Perdida

1.4K 128 9
                                    

Ya era de mañana, me levanté y fuí a ver a Hatice a la sala. Al llegar vi que no estaba, la que estaba era Hürrem, me miró y sonrió.

-Mahidevran- dijo bajito.

La manera en la que dice mi nombre me vuelve loca, lo hace con una delicadeza...

-Buenos días- dije.

-Buen día, ¿dormiste bien?- preguntó, ¿por qué de repente le interesaba eso?

-Sí, muy bien. ¿Y tú?

-Muy bien también.

Justo en ese momento llegó Hatice y desayunamos. Después fuimos a ver un rato el jardín ya que no lo vimos cuando llegamos.

Nos sentamos a conversar en el quiosco que había allí, me mantuve callada escuchándolas hablar.

Me gustaba tanto escucharla hablar y reír...

Mi enemiga, mi enemiga...

Hatice se levantó y nos dijo que nos quedáramos allí, que ya volvía.

Miré a Hürrem y me acerqué un poco a ella.

-Hürrem- la llamé.

Ella me miró.

-Dime.

-¿Podemos arreglar nuestra relación? Ya no quiero pelear contigo, quiero que nos llevemos mejor... y si quieres... podemos ser amigas- solté sin más.

-Está bien, sí quiero que seamos amigas- sonrió.

Mi enemiga, que ya no es mi enemiga, ahora es mi amiga...

Sonreí y bajé un poco la mirada, miré hacia las flores y vi a una mariposa que estaba en una de ellas.

-Qué bonita mariposa...- dije en un susurro, y sonreí.

Hürrem debió haberme escuchado porque miró a esa dirección y también sonrió.

-Es muy bonita...- dijo.

Hatice apareció de la nada haciéndome asustar.

-Vamos a almorzar- dijo.

Nos levantamos y caminamos hacia el palacio.

Terminamos de almorzar y nos alistamos para ir a caminar por el bosque.

Salimos del palacio acompañadas de guardias: no me gustaba mucho eso, no nos daban nuestro espacio.

Nos adentramos al bosque, yo ya estaba un poco cansada de caminar y quería descansar un poco.

-Sultana, descansemos un rato. Usted no puede caminar mucho, acuérdese de que está embarazada- dijo Hürrem.

-Está bien, descansemos- nos sentamos en unas piedras. Les hice seña a los guardias para que me pasen el agua, estaba sedienta.

Permanecimos unos minutos más sentadas hasta que Hatice se levantó.

-Ya estoy cansada, ¿quieren volver al palacio?

-Quiero permanecer un rato más aquí, sultana- dije.

-Me quedaré con ella, sultana- dijo Hürrem.

-¿Están seguras? No se vayan a perder- dijo algo preocupada.

-No, sultana. No se preocupe. Vaya tranquila, nosotras estaremos bien.

-Está bien, no se tarden mucho- se fue con los guardias, nosotras nos quedamos completamente solas.

-Gracias- dije.

-¿Por qué?- se sentó a mi lado.

-Por quedarte y acompañarme- dije, ella sonrió en respuesta.

Es raro, algunas veces somos tan iguales... pero a la misma vez somos tan diferentes...

Desde que la conocí y empecé a enamorarme de ella, nunca pasé ni un segundo en el que yo me aburriera de ella; me reía, me interesaba, me sorprendía. Me la paso muy bien cuando estoy cerca de ella.

¿Por qué no? ¿Por qué no podría resultar? ¿Cómo saber si ella podría corresponder mis sentimientos? ¿Y si solo estaba enamorada de Süleyman? ¿Será que solo le corresponda a él? Ahora que lo pienso, esas miradas que me lanza algunas veces, o la forma en la que dice mi nombre.

¿Será que nunca me he dado cuenta? ¿Soy tan distraída? ¿O es que nunca quise verlo porque saldría perjudicada?

-Ya descansé, ¿vamos?- me levanté para ayudarla a levantarse.

-Gracias- contestó.

Miré alrededor tratando de recordar por dónde habíamos venido, aunque todo parecía igual, todo era árboles y más árboles.

-¿Por dónde?- pregunté.

Ella también miró el lugar algo confundida. Me atreví a señalar una ruta, no estaba muy segura de que fuera esa.

-¿Por ahí?

-Supongo- contesté.

Avanzamos por un camino improvisado que estaba entre los árboles.

Llegamos a una parte en la que debíamos doblar hacia un lado.

-¿Derecha o izquierda?- pregunté, ella miró los lados y señalo la derecha; no discutí, tampoco sabía por donde ir.

-Está bien- empecé a caminar a su lado.

-Hürrem, ¿puedo hacerte una pregunta?

-Sí.

-¿Sigues enamorada de Süleyman?

Ella no respondió.

-Si no me quieres decir, no pasa nada.

-¿Para qué quieres saber?- preguntó.

-Solo era por curiosidad.

Llegamos a donde había un río, no recuerdo haber visto un río cuando vinimos.

-¿Un río? No había un río cuando vinimos- dijo.

-Creo que por aquí no era.

-Mejor volvamos, tal vez podemos llegar al camino por donde vinimos- sugirió.

Empecé a caminar por donde habíamos estado, aunque ahora se volvía más confuso, ¿por dónde es que habíamos caminado?

-Creo que va a llover- dijo Hürrem.

Miré hacia arriba y vi las nubes encima de nosotras, no pasaría mucho antes de que miles de gotas cayeran.

-Si... eso parece, ¿qué hacemos? ¿Seguimos o buscamos donde refugiarnos de la lluvia?- pregunté, ella seguía mirando hacia arriba.

Miré al frente, no sabía muy bien por dónde ir. Podríamos estar horas caminando bajo la lluvia, además estaba por oscurecer y no teníamos nada para cubrirnos.

-No sé- respondió.

Avancé buscando un lugar donde refugiarnos por si llovía; era demasiado difícil, esto parecía peor que un laberinto.

-Sigamos- avancé.

Ni un lugar donde refugiarnos, ni el camino de vuelta al palacio aparecía, más bien, parecía que con cada paso nos perdíamos más.

Hatice debe estar preocupada, ella nos advirtió y no le hicimos caso. Ya debe de haber mandado guardias para rescatarnos.

Me sentía culpable, yo fui la que quiso quedarse y Hürrem accedió a quedarse conmigo. No estaríamos en este problema si no fuese por mí. Es mi culpa, estamos pérdidas por mi culpa y no sé por cuánto tiempo más lo estaremos.

M: 12/05/24

Enamorada de EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora