4

1.2K 39 2
                                    

🔞
Eran casi las nueve en cuanto empecé a dirigirme a las habitaciones. Harry me pisaba los talones pero intente mantener la calma y bajé por unas escaleras para llegar a las mazmorras, donde se encontraba mi sala común.
Él me seguía aún por las sombras, intentando esconderse, pero él no sabe que soy una Slithering, mis mejores amigas son las sombras.
Veo una clase que es la usamos a veces para pociones vacía así que me deslizo en ella. Me escondo en un lado de la puerta y, en cuanto Harry entra, le agarro del cuello.
-¿Que cojones haces siguiéndome, Potter?- le espeté.
-¿Y tú que mierda haces aceptando salir con un imbécil de Dumstrang?- dice él, obviamente celoso.
Sonrío de lado y le digo:
-¿Que, Potter?¿Celoso?
Él se ruboriza y es lo que necesité para lanzarme a besarlo, rodeándole el cuello con mis brazos mientras él me agarraba de la cintura.
¿Que cojones hacía besando a Potter? No sé, en lo único en lo que estaba pensando era en el exquisito sabor de sus labios y la maravillosa fricción de su gran bulto contra mi entrepierna, la cual estaba solo cubierta por una braga, ya que mi falda se había subido hasta mi cadera.
Potter jadeaba cada vez más alto. Bajé mis besos por su mandíbula hasta su cuello y me divertí allí un buen rato, chupando, succionando y dejando alguna que otra marca.
Pegué un salto para subirme a Harry y volver a besarnos de manera necesitada mientras el caminaba hacia delante y me depositaba suavemente en una mesa cercana.
Poco a poco, me fui inclinando hacia atrás, quedando acostada en la mesa, con Harry entre mis piernas, sin parar de besarme.
Cada vez la temperatura del aula subía más.
Las caricias, que anteriormente eran dulces, se convirtieron en unas obscenas, casi profanando el cuerpo del otro.
Lo necesitaba ya.
Corto el beso para poder sacarme la camiseta que llevaba y, en cuanto mis pechos quedan descubiertos, Harry abrió muchos los ojos y soltó un pequeño jadeo, ruborizándose y apartando la mirada, como si le quemase el echo de verme.
¿Acaso Potter es...?
-Eres virgen, ¿verdad?- pregunto incorporándome.
-Yo... mmmm, si.-dice él aún más sonrojado.
Suelto una pequeña carcajada y acuno su rostro entre mis manos.
-Y... ¿te sientes preparado?
El no responde, simplemente me vuelve a besar desesperado.
Supongo que eso es un si.
Rápidamente ambos estamos en ropa interior, yo, con un conjunto de lencería negro que sabía que a todo el mundo le volvía loco.
Por lo que ha pasado hoy parezco una zorra pero, ¿que cojones tendría que hacer? Los gemelos eran mi casi algo hasta hacía nada y Potter estaba como un tren, pero no os penséis que soy la única en Hogwarts así; estar en 4º año hace que todo el mundo esté mejor que nunca  y con ganas siempre.
Me separé para recuperar el aire y me volví a sumergir en su sabor, pensando en la facilidad con la que nuestras bocas se movían juntas.
El corazón me iba a mil y era consciente de que podía escuchar mi propia respiración. Y la suya. Pero, para mi, esto no era suficiente, para nada. Necesitaba más. Sentirlo mucho mas cerca.
Tiré de él hacia mi pero se alejó para hundir el rostro en mi suave cuello.
-Harry- susurré, casi sin querer.
Se volvió a apartar de mi cuello y, cuando le miré, vi que sus ojos ya no eran verdes, el negro de sus pupilas había robado todo el espacio de estos.
Se separó un poco más y admiró mi cuerpo desde la distancia.
-Eres perfecta.- agregó depositando calientes besos por todas partes.
Mis manos subieron lentamente por su espalda, sintiendo los músculos bajo su piel.
-Dale gracias a Wood por obligarte a entrenar tanto.- dije, y noté como Harry sonreía contra mi abdomen, en cual llevaba un rato depositando besos.
Sus dedos se abrieron paso bajo mi ropa interior y arqueé cuando uno de sus largos y fríos dedos se coló en mi.
-¡Merlín!- gemí en cuanto él metió otro dedo más.
Dobló sus dedos para arremeter contra ese punto que me daba tanto placer. Gemí más alto y, sin avisar, apartó los dedos y bajó la cabeza para dejarla en medio de mis piernas, su aliento haciendo contacto con mi sexo chorreante. Harry saca su lengua y la mueve de arriba abajo y luego en círculos.
Me estremezco y él sigue con su tortura hasta que siento que me voy a correr.
-¡Harry!
Cuando el orgasmo me arrasa, arqueo mi espalda. Mis piernas tiemblan, pero, cuando Potter se levanta, las enredo en su cadera.
-Cambio de postura, Potter- le advierto.
Me bajo de un salto de la mesa y, intentando no tambalearme por culpa de ese increíble orgasmo, aparto la silla de la mesa y le empujo suavemente para que caiga en ella.
Busco en mi falda un condón (siempre hay que ir preparada) y se lo pongo antes de sentarme a horcajadas en él.
Nuestra ropa interior había desaparecido hacía rato y él tenia mi cuerpo a su disposición.
Acerca uno de mis pechos a su boca y lo chupa a su antojo. Para ser virgen Potter tiene experiencia en los preliminares. Aunque en verdad los preliminares los dejamos ya atrás porque estoy subida a él, moviendo mis caderas en círculos haciendo que su enorme miembro choque de manera placentera contra mi clítoris.
-Joder T/N, deja de joderme y hazlo de una puñetera vez- gruñe Potter.
Suelto una carcajada y me levanto un poco, posicionándolo en mi entrada, para después dejarme caer haciendo que su larga longitud me llene.
Espero unos segundos mientras Harry gime debajo mía.
-Muévete.- me dice.
Comienzo a moverme en círculos, haciéndome gemir aún más. Harry agarra mis caderas y, poco a poco me voy dando cuenta de que le gusta. Me levanto un poco y me dejo caer con fuerza haciéndole gemir. Repito el proceso un para de veces, me aferro a su pecho tonificado y cierro los ojos, presa del placer. Cada estocada me calienta más y más y sé que me queda muy muy poco, igual que a Potter, él cual lleva gimiendo como loco desde hace un buen rato.
Me agarro a su espalda, clavándole mis uñas haciendo que él gruña. Siento como cada vez se tensa más y más y, en una par de segundos, lo siento venirse.
Sigo moviéndome y, pasa ayudarme a venirme, atrapa con su boca un pecho y con la otra el otro, mientras que con su mano libre frota mi clítoris.
Suelto un gran gemido y me vengo, estremeciendo cada músculo y nervio de mi cuerpo.
Apoyo mi cabeza en su cuello mientras recupero el aliento.
Al subir la mirada, veo a Potter con una media sonrisa en su boca. Me acerco y le beso de una manera pausada y dulce.
Al levantarme de él, agarra mi mano y le hace girarme.
-Gracias,- voy a responderle pero antes de poder abrir la boca el sigue hablando.- ha estado muy bien, pero no puede volver a pasar.
Me quedo muy sorprendida.
-Bien- suelto de forma desinteresada.-Mañana quedé con Alex y supongo que él me va a poder dar lo que busco. Un placer haber sido la primera Potter.
Me pongo las bragas antes de que él me diga, rojo de la rabia:
-Sé que solo me quieres poner celoso, pero me da igual. Es un puto pichafloja que la tiene más corta que Goyle, así que no me intentes picar porque puede hacerle sufrir mucho
-Ay Potter, cualquiera diría que te da igual.
Me acerco a él poco a poco para que le de tiempo a pararme si de verdad no quiere volver a vernos, y, en cuanto estamos cara a cara le doy un beso apasionado.
-Nos vemos por ahí Potter.-le digo saliendo de la habitación guiñándole un ojo.
💓
💓
💓
💓
💓
AYYYY, me encanta esta chica de verdad. Espero que os encante
Love,
O

Infierno azul Donde viven las historias. Descúbrelo ahora