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Los sueños lucidos se definían como los videojuegos de la mente, donde todo podía ser creado y modificado. Sin embargo, no era fácil, Aemond había tenido quizás 5 sueños lucidos en los últimos años y no se había preparado para ellos. Simplemente llegaban y eran divertidos, pero nada del otro mundo. Helaena solía hablar de forma más mística sobre ellos y entraban en su rama de estudio.

Había leído sobre Aristóteles y los sueños, también la investigación del yoga de los sueños de los budistas. Al final todo se resumía en llevar el control de tus sueños a la vida real, pero con propósitos diferentes. Jugar y tener aventuras de forma consiente que solo causaban diversión podían traer mal karma, pero aprender a modificar objetos dentro de tus sueños era el yoga que en la vida real podía transformar la depresión en felicidad y los miedos en fortalezas.

Helaena también le había comentado sobre la teoría que algunos sueños solo eran entradas a otras realidades y mundos que existían fuera de nuestro alcance. El tema albergaba que como criaturas vivientes todos estamos conectados en la gran red de conocimiento y que nuestra realidad es solo una de miles, que incluso nuestro cuerpo y rostro es solo una de las innumerables versiones que pueden existir de nosotros mismo en el universo.

Ideas, teorías, teorías conspirativas, historias, documentos, libros, Aemond había leído y visto todo lo que el internet y biblioteca tenia que ofrecer sin resultado alguno. Helaena ni siquiera se tomaba el tiempo de contestar sus mensajes, se sentía como un hombre demente. Por primera vez en su vida la higiene personal había pasado a segundo lugar, informó a sus profesores de su ausencia debido a una enfermedad inventa y dedicaba cada momento de su vida en seguir su investigación.

Su cuarto estaba completamente lleno de libros, papeles, cartas y dibujos de Lucerys. No deseaba correr el riego de perder los recuerdos que ahora atesoraba como si fueran más valiosos que el aire que entraba a sus pulmones. Lo había dibujado como lo recordaba de niño, de adolescente y a sus 20 cuando desapareció. Tenía cuadernos enteros donde describía su personalidad, el día que le arrebató el ojo, sus aventuras juntos, los berrinches, la forma como sonreía y hablaba tan dulcemente que detenía el mundo a su alrededor. Sus rizos marrones, piel tersa, el sonido de su risa y la calidez de sus abrazos cada vez que se veían. Describirlo con lujo de detalle lo hacían real, tan real que a veces lo escuchaba o veía en sus sueños, pero solo eran recuerdos que luchaban por no desaparecer.

No eran reales, no eran una pista, solo una pequeña respuesta a su cansancio. Las ojeras eran extremadamente visibles, sus ojos celestes parecían grises rodeados de lo rojo por no dormir, su cabello normalmente liso y cuidado se encontraba enredado y grasoso. Un día entre la desesperación pensó en cortárselo o raparse para evitar tenerlo en su rostro, lo único que lo detuvo fue el recuero de Lucerys peinándolo. Su sobrino amaba cepillarle el cabello, hacerle trenzas o peinados que lo hacían reír mientras le contaba lo bonito que era poder tener una relación tan cercana con él. No podía arrebatarse lo único que le quedaba de lo que había tocado Lucerys, en esos momentos hasta extrañaba la cicatriz.

Su cuerpo cayó de forma pesada en la alfombra ¿Qué día era? ¿Qué hora era? No lo sabía, solo era consciente que había pasado tres meses. Horribles meses donde no sabia nada de Lucerys, tres meses sin su compañía y risas. Se prometió que si lo volvía a recuperar lo traería a vivir con él, no se volvería a quejar nunca más de sus gustos musicales, las manchas de pintura o que le tomara fotos estando desprevenido...si lo volvía a ver lo abrazaría y jamás lo soltaría.

En poco el cansancio se apoderó de todo su cuerpo y finalmente durmió, despertando en un hermoso campo de girasoles. Cielo despejado, paz en todas partes con la calidez del verano ¿Música? A lo lejos podía ver a Lucerys canturreando una de sus canciones favoritas, Love Grows. La recordaba a la perfección, fue en un viaje en carro donde la puso y la cantaron juntos, siguiéndole el juego rumbo a una galería de arte en Londres.

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⏰ Última actualización: Nov 16, 2022 ⏰

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