𝙰𝚜𝚝𝚛𝚘𝚗𝚘𝚖𝚢 | Porco Galliard

𝐒𝐭𝐚𝐠𝐞 𝟐. 𝐂𝐚𝐦𝐩𝐮𝐬 𝐅𝐚𝐬𝐡𝐢𝐨𝐧.

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♡𝐄𝐦𝐦𝐚 ♡

El flojo sonido del motor apagándose junto a la radio me saca de los múltiples pensamientos que tuve desde mi encuentro con Porco Galliard.

Bajo del coche y camino detrás de mi hermano mayor, Colt. Abre la puerta de la casa y Falco se da prisa para recibirnos.

— Al fin llegan, mamá estaba preocupada pensando que se habían perdido —nos dice volviendo a la sala.

— Lo siento, fue mi culpa — admite Colt, ambos nos quitamos los zapatos en la entrada — estaba conversando con el capitán del equipo de voleibol, mañana son las pruebas.

— ¿El equipo de voleibol de tu escuela es tan bueno como el de Tokio? — Falco se sienta en uno de los sillones de la sala y mira a Colt con el usual brillo en sus ojos como si todo lo que hace es genial.

— Eso aún no lo sé — responde alborotando su cabello — espero que lo sean.

— ¿Y a ti cómo te fue, Emma? — mamá entra con unas rebanadas de pastel de zanahoria — ¿lograste entrar al club de astronomía?

— No es como si existiera un proceso de selección, sólo somos tres miembros, pero buscaremos la forma de aumentar el número — y deshacernos de cierto intruso, dice una vocecita en mi cabeza.

— Entiendo. Sabes, tu padre puede ir a dar alguna plática que los haga interesarse en el club, ¿no crees?

Asiento con la cabeza. Decirle a mamá que el problema no es el número de integrantes sino la presencia de Porco en el salón suena a regresar a la escuela primaria donde acusas al chico que te molesta con tus padres.

Me siento a lado de Falco y tomo el plato con pastel de zanahoria y bebo un poco de té.

— Oye Em, las pruebas serán después de clases — me informa Colt — tendrás que esperar un poco si no quieres volver en metro.

— No pasa nada, es una buena oportunidad para conocer la escuela y adelantar trabajos.

— Bien, con suerte será rápido — me dedica una sonrisa — ¿Qué hay de ti Falco? ¿Hiciste nuevos amigos?

A pesar de que Falco era el más nervioso por el cambio de escuela, logró hacerse de tre nuevos amigos a los que planea invitar a la casa para que todos podamos conocerlos. Así son mi hermanos, las personas que les conocen caen bajo una especie de encanto, yo no soy así, una prueba es que en mi primer día de clases un tipo de tercero — que además es mi vecino— me ha declarado la guerra, vaya suerte.

***

Regreso a mi habitación para darme un baño; hace calor, demasiado para ser otoño.

Una vez termino, dejo mi cabello suelto y lo cepillo, busco en el armario mi pijama favorito: una blusa de tirantes y pantalones cortos de seda. Ambos son color blanco con un estampado de fresas rojas. Aunque puede parecer un poco infantil me importa poco, sólo mi familia me verá usándolo.

Abro las cortinas y ventanales dejando que los últimos rayos solares se cuelen a la habitación.

Coloco todos los libros y cuadernos que voy a necesitar sobre el escritorio y me cuelgo unos anteojos. Necesito ponerme al corriente con las tareas, así que tomo la lista que me dio el asesor para buscar los temas pendientes.

Llevo un buen rato sentada, leyendo, subrayando y escribiendo, hasta que me empieza a doler el trasero. Estiro los brazos y masajeo mi cuello.Tan pronto como levanto la mirada, me percato de la falta de luz en la habitación.