|~PROLOGO~|

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"Vanidad, está impregnada en vuestro rostros, creyéndose estar encima de todos"...

"Egoísmo', está en todos vuestros actos, no importa que tanto se convezcan de lo contario"...

"Envidia, siempre están desprendiendo, deseando lo que otros han conseguido ante que ustedes"...

"Gula, Ós carcome muy adentro de vosotros, siempre queriendo más de lo que realmente necesitan"...

"El pecado está en todos vosotros, poco a poco los a carcomido en vuestros trayecto lentamente, ya que aún que ustedes no lo notan, han cambiado, desperdiciando el don que el señor les a brindado"...

"Pero eso cambiará ahora, a dónde van, no serán nadie, desde el más grande ídolo al más pequeño aspirante, no importa, todos seréis iguales ante los ojos de él" ...

"Este es vuestro castigo, vuestro Abismo por los actos que han cometido, vuestro camino a la redención por sus pecados atraves del Hades... Vuestro sendero ante la luz del señor..."

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-¿Dónde... ?, ¿Donde estoy? -

Un chico de tez blanca, castaño, que la mitad de su cara era oculta por una mascarilla negra, recitó en medio de un prado boscoso, abrió sus ojos marrones para después cerrarlos enseguida por los rayos de sol que habían chocado contra su rostro, y lo intento otra vez, abrió sus ojos un poco más lento, intentando acostumbrarse a los rayos de sol que pasaban alrededor de los árboles que le daban sombra.

Cuando su vista se acostumbro a la luz solar, a la vez que su vista borrosa del ambiente se desvanecía, podía ver dónde se encontraba ahora mismo, giro su cuello como un pomo oxidado por el tiempo, el dolor recorrió su cuerpo pero logro lo que quería era ver dónde estaba, lo que vio no fue de su agrado, lo único que veía era troncos y hojas asta donde su vista ya no podía ver.

¿Un Bosque? No entendía lo que estaba pasando o que hacía ahí, nisiquiera cómo había llegado ahí en primer lugar, intenta recordar algo pero cuando lo intentaba su cabeza le dolía aún más de lo que ya le estaba doliendo, no solo su cabeza, todo su cuerpo le dolía y le ardía, haciendo que renuncie a esa posibilidad de recordar en estos momentos.

Se movió poco a poco ya que su cuerpo estaba muy entumecido, pero al hacerlo sintió un dolor pulsante en su estómago, con dificultad agachó su cabeza para ver por qué le dolía más incluso que todo su cuerpo ahora mismo, pero al hacerlo, sus pupilas se dilataron y un cierto temblor empezó a recorrer todo su cuerpo, sintió como su garganta se resecó, su mente se limpió de cualquier pensamiento que no sea lo que sus pupilas estaban viendo.

¿Que era eso que le había puesto en ese estado?, Era algo que no debía estar ahí, que no debería estar en su cuerpo, y eso era una pieza de herrería que sería hermosa si no estuviese incrustado a su costado de su abdomen, eso era una daga, una hermosa daga estaba atrevesando el costado de su abdomen decorada con el líquido vital ya seco en su polo blanco.

- ¿Por... He... Yo...? - Intento recitar cualquier pregunta, pero su mente no le respondía, su lengua se enredaba y su garganta se cerraba -.

Él se dejó caer denuevo al suelo, alejando de su vista aquella escena que todavía no creía al celeste cielo, y se quedó ahí, lo único que se escuchaba en ese bosque era el respirar del castaño que seguía pensando en la daga que estaba atravesando su abdomen. Muchas preguntas le venían a la cabeza, ¿Dónde estaba?, ¿Por qué tenía una daga atrevesando su abdomen?, ¿Por qué no estaba muerto?, ¿¡Qué diablos está ocurriendo!?.

TIERRAS EXTRAÑAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora