La invasión de los Buscadores.

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Los empleados estaban desesperados por lo que estaba sucediendo, cosa que hacía que Ink también entrara en desesperación y por lo tanto abrió la puerta recibiendolo mientras suplicaban su ayuda, los hombres de tinta tenían semblantes desesperados así que la situación debía de ser preocupante. Boris no quería perder la calma pero el miedo reflejado en el rostro de esos hombres lo incitaba a querer entrar en pánico.

— ¡CALMENSE! ¡Por favor! Uno a la vez.

— Señor. — Habló uno. — Necesitamos que venga con nosotros, un aura extraña está por los alrededores del estudio y varios empleados están muriendo debido a eso, los Buscadores están nuevamente por todos lados y están actuando de forma violenta.

Esa situación ya estaba catalogada como preocupante, los Buscadores hace tiempo habían dejado de servirlo a él y si mal no recordaba habían decidido hacer su propio camino en otro lugar pero no se esperaba a que hubieran vuelto tan pronto y con deseos de asesinar. Ink temía por la gente del estudio y por lo tanto pidió a Boris que llevara a un lugar seguro al resto de los empleados del estudio mientras él y los hombres de tinta iban a frenar a los Buscadores, el demonio de tinta llamó a la pandilla de carniceros para que ayude en esa especie de batalla contra esos seres malintencionados.

— ¡Siganme! ¡Boris mantén a salvo a todos pero a absolutamente TODOS! — Gritó la última palabra dándole a entender que cuando se refería a "todos" hablaba de absolutamente cada uno del estudio, incluyendo a Sammy.

Boris asintió mientras corría en dirección contraria sosteniendo un hacha en sus manos para defenderse mientras iba a ayudar al resto, Bendy no necesitaba armas para defenderse pues sus poderes eran lo suficientemente fuertes y sobrehumanos para lograr combatir a la invasión de los Buscadores. Los hombres de tinta se defendían a la perfección y todo el grupo iba siguiendo el aura demoníaca y desconocida que se había instalado en el estudio, Ink Bendy tenía un sentido del olfato muy agudo y el aroma le resultaba de algún modo familiar.
Justo cuando estuvo por matar a otra docena de Buscadores una voz femenina les dio la orden de parar y retirarse, esa voz la reconoció al instante haciendo que su histeria floreciera, Alice Angel le colmaba la paciencia con su existencia. Ella no hacía más que fastidiar y crear caos en el estudio.

— ¿Qué mierda haces aquí?

— ¡Uhh! Pero a ti te faltan modales Bendy.

— ¡¿Qué te traes esta vez?!

— Supongamos que... — Empezó diciendo mientras sonreía con maldad, una sonrisa tétrica debido a que estaba en su forma demoníaca. — Los Buscadores ahora trabajan para mí.

— ¡Larguense de una puta vez! ¡Tú y tus sirvientes están asesinando a mis empleados!

— ¿Por qué? ¿Te crees que por ser el nuevo dueño de Joey Drew Studios tienes derecho a echarme como a un perro? ¡¿Acaso olvidas que también soy creación de Joey y Henry?! ¡Yo merezco estar aquí también, imbecil!

— ¡Te equivocas! ¡Decidiste rivalizar conmigo e intentaste arruinar todo aquel día! — Dijo dejando confundidos a los empleados de tinta, ¿De qué estaba hablando su jefe?

— ¡Oh! ¿Ahora resuelta que yo soy la mala del cuento?

— Tu boca solo sabe tirar mierda por doquier. ¡Largate de este lugar y llévate a tus sirvientes! ¡O me veré obligado a...!

— ¡¿A qué?! — Lo interrumpió con la intención de desafiarlo. — ¡¿A matarme?! ¡No serías capaz porque ambos sabemos que yo sigo siendo la clave de tu éxito! ¡Merezco el mismo crédito que te dieron!

— ¡Eso ya no me interesa! ¡Tu misma dijiste que te marcharías de aquí para probar suerte en otro lado! ¡¿Qué diablos hiciste y por qué regresaste?! ¡Arruinas mi vida y la de mis trabajadores!

Eres mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora