Mira mis penas somnolientas, todas mis heridas están abiertas y sin querer te pensé en el medio del dolor otra vez.
No entiendo tus gestos; cómo saber lo que querés, haciendo como si no querés.Lo siento, te siento.
Imágenes sobre el ayer se tiran sobre mis cicatrices marchitas y sin querer te pensé en el medio del dolor otra vez.
Lo siento, te siento.
Tu sabiduría es mi filosofía.
El agua que corre por mi cuerpo, mojándose entre el viento, el sol quemando a pasos lentos y vos que seguís sin aparecer aunque sea en mis sueños. Por la noche la luna siendo testigo de tu actuar como un mendigo y entre la niebla te digo, "quédate conmigo".
No te importó que esté herida, sintiéndome en ese momento una ridícula.
ESTÁS LEYENDO
MENTE VIGOROSA
Randomno hay no existe. Poemas que fue saliendo de mí a lo largo de mi adolescencia (empezó en esa etapa y finaliza en la misma)