Su sonrisa reavivó mi mundo

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Su sonrisa reavivó  mi mundo

  Y aquí estoy, contándote esto mientras espero recostada de la pared justo a la entrada del parque. El día está muy bonito, soleado y brillante, o tal vez solo es mi lado soñador colocándole un filtro a la realidad que la hace ver más amena y acogedora, como si hubiesen mariposas batiendo sus alas por todas partes o tal vez solo en mi interior. Es curioso, si, bastante curioso como se percibe la sensación de conocer a alguien si no estás presionando para que ocurra lo que tú quieras que ocurra. Lo veo, de hecho, como estar en un la playa y solo dejarte llevar, de manera divertida, por las olas de aquí para allá, fluyendo como el agua. 

  Es así como me siento justo ahora mientras escucho música por los auriculares, mirando ansiosa a todas las personas que se acercan. 

  Pero pongamos pausa un momento y retrocedamos dos semanas atrás a la sala de mi casa. Siéntate, ponte cómodo y escucha la historia que no sé como terminará. En realidad solo puedo decirte que me está gustando tanto que quiero compartirla contigo, sin expectativas o agobios insanos.

  No te haré esperar más así que comenzaré a hablarte de Samuel, el chico de la sonrisita bonita. 

  Samuel fue el primero en escribir luego de hacer Match, tan relajado y divertido que todo dio pie a una conversación llena de risas. 

  El físico de Samuel es un monumento a la belleza masculina, porque más allá de su contextura delgada con músculos en los lugares correctos, brazos fuertes, mandíbula marcada y piel cremosa en un tono oliva, es su sonrisa. Es esa condenada sonrisa la que ocasiona todo porque si él quisiera podría conquistar al mundo entero con ella. 

  Pero entonces el mundo, rendido a sus pies, decidió darle algo más que una cara bonita. Samuel tiene esta personalidad fuerte, tan marcada y audaz, tan llena de seguridad y confianza que es sin duda su atractivo más poderoso, con el equilibrio perfecto entre lo astuto y lo compasivo, tan inteligente, bromista y lleno de entusiasmo que resulta difícil no querer un poco más de ese cóctel de buenas cualidades.

  Yo quiero más de ese cóctel, no planeo negarlo.

  Y es que Samuel te invita a conocerlo de la manera más honesta y descomplicada de todas, y fue por eso que desde aquella tarde en mi sofá y por las siguientes dos semanas, hablar con él fue liberador. No había presión ni falsas intenciones, solo éramos dos jóvenes riendo a gusto por ocurrencias extrañas y situaciones cotidianas, desde inventar animales mitológicos a ver como cocinaba el otro a través de una videollamada. Se sintió correcto, como si fuésemos dos piezas que juntas formaban una bonita obra de arte llena de color. 

  Yo quería más de sus colores, porque al mezclarlos con los míos creaba un nuevo tono lleno de posibilidades.

  Entonces, luego de tantas videollamadas y charlas en la madrugada, decidimos que era momento de vernos, y es así como llegamos al presente, con un caos de nervios que me impiden dejar de mirar hacia todas las direcciones, porque en cualquier momento él llegará y yo podré dejar de contener el aire. 

  Miro entre tantos rostros, me concentro en la música de mi auriculares para intentar distraer mi mente y no lucir ansiosa, muevo la pierna en un vaivén y sí, mi corazón para su trote por una fracción de segundo solo para tomar aire y comenzar a correr con fuerza. 

  Es él.

  Es él y camina hacia mi y todo lo demás pasa a un plano tan lejano que se siente como si fuésemos los únicos en el universo. Los segundos pasan lentos, como queriendo saborear la rapidez con la que mi pulso choca en mis oídos; es mágico, es eterno y es nuestro. Me despego de la pared y me saco los auriculares como en trance, mi mirada fundiéndose en la suya en un grito silencioso que dice: aquí estoy y no me iré. 

  Se acerca y lo abrazo. Se acerca y me abraza alzándome del suelo como si fuese el escenario de una película rosa. El maremoto de emociones incrementa y yo solo puedo pensar que quiero permanecer aquí, entre sus brazos, todo el tiempo que sea posible. Me siento reconfortada, cálida y tranquila mientras siento su pulso igual de alocado que el mío.

 Llegué, estoy en casa.



~♡

  Casi llegamos al final de la historia de nuestra dulce Celeste.

  ¿Alguna opinión sobre Samuel?

  Un abrazo y el deseo de que cada uno de ustedes viva el amor de una manera sana y bonita.

  E. L.

¿Y si hacemos Match?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora