Capitulo 3

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Bueno ya que hace siglos que no escribo( si ya se que exagero dejenme ser feliz 😝) tenía planeado hacer un maratón...pero se me hace pesado escribir todo de golpe

Anahera

Tengo una sensación de Dejavu. Vuelvo a estar inconsciente. Me pregunto si esto se convertirá una costumbre.

—Mas te conviene no volver a enfadar a Luci. Suele ser un poco temperamental.— Dijo una voz suave a mi lado. Abrí mis ojos lentamente para mirarlo—¿Alguna vez te han dicho que tus ojos parecen brillar con la luz?—Preguntó.
Negué con la cabeza sin emitir una palabra.A pesar de que sabía que era un demonio su presencia me daba tranquilidad

Sus ojos eran color verde musgo y su cabello del color de la tierra en primavera. Su piel bronceada por el sol a diferencia del tono pálido de sus hermanos y la ausencia de tatuajes era llamativa, pues dejaba ver sus bronceados brazos en una camiseta de manga corta color blanco , sus rasgos eran afilados pero en su rostro destacaba una sonrisa juvenil que lo hacía parecer más joven que el resto.

—Samael verdad ?—Pregunte solo para confirmar mis sospechas.

—No te equivocas cariño—me dijo sin perder la sonrisa.
Algo más que lo diferenciaba de sus hermanos eran sus sonrisas, las del resto cuando no eran burlonas eran oscuras. Algo que podría asustarme de no sentir que los conozco más que a mi misma. Fueron cinco años de esfuerzos lo que les dediqué. Desde pequeña me interesé en ellos y mis estudios dieron frutos .A los quince pude entrar en una prestigiosa universidad especializada en mitología, ocultismo y sus semejantes .

-¿Como te sientes?¿ Crees que puedas levantarte sola? Los demás esperan abajo.

- ¿Los demás?- Pregunte confundida. ¿Estarian todos?- Si creo que puedo levantarme.-Dije poniéndome de pie.

Caminamos hasta la puerta y vi unas interminables escaleras.Un resoplido escapó de mis labios y lo vi contener una sonrisa.
Sabia quien era el, sin embargo no podía compararlo con un demonio. Su sonrisa era pura e infantil. Y también contagiosa ,pues cada vez que lo miraba yo también sonreía.
El se acercó lentamente y de repente me encontraba en sus brazos.

- Quizás ya puedas caminar. Pero no queremos que te caigas y te rompas la crisma - No puede evitar soltar una carcajada mientras el empezaba a bajar las escaleras- Por lo que veo el recibimiento de mis hermanos no fue muy acogedor¿ eh ?

- No mucho la verdad.¿ Ya me dirán por que estoy aquí?

-Todo a su tiempo cariño. Ahora conocerás al resto de mis hermanos y luego hablaremos del motivo por el cual estás aquí.

Llegamos al piso de abajo y los ocho príncipes restantes. Todas las miradas se fijaron en mi y en Samael que aún me llevaba en brazos. Ocho pares de ojos de distintos colores me miraban fijamente. Miradas que iban desde frío aburrimiento hasta genuina diversión, sin omitir el desinterés total que mostraba Lucifer.

- He aquí queridos hermanos-Comenzo Samael divertido pero fue cortado por alguno de los que aún no era capaz de identificar.

-Corta el rollo Sam. A nadie le parecen divertidos tus intentos de chiste.-Dijo con la mirada puesta en mi, a lo que Samael respondió con un puchero.

-Si que son divertidos- Me pareció oír decir al demonio a mi lado. No estaba segura pues mis ojos estaban puestos en el que si no me equivocaba...era Azazel.

Su belleza era más exótica que la del resto. Sus ojos eran de un azul casi plateado en contraste a su cabello rojizo. Su piel era bronceada - La verdad no entiendo como se broncea aquí- y sus músculos resaltaban en la camisa blanca que llevaba, la cual parecía a punto de romperse. Llevaba los tres primeros botones sueltos dejando ver el esbozo de un tatuaje del mismo color que  sus ojos. En su mejilla había una cortada que parecía reciente , lo cual tenía sentido siendo el príncipe forjador de armas.

A su lado estaba el que suponía que era Belial, sus iris eran de un gris oscuro, casi del mismo tono de su pelo exceptuando la beta blanca que lo cruza. El me miraba como si fuera alguna clase de experimento al que estudiar.

Al lado de Leviatan estaba sentado Belforg con un desinterés total. Estaba vestido con un pijama y rodeado de almohadas. Típico de la pereza. Su pelo era de color caoba y sus ojos eran de un café oscuro y estaban enfocados en el suelo mientras comía de una bolsa de cheetos- La verdad es que no esperaba ver a un príncipe del infierno comiendo cheetos - y no puedo evitar reírme. Lo que hace que me mire directamente. Y ahora que los veo bien sus ojos no son color café ,sino de un tono chocolate intenso con motas doradas.

Cada uno tiene los ojos de un color único, aunque aún no he visto los ojos del príncipe de la codicia. Me giro pues esta a mi derecha en la esquina más alejada del mueble.

La mirada de Mammon está fija en mi. Sus ojos son del color del oro derretido y me miran con curiosidad. Su cabello era de un rubio claro que resaltaba de su traje negro de corte italiano que se amoldaba perfectamente a su cuerpo.

Samael a mi lado carraspeo.

- Ya que los has examinado a todos y supongo que ya sabes quien es quien, ¿podemos ir a comer ahora?- Dijo como un niño pequeño.

Asmodeo río discretamente al igual que Mammon. Leviatan y Astaroth comenzaron a molestar a Samael.

-Ya no molesten a su hermano- Intervine claramente cansada de este intercambio de burlas. A lo que algunos me miraron confundidos. Y uno de ellos habló en ese momento.

- ¿ Cuando aprenderás a mantener la boca cerrada? -Dijo Lucifer que volvía a tener esa aura melancólica.

-Probablemente el día que tu aprendas a no usar a las personas para tus propios fines
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Bueno......un nuevo capítulo. Ok, se que no soy muy buena en esto pero se intenta 🤷🏻‍♀️.
Comenten que les parece. Me alegraría saber si a alguien le está gustando .(por cierto...probablemente haya faltas ortográficas...pero se hace lo que se puede)

Bye🌸

Príncipes o demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora