Los sueños de Sahara Bakker

Prólogo

La vida de Sahara había sido destruida por un huracán tras la muerte de su abuelo, un huracán que arrasó con todo

Adaptarse a tantos cambios de una forma tan brusca habían conseguido que se alejará de sus amigos, de su barrio, pero lo que más le  afecto fue que la alejase de su mejor amiga Becca y de su chico Saul Rowell

Aunque no podía quejarse

A diario tenía conversaciones con su mejor amiga, seguían contándose cosas y riéndose hasta las altas horas de la madrugada, pero con Saul, hablaban por video llamada, se veían, y aun así lo notaba tan distante, no sólo físicamente, no sólo porque estuvieran en distintos lugares, sino que emocionalmente se sentían tan lejos

Le costó adaptarse también al cambio de situación económica, puesto a que, aunque su familia siempre estuvo bien acomodada, ella nunca vio necesaria la existencia de tantos lujos innecesarios, pero siendo la hijastra de Jaime Shepard, el director de la cadena de editoriales más grande del país, tenía que estar rodeada de cosas que ella no necesitaba. Ella no necesitaba su extenso armario, repleto de vestuarios que probablemente nunca usaría, y con estanterías llenas de zapatos que nunca se pondría. Ella tampoco necesitaba vivir en una mansión que siempre solía permanecer tan vacía, ¿de que servía vivir en una zona privada llena de señores estrujados y mujeres que son sometidas a diario a conductas machistas? Ella no quería estar en ese ambiente, se sentía fuera de lugar

Entre toda la soledad de la inmensa casa, al menos tenía la compañía de su hermanastra. Sabrina Shepard era lo contrario a Sahara. Su cabello era de un intenso dorado, sus ojos eran completamente azules,sus pestañas eran largas y su rostro no tenía ni la más pequeña imperfección. Su figura era esbelta, media unos 1.76 cm, sus uñas siempre estaban teñidas de un rosa chicle y a diario vestía de tonos fucsias

Sahara no era así, y no era tampoco como las chicas con las que solía juntarse Sabrina, pero si algo unió a ambas chicas fue lo diferentes que eran, a pesar de lo distintas que eran se entendían

¿Y Jaime?

Jaime siempre la sorprendía de vez en cuando con algunos libros, incluso un día le regalo la primera edición de un clásico de la literatura, y a pesar de que las páginas estuvieran amarillentas y el lomo algo desarreglado, Sahara lo amo, y lo coloco en su escritorio, en la cima de la Torre de libros que había en una de las esquinas

Aún así, a pesar del apoyo que recibía a diario, simplemente sentía que no encajaba, que era una de esas piezas de puzzle que simplemente no tenía un espacio que ocupar

Y su universidad... joder, era una de esas universidades que no se especializaba en una carrera en específico, sino que manejaba varias

Durante toda la vida Sahara se había interesado por Historia del Arte, y está era una de las mejores universidades para estudiarla, por ese lado estaba feliz, pero, el ambiente de el instituto estaba cargados de chicos que en su vida lo habían tenido todo, chicos que lo mas novedoso que hicieron fue tener un padre o una madre que les diera sus gustos y los complaciera como niñatos caprichosos que no saben valerse por si mismo

Todas las tardes, al salir de la escuela, Sahara emprendía camino a la editorial donde trabajaba, a pesar de que sólo era una becaria, le gustaba estar rodeada de libros, y a diario, le daban algunos escritos para que revisara y dererminara si eran publicados o no. Esa era la mejor parte del día para ella,sentarse en el escritorio compartido, junto con una taza de café (bastante amargo para su gusto) y con los informes en la mano

La relación entre el padre de Sahara y su madre, no era la mejor , puesto a que tras una ruptura en tan malos términos , las riñas permanecían, tanto a sí que su madre solo permitía que Sahara hablara con su padre 1 vez por semana

La vida de Sahara tuvo cambios, si, muchísimos,pero ella no se esperaba que sucedería más adelante

Así que si.

Esta es la historia de Sahara, una chica repleta de sueños y de ganas por cumplirlos.