EGO CHECK | alfie solomons

➤ Capítulo 13

Evelyn se preguntaba a menudo con cuánta muerte se había encontrado en su vida. Tras la muerte de su madre, era como si el ángel de la muerte empezara a seguir a su familia, y Evelyn esperaba que llegara el día en que le tocara a ella.

La mujer Shelby solía decirse a sí misma que no tenía miedo a morir, que sabía que los que la rodeaban seguirían con sus vidas y que muy pronto ella no sería más que una mera huella en sus vidas. Pero aunque no temía a la muerte, eso no impedía que la pena asfixiante que envolvía su corazón se estrechara cuando alguien a quien ella quería caía en los brazos de la muerte.

El mundo que rodeaba a Evelyn se derrumbó cuando Polly llamó para dar la noticia. Estaba recogiendo las últimas pertenencias, preparándose para informar a Alfie de por qué tenían que volver a Birmingham, pero el sonido del teléfono detuvo sus acciones y Evelyn se apresuró a coger el aparato por si era Tommy, pero era su tía.

— Eve, —Polly habló apresuradamente. — Tienes que venir a casa ahora, es John. — Evelyn frunció el ceño.

— ¿Qué es John? Tía Pol, ¿qué pasa?

Evelyn pudo oír que su tía dejaba escapar una respiración agitada al otro lado del auricular, lo que hizo que Evelyn volviera a interrogarla; provocando que Polly hablara.

— Se ha ido, Eve. John ha muerto.

Evelyn dejó caer el teléfono conmocionada cuando las palabras de Polly la atravesaron como cuchillos, helándole la sangre. Su hermano estaba muerto. No se dio cuenta de que había caído al suelo, sollozando incontroladamente, sintiendo como si toda su respiración hubiera sido succionada de sus pulmones y Evelyn se arañó el cuello tratando de hacer que se detuviera. Necesitaba que dejara de dolerle.

Cuando Alfie llegó a casa, era un desastre tembloroso; él había comprado un ramo de flores por el camino, rosas rojas, las favoritas de Evelyn. Estaba emocionado por celebrar su compromiso con sus amigos en el pub, Ollie lo anunció a los trabajadores de la destilería una vez que vio a Alfie entrar con una enorme sonrisa en los labios. Alfie había informado a su mano derecha de lo que había planeado el día anterior y Ollie estaba excesivamente emocionado por su jefe.

— Voy a hacerlo. — Sonrió Alfie, mirando hacia Ollie, que ladeó la cabeza en una pregunta silenciosa. — Voy a pedirle a Eve que se case conmigo.

Una sonrisa resplandeciente se apoderó del rostro de Ollie mientras dejaba escapar un apresurado — ¡Eso es increíble!

Ollie, junto con los demás trabajadores de la destilería, se había encariñado con la mujer Shelby. Les alegraba el día cada vez que se tomaba la molestia de saludarles y todos apreciaban que se apresurara a poner a Alfie en su lugar, evitando que les gritara.

A todos les gustaba la actitud de Evelyn y disfrutaban viéndola gritar a los hombres que intentaban traicionar a Alfie. La diversión cubría sus rostros cuando la veían alejarse de los hombres que recibían una reprimenda de ella y Alfie los eliminaba para siempre, sin que nadie tuviera el valor de decirle a la mujer Shelby que tenía que intervenir porque los hombres eran demasiado orgullosos para tomar en serio a una mujer; incluso a una tan peligrosa como Evelyn Shelby.