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[🌻]
—¿Qué te parece?
Luzu miro emocionado el campo de entrenamiento, ver a los soldados empuñar su espada y como se turnaban para cada combate.
Se dividía en dos partes, una parte era solo tierra donde habían obstáculos de calentamiento y una parte más al fondo estaba hecho de lodo, precisamente para los combates.
—¡Esto es genial!—Exclamo—, no puedo esperar en comenzar.
—Um, ¿seguro que quieres empezar ahorita?
Sabía que Luzu era fuerte pero hubo una parte que se decía que talvez era demasiado pronto como para someterlo a estas clases de cosas y más si el menor quiere ir a misiones riesgosas.
—... Claro, yo tenia un pequeño lugar donde entrenar y siempre me la pasaba allí.—Comentó.
—Apenas te voy conociendo y me preocupas, eres menor aún...
—Su majestad, yo le prometí en proteger al reino y a su gente, quiero ser fuerte para ayudar en cualquier cosa y yo sabré el momento cuando me rendiré por mi mismo.—Se inclino.
Este niño siempre llegaba a sorprenderlo.
—Si te digo que no, no me dejaras en paz, ¿cierto?
El castaño asintió.
—Me rindo, te presentaré al entrenador.
Guió a Luzu hacia un hombre que tenía un cuerpo muy bien trabajo, y cuando decía que muy bien, literalmente estaba muy musculoso, su cabello negro recorrido hacia atrás y su postura de un gran líder.
—Vegetta.—Llamó.
—Su alteza—Giro a verlo e hizo una reverencia—, un gusto verlo.
