Girasoles ; Luckity

O1

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Un hombre de ropas elegantes y de gran valor caminaba entre las calles de "clase" baja, acompañado de caballeros con armas en sus manos listas para atacar al que sea quien quera dañar a su rey.

Últimamente en todo el reino, "Las Nevadas", se recorrió el rumor de un chico apenas de trece años luchar, e incluso asesinar, gente con mayor diferencia de edad, esto llegó a los oídos del monarca. "Interesante" fue lo que pensó cuando recibió la noticia.

Awe Sam, reclutó a sus más fieles hombres en busca del niño, dando lugar en las zonas más alejadas de su reino.

Grietas y ladrillos esparcidos por todo el sitio con una gran cantidad de suciedad que a cualquiera le daría asco pasar pero el rey no se inmutaba, siempre se mantenía en firme y gran postura de superioridad.

Vio adelante suyo hombres en círculo abuchendo y otros gritando en victoria entre risas.

Ahí estaba él, en medio de todos. Un chico de cabellos castaños, su mirada vacía y sin una pizca de brillo, ojos de un intenso color rojo, su cuerpo lleno de cicatrices y su ropa notablemente desgastada, sostenía una espada en su mano derecha y veía fijamente el cuerpo de un adulto que estaba recostado en un gran charco de sangre.

Mientras más se acercaba, más los hombres se daban cuenta de su presencia y se alejaban un poco arodillandose ante su rey.

El castaño miro sobre su hombro viendo al gran hombre que estaba atrás suyo.

—Hey, hola chico.—Saludo con suavidad inclinándose para quedar en la estatura del niño.

Solo observo como el menor no quitaba su misma expresión, ninguna otra emoción se fijaba en ese rostro.

—No exageraban, solo es un niño...—Murmuró—, ¿cómo estás?

Ninguna respuesta. Se mantenía callado.

—¡Oye mocoso, el rey te esta hablando!—Hablo con enojo un escolta.

—No hables hasta que yo te diga.—Ordenó Sam sin voltear a ver al hombre.

—Si su majestad...—Susurro.

—¿Qué hace un rey por aquí?—Por fin escucho la del castaño, era bajita y algo rasposa.

—Vine a verte, en todo el reino se habla mucho de ti—Respondió sonriente—, quiero llevarte conmigo.

—... ¿por qué yo?—Miro con sorpresa al mayor.

—No todos los días se encuentra a un niño como tu, eres sorprendente muchacho—Vio a lado suyo directo al cuerpo ya sin vida de ese hombre—, ¿cómo te llamas?

Pensó si era buena idea decirle su nombre, era el rey, ¿que tal si vino solo para encarcelarlo por acabar con la vida de muchos?, ¿o lo llevarían para ejecutarlo?

Sam noto como el cuerpo del menor empezó a temblar.

—Tranquilo muchacho, juro que no haremos nada, ¿vale?—Alzó su mano como sello de promesa. Sonrió ante la reacción calmada del niño.

—Me llamo Luzu.—Contestó.

—Bien, soy el rey Awe Sam, me gustaría que fueras mi fiel caballero, mi mano derecha, ¿que dices?—Estiro su mano para estrecharla con el menor pero este solo se exaltó.

—Mis manos están manchadas...

—Es solo sangre, no pasa nada.—Sonrió.

—Quiero decir, mis manos están manchadas de gente que les arrebate su vida. Están manchadas por crímenes, mi cuerpo también, yo, no me atrevería a tocarlo, jamás deje que alguien me tocara, no estoy limpio.—Se alejo un poco del mayor.

—Entiendo, solo...—Quedo pensativo,  llevo su mano a su bolsillo, sacó unos guantes de color negro y se los enseñó al menor, ofreciendolos—, te los doy, así podremos estrechar nuestras manos.—Sonrió.

Dudo, esos guantes seguro eran costosos y ese hombre se los estaba dando solo para tener contacto.

—Anda, no te preocupes, tómalo como un regalo.

Luzu no iba a decir, noto que el rey era insistente. Suspiro y agarro los guantes con delicadeza, los miro por un rato y decidió ponérselos.

—Bien, ¿entonces estas de acuerdo con lo que dije?—Volvió a estirar su mano.

—Será un honor, su majestad.—Sonrió de lado.

Con ese apretón de manos, ambos hicieron un juramento de caballero y rey.

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Nota: capítulos cortos o largos.