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CAPÍTULO 6: HIELO ARDIENTE ... ੭ ·




Podía sentir el fuerte agarre penetrando en su piel, como garras se clavaban en su tobillo dispuesta a no darle escapatoria. Sus pulmones se llenaban de agua conforme se alejaba cada vez más de la superficie, la abrupta falta de oxígeno había sido el detonante para recobrar la consciencia. Entre la desesperación, el dolor de su sistema respiratorio, el miedo, pataleó con toda la fuerza posible, movía las manos, trataba de ver hacia dirección de donde se había "caído" y entonces notó como la luz del día iba haciéndose pequeña.

Era llevada con violenta velocidad hasta el fondo, parecía que no tendría fin hasta que su cara impactó con lo que parecía ser hielo en lugar de arena, que era lo que esperaba. Solo en ese momento, el agarre se desvaneció. Se detuvo a ver el hielo, extrañada, no tendría por qué haberlo en donde estaba, mas no lograba pensar con claridad, su capacidad por aguantar el poco oxígeno que le quedaba iba disminuyendo. Quiso mover sus piernas para nadar de regreso a la superficie, mas el hincón de su tobillo izquierdo la detuvo. 

¿Las sirenas acaso también estaba del lado de los rebeldes? ¿Qué ganaban haciendo algo así? ¿Qué era todo eso que había escuchado antes de ser sumergida en el lago?

Sus párpados comenzaron a sentirse pesados y la fuerza, la voluntad de pelear, abandonaba su ser. Lo último que pareció ver antes de caer por completo en la oscuridad, fue el rostro de una bestia congelada en el hielo donde su cuerpo quedó tendido.



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El aire fresco, a su parecer extrañamente purificado, se sintió como un abrazo a sus pulmones, al tener como último recuerdo a estos llenos de agua y su consciencia perdiéndose en el fondo de aquel lago. Entre las primeras sensaciones al despertar, no tenía el deseo de abrir los ojos, era placentero el viento sobre su cuerpo, además de la comodidad en la posición que se encontraba. Parecía estar semiacostada, con la mitad del cuerpo recargada en alguien más, siendo abrazada con seguridad y protección, mientras que parte de sus pies los sentía muy ligeros y pronta fue la percepción de estar flotando.

Aquella reacción fue la que le hizo abrir los ojos abruptamente, notó que su enredado cabello le quitaba gran parte de la vista.

─Si no fuera mucha molestia, trata de llegar completa al castillo. ─  la voz ronca del cenizo llegó a ella como señal de abandonar su ensoñamiento ─ Y consciente.

Cuando intentó enderezarse, Katsuki la detuvo abrazándola más a él sin pudor, aunque tampoco parecía tomarle mucha importancia, al contrario de Aiko, que su reacción a aquel gesto fue sonrojarse más que todo por la evasión de su espacio personal.

Sin embargo, antes de obtener una oportunidad para reclamárselo, quitó los cabellos que entorpecían su visión, dejándola por fin apreciar la vista panorámica que le permitía el estar volando sobre un dragón.

Por instinto, trató de asomarse hacia donde se encontraban sus pies, continuaban descalzos, salvo que uno estaba enrollado por un vendaje mal puesto. Estos colgaban de un extremo, fue ahí donde alcanzó a ver el ala izquierda de Kirishima, y el gran espacio por el que se encontraban, perdidos en las nubes, tan lejos del suelo.

A SONG OF DRAGONS ·.★· 𝙗𝙖𝙠𝙪𝙜𝙤 𝙠𝙖𝙩𝙨𝙪𝙠𝙞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora