1.☀️ᵈⁱ́ᵃ ʸ ⁿᵒᶜʰᵉ🌙

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Con cada paso que doy en el penal, mis piernas se tambalean un poco más.

Cada instinto dentro de mí me está gritando que me dé la vuelta y corra hacia la salida más cercana.
Aunque no sería fácil escapar, tendría que esperar a que la puerta de acero sea desbloqueada, por no hablar de las otras tres puertas que la preceden.
Después de todo, el objetivo de una prisión es mantener a la gente encerrada dentro.
Estoy encerrado dentro de estas paredes de bloques de hormigón con cientos de delincuentes peligrosos y no hay vuelta atrás.
Vine aquí con un propósito y sabía que sería difícil, sabía que lo haría de todas formas.
Probablemente me tiemblen las piernas toda mi estadía aquí, pero valdrá la pena.
Eso es lo que me dije a mí mismo cuando pedí este favor con un cliente para cumplir con uno de los prisioneros. Y es lo que me dije una y otra vez al conducir a la penitenciaría estatal esta mañana. Tomar posesión de mi miedo, hacer que esta situación aterradora valga la pena.

"Última oportunidad para dar marcha atrás"
Canturrea el guardia por encima del hombro en un tono azucarado, típico acento de Nakhon Phantom
-Algunos de estos hombres no han visto a un chico tan lindo en más de una década. Eres como un hueso que se arroja a una jauría de perros hambrientos, en especial si ellos pueden notar que te gustan los chicos tan a simple vista. -dijo arqueado una ceja.
-Eso es muy halagador, gracias. - murmuro, pasando una mano por el frente de mi camisa de seda blanca para asegurarme de que todos los botones estén seguros.
-Si ellos quieren gritarme cosas obscenas, puedo manejarlo, mientras permanezcan encerrados en sus celdas; mientras me reúno con mi...-Me detengo antes de que pueda decir la palabra padre. -con el Señor Chiva-aree
El guardia tararea, haciendo tintinear el anillo de llaves en su mano.
-Este no es el procedimiento habitual, ya sabes. La gente ve a sus seres queridos encarcelados a través de la partición de vidrio en el centro de visitantes seguro, ellos simplemente no van hacia el área de espera-
-Gracias. Soy consciente de que esto no es lo típico.
- ¿Por qué insistes en hacerlo de esta manera? ¿No tienes miedo?
Por supuesto que tengo miedo. A veces creo que nací con miedo, pero también por mucho tiempo he permitido que mi miedo me gobierne.
Guardándome en una caja he tenido mucho más.
Es hora de superar ese sentimiento... y no puedo.
Tal vez este sea el cierre que yo necesito de dejar el pasado en el pasado.
Llamo a cada onza de valentía en mi cuerpo ahora que el guardia abre la última puerta y me hace un gesto para que entre en la zona de detención de prisioneros.
Hay una ligera vacilación en mi paso antes de aventurarme en el umbral, pero fuerzo mis hombros hacia atrás, mi barbilla hacia arriba, cuando las celdas aparecen a la vista. Cuando los sonidos llegan a mis oídos. Gritos, gemidos, crujido de barrotes, un loco susurro atravesándolo todo.

Vale la pena.

Vale la pena.

Repito internamente. Necesito ver a mi padre tras las rejas. Si lo veo ahí, si lo reconozco y no puede salir, dejará de perseguir mis sueños. Dejaré de mirar por encima de mi hombro cada vez que estoy en el supermercado o caminando por un estacionamiento a mi coche.
Esto es duro, pero necesario.
Mentalmente, ensayo mi discurso para mantener mi mente alejada de mi entorno. O intento ensayarlo, de todos modos, se vuelve casi imposible concentrarse cuando me llega el olor.
Hombres sin lavar.
Inmundicia.
Comida podrida.
Es tan abrumador, contengo el impulso de lanzar el brazo contra mi cara para taparme la nariz.
El guardia se ríe de mi expresión. -Teniendo dudas, Joven ¿Chiva-aree?
Trago con determinación.
-No. Continue el camino.
Estoy bastante seguro de que lo escucho murmurar las palabras maldito loco en voz baja, pero estoy demasiado deslumbrado por la estructura de la prisión para responderle.
El área de detención tiene tres niveles y consta de largas filas de celdas con barrotes.
Por el centro es un vestíbulo salpicado de mesas de picnic, pero nadie las está ocupando en este momento. Los presos están todos en sus celdas. Asesinos, la mayoría de ellos.
Como si se accionara un interruptor, todos se dan cuenta de mi presencia en su celda.
Cuerpos con monos naranjas se precipitan hacia los barrotes de las numerosas celdas, manos sucias envolviendo el acero, caras presionando a través de las aberturas para mirarme de reojo. Hay maullidos de gato, o eso esperaba que fueran...
Pero no, son los típicos silbidos y proposiciones de trabajadores de una construcción. Son aún más crudos en la naturaleza de lo que estoy acostumbrado.
Aun así, sus palabras no me hacen dudar.
Avanzando a través de la explanada, con los ojos fijos al frente. Es solo cuando un sonido, un sonido desesperado y enfermizo, comienza a resonar en las paredes que se me pone la piel de gallina en los brazos y la punta de mi zapato golpea una grieta, lo que me hace para tropezar un poco.
Miro a mi izquierda, lo que resulta ser un gran error.
Hay un prisionero allí, con el mono desabrochado, su mano trabajando en furiosos trazos en su hombría expuesta.
Nunca he visto uno en la vida real a parte del mío, sigo reacio a tocarme de esa manera también, así que me estremezco, sorprendido.
Con los dientes apretados, el sudor cayéndole por la cara, me mira fijamente el trasero mientras él realiza la acción íntima y yo acelero el paso inmediatamente, haciendo que los prisioneros se rieran a mi costa.
-Creo que le gustas. -se ríe el guardia.
-Me alegro de que te diviertas...
Mi frase flota en el aire cuando dos hombres aparecen justo delante a mi derecha.

𝙲𝚊𝚞𝚐𝚑𝚝 𝚋𝚢 𝚝𝚑𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚟𝚒𝚌𝚝𝚜 (𝚆𝚒𝚗𝙱𝚛𝚒𝚐𝚑𝚝)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora