Capítulo 1

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Un día cómo cualquier otro estaba en clase de inglés, cuando esta terminó, todos se levantaron para hablar con sus amigos. Yo no tenía a nadie con quién hablar, yo era como la oveja negra de aquella clase, así que mientras todos hablaban yo lo que hacía era escribir, ese era uno de mis hobbies y se me daba muy bien, de hecho, estoy escribiendo un libro sobre mi penosa y aburrida vida ¿para qué lo hago? Ni idea, pero como no nos dejan usar el móvil en clase pues me pongo a escribir.

El profesor de matemáticas estaba entrando por la puerta, después se sentó y nos anunció que guardáramos todo y solo dejáramos un bolígrafo y típex sobre nuestra mesa. Es verdad, hoy había examen y yo no había practicado nada, ni siquiera sabía que tema estábamos dando.
El profesor llegó a mi mesa y me entregó la hoja del examen, después nos dijo que teníamos cincuenta minutos para hacerlo, así que me puse manos a la obra.

Mientras estaba resolviendo la penúltima pregunta de aquel examen, empecé a respirar fuertemente y luego todo mi cuerpo empezó a temblar, al principio era algo leve pero cada minuto que pasaba, era aún peor, hasta el punto de caerme de la silla y empezar a convulsionar allí mismo, en el aula, en medio de un examen, mis ojos se cerraban y se abrían sin parar, solo pude ver varias caras a mi alrededor y escuchar al profesor histérico sin saber que hacer, al cabo de unos dos minutos, mi vista se nubló mucho y después vi todo negro.

Cuando abrí los ojos, los párpados me pesaban mucho como si alguien me los hubiera pegado, lo primero que vi fue una superficie en lo alto y supuse que era el techo de algún edificio ¿era mi casa? No lo sé, después levanté levemente mi cabeza y averigüé que estaba en una sala de hospital ¿qué hacía allí? De lo último que me acuerdo antes de dormirme era de aquella pregunta del examen de matemáticas, era un problema muy sencillo pero complejo a la vez.
Al cabo de un rato vi a una enfermera entrando a la habitación y luego se acercó a mí.

—¡Despertó! —chilló la enfermera.

—¡Cariño! ¿Cómo estás? —me preguntó una mujer de unos cuarenta años y luego me acordé, era mi madre.

—¡Mi niña! ¡Estás despierta! ¡Qué alegría! —exclamó un hombre de pelo castaño, era mi padre.

—¿Q-qué hago a-aquí? —¿por qué me costaba tanto hablar? Aún no entendía por qué estaba en el hospital.

—Tranquila cielo, estás en el hospital porque te desmayaste en el instituto —me respondió mamá, ahora tiene todo más sentido, pero yo nunca me había desmayado.

—Oh ya veo que te has despertado jovencita Emma Morales —me dijo un doctor.

—Doctor, ¿sabe usted por qué a nuestra hija le ha pasado todo eso? —preguntó mamá preocupada.

—Sí, lamento informarles que su hija tiene epilepsia, le explicaré lo que es; La epilepsia es un trastorno cerebral que hace que las personas tengan convulsiones recurrentes. Las convulsiones ocurren cuando los grupos de células nerviosas del cerebro envían señales erróneas. Las personas pueden tener sensaciones y emociones extrañas o comportarse de una manera rara. Pueden tener espasmos musculares violentos o perder el conocimiento.
La epilepsia tiene muchas causas posibles, que incluyen las enfermedades, lesiones y el desarrollo cerebral anormal. A pesar de eso, en muchos casos se desconoce la causa. Y el tipo de epilepsia que tiene su hija es clónica —respondió el doctor

Los tres nos quedamos procesando todo lo que nos acababa de decir el doctor.

—¿Y...se puede curar? —preguntó mamá.

—En principio, le daremos unos medicamentos para tratar la epilepsia. Nos veremos en dos semanas para ver cómo sigue Emma.

—Está bien doctor, muchas gracias —agradecieron mis padres. Luego el doctor se marchó y mis padres se quedaron conmigo hablando y apoyándome.

Hasta SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora