|~ CHAPTER 7 ~|

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" La verdad de la que la humanidad no quiere hablar, es que son una especie esclavizada, una especie que es solamente es un esclavo, ¿pero de quién?, No de otra raza superior, no de una vidas mayor que ellas, si no por el deseo.

El deseó no es un sentimiento, solo es un potenciador, ya sea para bien o para mal, ya que Todos en esta vida han deseado algo, es la naturaleza del ser humano que sufre mucho por que nunca está contento con lo que le tocó vivir y anhelan cosas que jamás podrán tener.

La humanidad será esclava de si misma a menos que el deseo de cada hombre que vive deje de estar, pero eso no es posible, el humano por si solo no quiere y no desea despegarse del deseo, ya que les encanta y les tranquiliza ser controlados, ser solamente esclavos por sus emociones y deseos".

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El sol resplandece en un día sin alguna nube en el cielo dando ver ese infinito y maravilloso celeste que tinta los cielos, y en un templo, en el templo antiguo del eterno en la biblioteca antigua, sentado abajo de un árbol un castaño estaba sentado tranquilamente escuchando el cantar robotico de los pájaros y el sonido del agua moviéndose del estanque alrededor del árbol que lo tranquilizaba mientras leía un libro.

Aún que sintió movimiento en sus piernas haciendo que momentáneamente quitará su atención del libro y la pusiera en aquello que se movió, y no era nada más ni menos que una chica aracnida que estaba recostada en el regazo del castaño plácidamente mientras que el castaño le rascaba la cabeza suavemente algo que le dió un agradable despertar.

— Buen día, dormilona - Había dicho de una forma calida el castaño a la chica recostada en sus pies -.

— ¿Eh?, Oh, buen día Aquino. ¿Que ocurrió? - Pregunto adormilada Emi mientras se ponía en una posición más cómoda para seguir descansando plácidamente mientras disfrutaba cómo el castaño le sobaba la cabeza -.

— Hoy en la mañana, cuando desquitaste todo lo que tenías dentro de ti por el tema de las pesadillas, te quedaste sumamente dormida y bueno, aquí estamos - Había dicho Aquino cerrando su libro poniéndolo a un lado para ver a su compañero que se giro a verlo -.

— Perdona, tuvo que ser incómodo tenerme así por mucho tiempo - Había dicho Emi a Aquino que solo río mientras negaba -.

— Para nada, realmente yo también caí dormido momentos después, fue satisfactorio no tener pesadillas por una vez y eso fue gracias a tu compañía  - Había dicho Aquino a Emi que se levantó del regazo del castaño y se sentó a su lado apegándose a el -.

— También me agrado tu compañía, fue un sueño muy bueno y aliviador, gracias - Había dicho Emi a Aquino que agarró su libro y volvió a leer -.

— No debe agradecer por nada, él que debería agradecer soy yo - Había dicho Aquino a Emi que solo sonrió por las palabras del castaño -.

Un silenció agradable se formó entre ellos dos, Emi descansando sentada y apoyándose con Aquino escuchando el cantar de los pájaros y el leve sonido del agua moviéndose, y Aquino siguió con su libro tranquilamente aún que con uno de sus brazos alrededor de su compañera, aún que ese silencio se rompió por parte de la chica araña.

— Aquino - Llamó la atención del castaño que le respondió -.

— Dime - Dijo Aquino para hacerle saber que tiene su atención -.

TIERRAS EXTRAÑAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora