Arrancados de sus mundos y arrojados a un reino de fantasía, son condenados por pecados que no comprenden. En estas tierras extrañas, donde lo fantástico y lo asombroso parecen prometer aventuras heroicas, descubrirán una realidad diferente. Los con...
"Él, el eterno, sentado en su trono dorado nos observa y juzga, recen para que no les escuche, rezar para que el nunca tenga la necesidad de levantarse de su trono de nuevo.
Ya que sus llamas es la salvación del mundo pero a la vez su perdición, en su sangre recorre la ira de toda la injusticia que se a cometido y a manchado la tierra, su martillo es la justicia que tanto temen.
Escribe con sangre de los juzgados la liberación del mundo, hacia un futuro donde la oscuridad perezca, pero no se confundan. El no busca el bien, solo busca la justicia"
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Hace horas el alba ya se había alzado y ahora mismo se encuentra en el punto más alto de nuevo, en lo más oculto del valle boscoso, en un antiguo templo había un castaño caminando por los oscuros pasillos de la estructura del antiguo templo sólo siendo iluminado por la luz que desprendía la Daga abismal en las manos del castaño.
Su vista se dirigió Hacia el techo ya que había movimiento en este, de arañas, aquellas arañas que ayudaron a Emi estaban en las paredes en sus telas de arañas repartidas en todo los pasillos del templo. Volvió su vista al frente para no tropezar con algún escombro de la antigua estructura del templo.
Su camino fue en silencio y algo largo asta que al girar en una esquina vio una luz, los rayos de luz entrando por ranuras, al acercarse vio una puerta de madera gastada y agrietada donde entraba la luz del alba, tan sólo la abrió para entrar al lugar iluminado por la luz del sol.
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Una vieja biblioteca del templo era el lugar donde había entrado, iluminada por los vitrales del piso superior de la biblioteca para darle luz al gran árbol en el centro de toda la biblioteca rodeado de un estanque. Era algo fantástico y hermoso a partes iguales, y aún que había vegetación aquí, las estanterías llenos de libros parecían nuevas, no carcomidas por la humedad y vegetación.
Aquino sólo admiro un poco el panorama antes de retirarse de ahí encaminados a unas escaleras que lo conducían al segundo piso de la biblioteca donde habían muchas puertas repartidas, pero entró en la primera que vio. Era una oficina, estanterías con las libros en las paredes, una chimenea que ahora mismo estaba apagada, un escritorio y una silla, y un sillón largo, que hablando de ese sillón. Ahí estaba, El capullo donde estaba envuelta Emi por las arañas para su recuperación.
- Hola Emi - Saludo Aquino aun que sabia que no iba a recibir respuestas, pero no perdía nada al saludar esperando que algún momento le devuelvan el saludo -.
Se acercó a ella y extendió su mano para ver su panel para revisar como iba su recuperación.
