Una segunda oportunidad

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Era él, en verdad era él, Lucario no podía procesar lo que veían sus ojos, Charlie verdaderamente había aparecido en medio de la nada. La pokemon, al igual que todos los presentes, ciertamente sentía en shock su cuerpo, pero logra salir de su trance por la impresión antes que los demás y empieza a moverse hacia adelante.

Lucario: C-Charlie... Charlie... Charlie!!!

Unas pequeñas lagrimas comienzan a bajar por las mejillas de la pokemon en lo que corría a toda velocidad para atrapar al muchacho que venía tambaleándose. Gardevoir reacciona algunos segundos después y seguidamente Ray, Gengar, Adam y sus pokemones también lo hacen, por lo que empiezan a correr todos en dirección al muchacho.

En su visión, Charlie ya tenía la visión borrosa, lo único que podía ver debido al cansancio y su estado deplorable era a una pokemon azul corriendo hacia él. Conforme él escuchaba los pasos de la Lucario acercarse lo suficiente, este deja de avanzar, dejándose caer y confiando que la pokemon lo atrape.

Lucario extiende sus brazos y al ver como el chico se desvanecía, esta toma un impulso y logra atraparlo a tiempo, manteniéndolo en sus brazos firmemente mientras aprovechaba para darle un muy profundo y lleno de emociones abrazo.

El mar de emociones en la cabeza de la pokemon estalla y ciertamente la felicidad no era lo único que abarcaba su mente, sino también la preocupación, la tristeza, las ganas de reír, llorar, gritar y muchas cosas más que le generaba el por fin volver a tener al humano del que se había enamorado una vez más, vivo en sus brazos.

Pero la "felicidad" de la pokemon dura muy poco, esta idealiza el hecho de que el muchacho se había desmayado, mientras todos los demás comenzaban a acercarse, Lucario voltea el rostro de Charlie, dándose cuenta de lo pálido y desnutrido que se veía. Al rededor de los ojos del chico se veía la piel negra por el cansancio, su rostro se veía muy delgado y resaltaban sus pómulos por la desnutrición, los labios quebradizos, su piel pálida, los huesos de su torso y brazos eran palpables al tacto, sin mencionar que las puntas de las orejas, nariz y dedos habían tomado un color blanco azulado por el entumecimiento de la piel ante las gélidas temperaturas.

Charlie, aún casi desvanecido, podía escuchar un poco el alboroto a su alrededor, pero con poca claridad hasta desvanecerse por completo.

En ciertos momentos, el joven recobraba la consciencia por algunos segundos, viendo una luz roja de ambulancia en la que lo comenzaban a montar en camilla. Luego su mente volvía en sí mientras unos doctores corrían a su lado en los pasillos del hospital, así como la pokemon azul que insistía en seguirlo, todo mientras veía pasar las luces en el techo de la edificación.

Luego de eso, 2 días más pasaron en los que Charlie recobraba la consciencia por momentos, pero volvía a perderla minutos después.

Finalmente, un Jueves a eso de las 9:00 a.m, el chico abre sus ojos y mira a su alrededor con un poco más noción de las cosas. Al hacerlo, este siente un pequeño bulto en su estómago y una vez enfocada su visión, nota que se trataba de Rockruff, quien yacía dormida y acurrucada casi inmóvil.

En teoría, no se permitían las visitas mientras una persona está en recuperación sin consciencia, pero al parecer la pequeña tipo Roca se había escabullido en la habitación de hospital sin que nadie la notara.

Charlie la mira con algo de tristeza y coloca su mano ligeramente en la cabeza de la canina, quien permanece dormida.

Un par de horas pasan y una conocida enfermera entra por la puerta con un registro de anotaciones en mano, caminando distraída por el cuarto. En dado momento, está voltea a ver de reojo al muchacho y nota que este estaba despierto, con la mirada perdida hacia la ventana.

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