olvidaba al nuevo príncipe.

—Quiero pensar que tuviste una buena razón para quedarte callado, Bin. ¿La tienes?

El castaño tiró las canicas que traía en la mano, cada pequeña esfera empezó a rodar sin rumbo por el suelo hasta que el sonido se frenó y terminaron perdiéndose de vista. Se levantó del suelo, y Jeongin decidió imitarlo para dejarlos solos en la habitación, conociendo las situaciones donde su presencia no era prudente.

Seungmin logró tomar una fuerte inhalación cuando recibió un asentimiento. Al parecer, escucharía un motivo suficiente para continuar dirigiéndole la palabra a su amigo.

—La familia de Hyunjin fue asesinada hace poco —empezó a recitar Changbin, pero él granjero se apresuró a interrumpirlo.

—Unos bandidos entraron a la casa y dispararon. Eso ya lo había escuchado.

Changbin asintió dándole toda la razón.

—No viene de una familia humilde —soltó de golpe, logrando tantear la curiosidad de Seungmin— La familia real era demasiado cercana a los Hwang por ser parte de las familias nobles y entre ellos existía una amistad de años. La reina demostró su lealtad hacia sus amigos cuando decidió encargarse de Hyunjin legalmente después del funeral. —sintió un peso menos cuando terminó de declarar aquello— Tenias razón en cada una de tus conjeturas, pero él no es un jardinero, y tampoco tiene la sangre de un príncipe.

Eso sonaba irremediablemente sincero para Seungmin. El trágico final que tuvo la familia de Hyunjin era lastimosamente cierto, y la participación de la reina Jessica solo ocasionaba cierto nerviosismo en el sistema del granjero. Sin embargo, nada de eso era una excusa por haber engañado a todos los que miraron por él y le dieron un lugar.

Seungmin y los tres mosqueteros || HYUNMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora