CAPITULO 23: LA PEOR PELEA.

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Podía ver el rostro de Sergio cambiar de expresión, soltó mi mano con mirada enojada. Ella tomó asiento en nuestra mesa sin ni siquiera preguntar o ser invitada. ¿De donde diablos había aparecido esta mujer? ¿Acaso estaba persiguiéndonos o qué?

— "¿Que quieres?" —le preguntó Sergio molesto mientras yo seguía en silencio pensando si esto realmente estaba sucediendo.

— "Vamos. Di la verdad. No planeo seguir callando más." —dijo ella lo que hizo que mi mirada se dirigiera a ella rápidamente.

— "¿Que verdad? ¿Que coños estás hablando? ¿Como diablos supiste que estaba aquí?" —dijo Sergio sin despegarle la mirada.

— "Eso no es lo importante... —ella llevó su pelo hacia atrás de forma arrogante para mirarme fijamente— ¿Quieres saber la verdad de todo? Esa noche que me viste salir de su habitación nos acostamos."

— "¿Qué? ¿Que idiotez es esa?" —dijo Sergio furioso.

— "¿Vas a seguir ocultándolo? Si, te provoque y me metí a la habitación pero luego tu aceptaste. Aceptaste porque te dije que no se lo comentaría a Louis, pensé que seguiríamos haciéndolo y que sería una manera para alejarte de él pero al ver que luego me echaste sin más nada, me he molestado y he decidido contar todo."

— "No creas nada de lo que esta diciendo, es una mentira. —dijo Sergio dirigiéndose a mí—no la toque, ni siquiera me enteré de que estaba en nuestra habitación. ¿Porqué inventas estas idioteces?"

— "¿Te atreves a decir que lo estoy inventando? ¿Como mi braga llegó a tu cama? ¿Como mi labial llegó a tu camisa? Salí de la habitación porque escuché el auto llegar y fingiste que estabas tomando una ducha. Eres bueno para mentir, es obvio porque Louis te cree todo lo que dice."

Yo aún seguía en silencio. Ambos pusieron su mirada en mí, como si esperaban a escuchar a quien estaba a favor. Sentía un nudo en la garganta. Yo tenía mis dudas, ella podría estar diciendo la verdad aunque tal vez lo exageraba.

— "No estás creyendo nada de esto ¿o si?—pregunto Sergio con cierto asombro en su mirada—¿es en serio? ¡No la toque! ¡No la toque! No sé de donde diablos se inventa todo esto y si madre tiene algo que ver con que estes aquí esto va a hacer un problema grande."

— "Escúchame, Louis. Es la verdad. No te estoy mintiendo...—dijo mirándome fijamente—estoy así como tú enamorada de este hombre pero no puedo aceptar que juegue de esa forma con mis sentimientos... ya te lo dije. Me dijo que le encanta mi sexo ¿Porqué sería diferente ahora?"

— "Juro que voy a matarte... —dijo Sergio levantándose de la mesa— dije lo que me gustaba tu sexo una sola vez y ni siquiera estaba con Louis cuando me acostaba contigo. Todo lo que dijiste te lo inventaste... ¿Lo sacaste de una película?"

— "Estabas ebrio..." —dije.

— "¡Te dije que no la toque, maldita sea! En ningún momento la vi salir, o la vi entrar, nada. ¿Si estaba tan ebrio porque te recuerdo entrando a la habitación? Cariño. No seas idiota."

— "No estaba ebrio, sabía lo que hacía. Se hizo el idiota... ahora está aquí jugando a ser el hombre más feliz mientras disfrutaste tener sexo conmigo..."

Me puse de pie antes de que Sergio pudiera decir una palabra más. Tomé mi celular de la mesa y simplemente me comencé a alejar, ya estaba harto de todo.

— "¡Louis! ¡Louis!—le escuché mientras yo avanzaba el paso hacia el auto—cariño."

— "Quiero irme a casa." —le dije al alcanzar el auto.

El se quedó en silencio y abrió la puerta para mí. Me subí, quería hacerme ver duro pero moría por dentro. ¿Estaba ebrio o no lo estaba? David había dicho que lo había dejado algo ebrio sin embargo llegue y no lo aparentaba. Clavaba mis uña en mis rodillas mientras suprimía mis emociones.

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