CAPITULO 11. MAS PROBLEMAS.

139 9 3
                                    

SERGIO:

Salí a la calle a fumar un cigarrillo. Todo estaba vuelto un caos, patas para arriba. No quería si quiera pensar en volver allí dentro. Zao me miraba de brazos cruzados.

— "¿Entonces es mejor si nos vamos? ¿Va a quedarse aquí, no?"—asentí mientras le daba una calada al cigarrillo.

— "Cualquier cosa que necesite no dude en llamarnos." —dijo Nikolay mientras se subía al vehículo.

— "Buenas noches, jefe."

Asentí con la cabeza para luego verlos alejarse. Me quedé allí, dando vueltas en la entrada. Caminando de un lado a otro sin tener algún rumbo. Intenta calmar la incomodidad que había tenido por esa discusión, no dejaba de preguntarme ¿Con quien estaba en ese auto? Si hubiese sido alguno de sus amigos me hubiese dado un saludo, pero no.

No se cuanto rato estuve dando vueltas de aquí para allá. Ni cuantos cigarros fume esa noche. Mi misión de regresar de Rusia y arreglar mi situación con Louis solo había fallado, así como estaba fallando en mis estrategias contra los Blinov.

Estaba desconcentrado. Estresado. Irritado. Harto. Llevé mi mano a la frente, suspiré. ¿Que iba a hacer de mí? Regresé al interior de la casa, me serví algo de alcohol.

ZAO:

llegamos al hotel en donde nos quedaríamos. Todo estaba bastante denso, no solo aquí en Rumania sino también en Rusia. Nikolay se lanzó a la cama de al lado, y respiró profundo.

— "¿Entonces es su prometido...? Sigo sorprendido." —dijo mirando el techo.

— "¿Sorprendido porqué?"

— "No lo sé. Desde el punto en que nos vemos, no parece que tuviera tales gustos. Ha de ser difícil tener que tenerlo en silencio y más en la que condición en la que está..."

— "Si. Sin embargo confío en que estará bien...—me gire para verlo—así como estaremos nosotros dos."

— "¿De que estas hablando tú? No tenemos nada y eso que te quede claro. Simplemente me besaste..."

— "Tu me dejaste."

— "Quería que me dejarás en paz y fue todo... —se puso de pie—no te hagas ilusiones tontas..."

Camino hasta parte del armario para abrirlo y observarlo. Así que solo me había dejado besarlo porque estaba cansado de mí, me rehuso a creerle, me acerqué a él por detrás para olfatear su pelo.

— "No sabía que eras tan bueno mintiendo... Niko... ¿Crees que no notó la piel de gallina cuando te me acerco de tal forma? —dije a su oído y él se quedó en silencio sin mover un dedo—anda, sigue negándolo. Sigue negando que ahora me tienes ganas..."

— "No seas idiota, te dije. —se giró de frente, miré su pecho fijamente y su rostro se sonrojó— deja de mirarme de esa forma, pervertido."

— "No puedo evitarlo... —le dije acorralándolo más en el armario—se me pasan tantas cosas por la cabeza cada vez que te veo... que ni te imaginas..."

— "Zao."

— "Te miró y te veo totalmente desnudo... encima de mi cama, pidiendo que este encima de ti...—le dije aún más de cerca— penetrandote profundamente ¿No tienes curiosidad de saber como se siente?"

— "'No y aléjate idiota" —dijo empujándome.

Miré la erección entre sus piernas.

— "Eso se ve duro..." —le susurré al oído antes de alejarme.

Junto a ti. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora