4. Perverso

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—Bonita falda. —Off le sonríe de lado, mirándolo como a una gacela acechada por su cazador: pantera negra de ojos cargados de deseo—. Se vería muy bien en el suelo de mi habitación, Gunnie...

Gun se ríe, fresco y se recarga en la pared contigua a donde su novio lo observa, en la puerta de su habitación. Tienen el departamento para ellos por primera vez en mucho, mucho tiempo y al irse sus compañeros actores, a sus respectivos departamentos. Gun aprovechó para escaparse, apenas su novio le mandó un mensaje privado al subir su foto con el vestuario que Arm, preparó para aquella escena, al chat grupal del estudio.

Ven al terminar. No te cambies de ropa, estoy solo. Y la tengo dura.

¡Joder! Cómo se había encendido con tan pocas palabras. Hasta su maquillista le había tenido que abanicar la cara del rojo intenso que se apoderó de su rostro de pura lujuria y anticipo. Nunca había sentido tan larga la duración de una escena, como esa tarde y Gun apenas escuchó el "¡Terminamos!" salió disparado rumbo a la camioneta que lo llevaría junto a su novio.

Y ahí están, frente a frente, con unos cuantos pasos de distancia. Jugando con la paciencia y la cordura del otro.

—¿Me hiciste venir hasta acá para decirme eso, Jumpol? —camina lentamente hacia Off, quien no le quita los ojos de encima—. No vine a escucharte hablar. —Se recarga en su pecho, subiendo en sus puntas para susurrarle en el oído—. Arráncamela de una puta vez.

Y ya no hubo más palabras entre ellos. Off se apresuró a besarle los labios al bajito con pasión y deseo, mordiendo las suaves almohadillas rosadas, reclamando con su lengua la boca de Gun quien gemía y apretaba con fuerza la tela entre sus dedos. Pronto la ropa comenzó a sobrar y Gun se aseguró de sacarle de un tirón la camiseta a Off, separándose apenas un poco.

El más alto lo tomó en brazos, rodeando rápidamente Gun su cadera. Demonios, estaban tan jodidos, tan excitados, tan deseosos uno del otro después de tantos días separados con la grabación de escenas, por separado, y finalmente estaban juntos, aparentemente Off mucho más deseoso que nunca antes.

El pelinegro rodea con sus grandes manos el trasero de Gun bajo la falda, gruñendo sobre sus labios al meter ambas manos bajo el boxer y apretar con fuerza.

—Joder... —Gun deja ir la cabeza contra el hombro de su novio, quien tantea su entrada—. Vamos a la cama, Off...

—No. —Off le besa el lóbulo, haciendo círculos que llevan al delirio al bajito. El largo cabello castaño de la peluca de Gun le hace cosquillas en la nariz—. Te voy a follar aquí, ahora, contra la pared. —Gun tiembla entre sus brazos y deja ir la cabeza hacia atrás, sonriéndole bajo sus pestañas—. Así que abre grande, dulzura... —y mete dos dedos en la boca del más bajo, quien succiona con ganas.

Off retira los dedos y un chasquido abandona la boca de Gun, antes de que de ella escape un suspiro al sentir el primer dedo de su novio dentro de él abriendo al entrar y salir, lubricado con su saliva.

Todo era tan sucio, tan perverso, al rebotar los pliegues de la falda contra su trasero cuando Off lo mecía de arriba abajo, entrando y saliendo. La situación pronto subió de intensidad y antes de poderse dar cuenta, ya Gun estaba contra la pared, con el culo levantado en manos de su novio y los dedos apenas rozando el suelo, de puntitas.

Gun escuchó el sonido del paquete del preservativo ser rasgado y supo que no había marcha atrás, sintiéndose aún mejor cuando Off siseó al recorrer con su mano su miembro, enfundándolo en látex.

—Estabas preparado. —Sonríe burlón, sobre su hombro y con las manos pegadas a la pared—. Planeabas hacerlo aquí, ¿Eh, Jumpol?

Off le besa el cuello desde atrás, alineándose.

—Tal vez... —aparta los largos mechones y le besa los labios con cariño, apenas manteniendo un poco los ojos abiertos para ver su gloriosa expresión al penetrarlo—. Shhh, eso es...

Gun cierra los ojos, siente como Off se abre paso en su interior y le muerde los labios, entregándole el néctar de su expresión nublada de placer muy de cerca. Off se asegura de que se acostumbre, tan cuidadoso como siempre ha sido y cuando su novio empuja suavemente arrancándole un gemido ronco, sabe que puede continuar.

Lo sujeta firmemente de las caderas, entrando y saliendo con calma para acostumbrar a Gun y cuando es el bajito quien empuja con fuerza, aumenta la velocidad de sus embestidas, asegurándose de encontrar el dulce punto de llevará a Gun a la lujuria.

—¡Ah! —Gun gime, ronco, su voz pesada de placer cuando Off acierta en su próstata y un rayo le recorre cada centímetro del cuerpo—. Sí, Dios... Justo ahí...

La visión de Off es preciosa: la falda sobre su trasero, levantada apenas lo suficiente para que pueda verse a sí mismo penetrar a su novio y el gusto culposo de la visión lo invade, haciéndolo sonreír con sorna. Se lame los labios e inclina su pecho contra la espalda de su pequeño novio.

—Pero que colegiala tan sucia... —le rodea con la diestra el miembro erecto y goteante y Gun alcanza a contener entre sus dientes un gemido—. Gunnie, Gunnie... —canta, con malicia, subiendo y bajando, cortándole la respiración—. Que traviesa, Gunnie...

El pequeño, mueve de un lado a otro la cabeza, la echa hacia atrás y le sonríe, con los ojitos cerrados a su novio que se encarga de llenarlo de placer.

—Me pones tan mal cuando me hablas sucio...

Un suave beso en los labios.

—Tan dulce. —baja por su mandíbula y deposita otro—. Tan perverso... —sube con la mano izquierda la camiseta de Gun y aprisiona entre sus labios el botón marrón claro de su pecho, lamiendo ese pezón, sin quitarle los ojos de encima—. Me vuelves loco...

Y nadie sabía, aunque podían imaginarlo quizás, que además de amarse como lo hacían, lo que los unía, era que no importaba qué tan descabellado pudiera ser o sonar, algo, ellos lo intentarían, con pasión y desenfreno total. Gun no le temía a nada y hacia del sexo una experiencia magnífica agregando de vez en cuando algo nuevo a sus encuentros, como follar en la misma habitación que sus compañeros de grupo mientras dormían y hacer el mínimo ruido posible o hacerse algunos favores rápidos detrás del escenario o los vestidores. Nadie apostaba a que debajo de esa cara tan bonita, de esos ojitos de cachorro o esa sonrisa infantil se escondían dos chicos con deseos tan carnales uno por el otro y un amor inmenso que los unió desde el principio.

Así como Off apostaba, seguramente nadie podía imaginar que a su dulce Gunnie, quien había trabajado duro por ese cuerpo que lo volvía loco, le gustaba terminar de rodillas cubierto de su semen. Y esa escena, no tenía precio: Gun con la falda cubierto de su orgasmo y el de Off goteándole por la boca y mejillas.

Nadie podría imaginar que Gun, era mucho más perverso de lo que aparentaba y creían.

Y joder, cómo le encantaba.

—Conserva la falda... —suplica Off con su novio en brazos, llevándolo a la ducha para pasar ahí juntos otro rato, aprovechándose mutuamente—. Por favor, dile a Arm que la perdiste.

Gun se ríe, con la mejilla pegada al hombro del alto.

—Y luego dices que el perverso soy yo...


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OS de Byun-Bacoon

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Just OffGun - H.A #35Donde viven las historias. Descúbrelo ahora