VII

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CAPÍTULO 7: VOTO DE CONFIANZA ... ੭ ·




Años atrás, cuando los hermanos Todoroki vivían todos juntos entre las mismas paredes de piedra y parecía ser que compartirían el mismo destino, la guerra aún no había estallado en su totalidad. Enji apenas había comenzado a volverse reconocible hasta ganarse el apodo de Endeavor, fue mucho antes de ser coronado rey. A pesar de ello, los Todoroki siempre fueron una familia relevante, privilegiada y de alto poder. Eran inteligentes, habían sabido muy bien cómo engañar al enemigo.

Durante la era oscura del Norte, los más damnificados por la dictadura eran los de clase baja, el pueblo en general, quienes resultaban ser la mayoría. Mientras que al pertenecer a una familia de alta alcurnia, Enji Todoroki había pasado casi toda su vida relacionándose con la realeza de aquel entonces. Esto lo llevaría a, eventualmente, traicionar a esa misma realeza y hacerse con él el trono.

Muy pocos lo llamarán usurpador, pero lo cierto era que si bien Endeavor quería poder más allá de ser rey, quería dejar su nombre grabado en la historia, es por eso que supo leer las necesidades del reino y atenderlas de inmediato, ganando su confianza, lealtad y empatía.

Un buen gobernante, pero un esposo y padre terrible.

Fue una tarde que su completa desatención por sus hijos había dado frutos. Su primogénito, Toya, quien tenía toda la presión sobre él como hermano mayor y posible heredero, buscaba liberar tensión con sus hermanos menores, especialmente con Shoto y Aiko. En la mente del chico, no cabía una razón comprensible de por qué la menor de sus hermanos se estaba llevando la peor versión de sus padres, pero también poco le importaba y usó eso a su conveniencia para tenderle una broma.

"Si sorprendes a mamá, te ganarás su cariño. "

Fue lo que le dijo antes de convencer a la niña de 7 años a esconderse en un barril destinado a guardar provisiones, que su padre solía enviar cada mes para las personas necesitadas.

Una sonrisa burlesca había aparecido en el rostro del mayor para cuando Aiko comenzaba a entrar en el barril. Al entrar por completo y cerrarlo, Toya desapareció del lugar entre risas. Su plan era simple, dejar a su pequeña hermana en ese lugar hasta la noche y luego asustarla, nada más. Las provisiones serían entregadas al día siguiente por la mañana.

Sus carcajadas cesaron cuando por su lado pasaban los guardias de su padre en dirección al almacén de provisiones. El mayor y líder de ellos, Shota Aizawa lo miró de reojo sin decir nada, acción que le produjo escalofríos.

Maldijo para sus adentros cuando los vio cargando el barril donde se encontraba Aiko en los carruajes para próximamente abandonar la residencia.

Estaba en muy graves problemas.

El trayecto entre la residencia Todoroki y el puesto de entrega de provisiones duraba al rededor de media hora, si no se presentaban obstáculos o complicaciones. El miedo empezaba a hacerse presente en el pequeño cuerpo de la niña, apenas podía ver por un pequeño agujero entre la madera, pero no reconocía el lugar donde se encontraba. El constante tambaleo la hacía marearse, mas se repetía así misma que debía soportar porque confiaba en que las palabras de su hermano eran sinceras.

Para cuando el tambaleo cesó, percibió algunas voces desconocidas. Quieta en su lugar, escuchó a alguien acercarse y en un abrir y cerrar de ojos el barril se abrió.

—¿Por qué hay una niña aquí?— escuchó la voz tosca de un hombre y seguido a eso, tres pares de ojos ya se encontraban sobre ella.

Solo logró reconocer a uno de ellos, el que lideraba la seguridad de su casa, el señor Aizawa.

A SONG OF DRAGONS ·.★· 𝙗𝙖𝙠𝙪𝙜𝙤 𝙠𝙖𝙩𝙨𝙪𝙠𝙞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora