12

84 4 0
                                    


*Alerta de contenido o tema sensible (en este cap estaré llevando a cabo una situación en la que la protagonista estará pasando por un ataque de pánico) dicho esto, espero que comprendan y si desean leerlo será bajo su propia decisión*

Ahora si, disfruten del capítulo.

Traumas, encuentros y otras cosas más

Olivia

Él empieza a alejarse y yo solo corro hacia el, «no te vayas, porfavor no te vayas» lo pienso con tanta intensidad como para que él lo perciba, pero él no parece escuchar mis súplicas, solo se aleja con una sonrisa en el rostro.

«¿Por qué sonríes?»

Él voltea y me mira, al parecer esta vez si lo dije en voz alta.

— Porque ya no me duele mi princesa, ya no me duele.

«Pero a mi si»

—No quiero que me dejes, no quiero que me dejes papá.

Me vuelve a sonreír.

— Vas a estar bien princesa, cuida a tu mamá y se una buena hermana.— empieza a alejarse de nuevo y no puedo impedir las lágrimas que brotan empapando todo mi rostro.— Te amo, te amo como no te imaginas mi princesa.

Y así , sin más, retoma su partida hacia aquellas grandes puertas blancas... no volví a verlo, no volví a escucharlo.

Me levanto de un salto de la cama, con la respiración muy agitada y con lágrimas recorriendo mis mejillas.

«Solo fue un sueño» me repito a mi misma, se que solo fue un sueño, pero en si, esto no fue nada más que el último recuerdo que me queda de él.

Sigo sintiendo las lágrimas caer una por una y no las puedo detener, el ambiente se vuelve cada vez más pesado, el oxígeno empieza a escasear, mi corazón late demasiado rápido y es ahí cuando noto que estoy teniendo un ataque de pánico.

«Respira, Respira» escucho una voz tan cerca pero a la vez tan lejos, lo intento, enserio que lo intento pero no puedo, siento como todo se empieza a cerrar a mi alrededor, el sudor corre desde mi sien hasta mi cuello, empiezan los temblores cada vez más fuertes, siento un dolor en el pecho y tengo náuseas muy fuertes.

Necesito calmarme pero me es imposible...

Los recuerdos de su sonrisa, su mirada, sus palabras alentadoras, aquellos abrazos reconfortantes, sus consejos, su voz... todo empieza a doler cada vez más y más porque él ya no está, él me dejo, solo se fue. Se fue y nunca volverá.

Sin darme cuenta estoy sollozando, abrazo mis piernas y apoyo mi cabeza en mis rodillas tratando de aminorar el llanto y los temblores. Poco a poco lo voy logrando, los temblores han cesado en su mayoría, pero mi llanto aún sigue presente, no como al principio, pero está presente, siento mis mejillas arder y mi nariz empieza a chorrear pero luego soy consciente de que ya todo va disminuyendo.

He estado practicando los ejercicios que me recomendó la psicóloga pero al momento de tener los ataques, los olvido por completo y solo me concentro en dejar en blanco mi mente, a veces ayuda y a veces no; Esta vez no ayudó.

Hace tanto tiempo que no sueño con él, hace tanto tiempo que no escuchaba su voz en sueños, «Extrañaba tanto su voz» siempre que sueño con él me pasa esto o bueno, la mayoría de veces él es el detonante de los ataques. Su partida siempre será muy doloroso para mi, a pesar de que él se separó de mamá cuando yo tenía 3 años, nuestra relación de padre e hija no fue mala, él se esforzaba por ser buen padre y yo me esforzaba por ser buena hija... pero él ya no está y esa es la realidad.

Todo o NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora