Seungmin y los tres mosqueteros || HYUNMIN

9. soliH

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La capital era como un pueblo fantasma por las mañanas. La niebla aún estaba sobre el asfalto y las pocas personas que caminaban por las calles se veían obligadas a usar abrigos o guantes de alguna tela tupida.

Seungmin sabía que el único lugar que podría estar abierto a esas horas era la cafetería del joven Lee, así que cuando visualizo el local, no dudo en tomar la congelada mano de Hyunjin para hacer que siguiera su apresurado trote hacia el lugar donde estaba el desayuno.

-Ni creas que te dejare entrar así - Seungmin se detuvo en seco cuando escucho la agresiva voz del dueño.

Seungmin siguió los ojos de Yonbok Felix cuando este lo miro de pies a cabeza con mala cara, después señalo con el índice el suelo de su cafetería para que el granjero se diera cuenta del desastre de agua que estaba ocasionando por culpa de su ropa empapada.

-Solo es un poco de agua, Lix.-Seungmin intento convencerlo, pero sabía bien que era un tema sin caso.

-Acabo de limpiar, no voy a alimentarte si tienes esas pintas de vago.

Hyunjin miraba la escena sin querer entrometerse. Al parecer, el granjero era lo suficientemente sociable como para tener una que otra amistad rondando por las calles de Leus.

–Entonces, permítanos comer en la acera, respetado doncel. -pidió Seungmin con una chulería diseñada para hacer enfadar a Felix.

-Estás haciendo puntos para que te tire el pan viejo a la cabeza.

-¿De cuál pan? -inquirió el granjero, ocasionando que su amigo terminara cubriéndose los ojos para ocultar su histeria.

-Ya entiendo porque tus padres no te han salido a buscar. Eres insoportable.

A Seungmin se le escapo una risa por el comentario, pero prefirió continuar con el verdadero motivo de su visita.

-Solo tráeme algo, estoy hambriento.

Felix no le respondió nada antes de ingresar al local para comenzar a preparar un par de desayunos para Seungmin y compañía. La verdad era que no podía interesarle menos la razón por la cual el granjero se presentaba tan temprano en su cafetería con la ropa mojada y acompañado del nuevo recluta.

Mientras que Blanca le siguiera pagando igual de bien por alimentar a sus discípulos, a Felix le importaba un comino lo que ocurriera a su alrededor.

Por otro lado, tanto Seungmin como Hyunjin tuvieron que sentarse en el andén que estaba frente al local de Felix. La temperatura comenzó a aumentar de a poco, siendo suficiente para que los cuerpos de ambos reclutas dejaran de temblar, pero lo más seguro es que alguno de los dos terminaría con un resfriado para el día siguiente.

Al poco rato, Felix regresó con el menú preferido de cada subordinado.

- ¿De dónde vienes, forastero? -quiso saber Seungmin mientras probaba su chocolate caliente y miraba las montañas que se asomaban por las casas.