Capitulo 2

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Balerion se alzo sobre los cielos majestuosamente mientras su rugido se escuchaba por todos los rincones de Rocadragón e incluso en las costas mas cercanas. Jon solo podía observarlo desde lo alto de la fortaleza, observando en silencio como aquella criatura legendaria tanto en nombre como en leyenda por sus actos parecía demostrar un gran dominio sobre los cielos y cada rincón de la isla.

Era su amo y señor.

Tal vez Balerion simplemente no tiene la capacidad de razonar con respeto a su propia muerte, seguramente el dragón simplemente sintió que despertó de un largo sueño.

Pero, lamentablemente para Jon no podía hacer eso, fingir que toda su vida anterior fue un sueño. Recordaba claramente las llamas de Drogo atacándole e intentando asesinarle por matar a su madre y Jon recordaba a Daenerys, su mirada, sus ojos, sus labios, su cabello y esa sonrisa que pocas veces llego a darle pero que fue con tanta sinceridad que la llego apreciar en lo mas profundo de su corazón.

Entonces tal vez una de las primeras acciones en esta nueva vida era mantenerse alejado de ella – Ya la lastimé una vez – No quería verse en la obligación de volverlo hacer.

Además, se sentía realmente perdido, en sus objetivos, sus pensamientos, no necesitaba ahora un corazón totalmente desorientado. Además, nada garantiza que esta Daenerys sea igual a la mía.

Eso le genero otra pregunta una que le inquietaba totalmente, había otro Jon Snow en esta era, o el estaba ocupando el cuerpo de su yo mas joven.

Melissandre le hablo de profecías, magias, pero no especifico mucho, para ser sincero pensaba que tal vez evadió muchas de sus preguntas. Pero con cada respuesta que le daba tenía mil preguntas más.

Estoy de vuelta, estoy vivo porque debía pelear otra vez mil batallas, este dios rojo o los dioses antiguos esperaban otra gran batalla contra el gran otro, o tal vez simplemente esta era su oportunidad, podría elegir cualquier destino sin temer a las consecuencias de que los muertos se levantaran nuevamente, de los caminantes blancos.

Tal vez cometió tantos errores la ultima vez que esta era su oportunidad de arreglar tantos de ellos.

¿Dónde debería comenzar? Se pregunto, mientras se alejaba de sus pensamientos y regresaba su atención a la gran mesa que contenía todo el mapa de los siete reinos. Aegon El conquistador realmente fue un visionario, si hubiera tenido un mapa tan detallado como este durante la guerra hubiera tomado mejores decisiones.

El mapa era una gran mesa, donde se veía desde la montaña mas pequeña, hasta el rio mas insignificante, estaban nombrados, clasificados. Y Jon sinceramente llego a perderse un par de veces en algunos lugares pensando que estaba en un reino o en otro.

Fue entonces que noto a su pequeño consejo, realmente ninguna de las personas presentes era adecuadas en su opinión, pero en teoría eran las únicas autoridades presentes en aquella isla.

Axell Florent, un pariente de Selyse Florent – La esposa de Stannis quien se ha refugiado en el Septo de Rocadragón – La mujer cree que la voy a dar a Balerion para que la devore. Axell era el castellano del castillo y también su maestro de armas, era una persona que desviaba la mirada cada vez que Jon lo veía fijamente.

Era la persona en la que menos confiaba en ese momento de los presentes.

Claramente estaba la pequeña Shireen, aun no sabia que hacer realmente con la niña, temía que si la dejaba lejos de su vista la lastimaría algún partidaria Targaryen pensando que de esa forma se ganaría su favor.

El Maestre Cressen consejero de confianza de Stannis, también parecía ser un curandero experimentado, a su lado estaba el joven maestre Pylon, su ayudante, aunque claramente era realmente su reemplazo, esperando que Cressen muriera para ocupar su lugar como Maestre de Rocadragón.

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