Un encuentro predestinado

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La gran estrella madre del sistema solar comenzaba a iluminar todo el área de la región, desde los rincones más ensombrecidos por la vegetación, hasta las zonas más transitadas en donde convivían los humanos y pokemones.

Los vientos corrían por las praderas, moviendo las hojas de los arboles que caían la fuerza del mismo, así como por el jugueteo de los pokemones en las ramas de la vegetación, al mismo tiempo que veían a un par de individuos jugar por el bosque.

Uno de ellos, un pokemon, recorrían fugazmente los muchos arbustos que se encontraba en su trayecto por el pequeño bosque, tratando de buscar a alguien en específico. En dado momento, el pokemon al no poder encontrar a su amigo entre toda esa área, decide detenerse un momento para alzar su oído y escuchar atentamente a su alrededor, notando un algunos crujidos de hojas secas en un arbusto de bayas Aranja a unos 19 metros de distancia.

El pokemon, con una gran sonrisa maliciosa en su rostro, comienza a caminar lentamente en esa dirección, atento de cualquier otro movimiento brusco que pueda surgir en ese arbusto de bayas. Al estar lo suficientemente cerca, el pokemon se detiene y baja su centro de gravedad para lograr saltar con la fuerza suficiente que le permita sobrepasar el matorral y sorprender a quien sea que se encuentre del otro lado.

Tommy: TE ENCONTRÉ!!! -decía eufórico.

El pequeño Jolteon, tras haber saltado el arbusto se lleva una sorpresa al ver que lo que creía haber escuchado resulto ser en alguna imaginación suya, por lo que mira alrededor con algo de confusión.

Tommy: Eh? A donde se fue?

El tipo Eléctrico tenía la total sensación de que algo lo asechaba desde alguna parte del bosque, pero justo cuando se disponía de revisar los árboles que le rodeaban, desde la cima de uno de ellos una sombra sale a toda velocidad, embistiéndolo y saliendo rodando por una pequeña colina por que estaba cerca del pokemon.

Al llegar hasta el pie de la colina, ambos individuos terminan cayendo en otro par de arbustos, haciendo que varias hojas salgan volando por los aires. Al cabo de unos segundos, ambos sacan su cabezas de forma curiosa y se miran fijamente para después comenzar a reír.

Tommy: Jajaja! Donde estabas?!

Charlie: Jajajaj! Te estaba esperando justo en un árbol!

Tommy: Oye! Eso no se vale!!

Charlie: Nunca dijiste que no se podía!

Tommy: Pero no se vale!

Charlie: Si se vale!

Tommy: No! No se puede!

Charlie: Que sí!

Ambos amigos discutían entre risas mientras se tiraban algunas hojas secas con tal de molestar al otro, hasta que una llamado se escucha a la distancia.

Rose: Niños!!! Vengan a comer!!!

A las afueras del pequeño bosquecillo, una señora de aproximadamente 45 años se asomaba entre algunos arboles en busca de un par de pequeños para que estos fueran a disfrutar de una merienda en el día tan soleado y fresco que hacía en la región.

Tommy: Oh! Mamá!

Charlie: Ya está la comida!

Tommy: El último en llegar es un huevo podrido!

Charlie: Lo serás tú!

El chico y el pokemon salen rápidamente de los matorrales en los que habían caído y se disponen a subir de nuevo la pequeña colina por la que rodaron para encaminarse de nuevo en dirección a la salida del bosque y reencontrarse con la madre del niño.

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