9. Vendido

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Las luces bajaron, como siempre puntual a la media noche cuando el club se sumerge en sutiles tonos de rojo para quedar en completa penumbra antes de que por los parlantes escuché la voz del maestro de ceremonias. Nadie le ha visto el rostro y cuentan leyendas entre los clientes frecuentes y de mayor antigüedad, que el hombre lleva siempre el rostro cubierto por esa máscara debido a las cicatrices que surcan de su mejilla a la ceja izquierda atravesando lo que esconde con vergüenza.

La mesa que comparte con otros dos hombres se sumerge en un abismal silencio, cuando el más adinerado de ellos sonríe de medio lado, con sorna, sabiendo que esa noche resultará ganador cono cada año en la que la subasta se organiza y puede apostar al tope hasta que su contrincante se rinde. Off no puede verlo pero sabe que sonríe, puede sentirlo y le causa no más que asco, repulsión pues sabe que va a pujar la apuesta hasta lo último y lo siguiente será el rostro decepcionado y hasta asqueado, aterrado, de alguno de los sumisos en el podio que ha sido comprado por tan despreciable criatura a la que Off se niega a llamar ser humano. No quiere estar ahí esa noche, para ser absolutamente honestos, pero no puede faltar al evento anual siendo él uno de los clientes frecuentes y distinguidos, pero absolutamente no de los que participan más allá de la vista en noches tranquilas y en esa en particular, cuando el dinero corre de mano en mano y los hermosos chicos son vendidos por semanas o meses a manos de gente que, con suerte, va a ser de su agrado.

—Buenas noches. —anuncia el MC desde el escenario, con su siempre pulcra máscara negra—. Sean bienvenidos a la subasta anual de Octubre.

Off aplaude, sutilmente y bajo la mesa mientras observa con desprecio al gordo sujeto a su lado, quien ya se relame los labios de anticipo.

El dueño del club comienza con la letanía de todos los años, anunciando que el dinero irá a asociaciones de beneficencia, que los contratos se firman ese día y para romper alguno hay que acudir a él personalmente y detalles, como "Quien puje al último gana" que ya todos conocen. Esa noche está presente una de sus amigas dentro del ambiente quien le sonríe de lado alzando su copa de champagne, con los labios rojos a juego con ese brillante y hermoso vestido que deja poco a la imaginación pero sigue siendo sutil, largo y ajustado.

Off sonríe de vuelta a Jane quien, con su paleta en alto, le saluda de lejos. 

El hombre a su lado en la mesa, ríe con desprecio, sujetándose la barriga. De sus labios cuelga un cigarrillo que le rodea el rostro vil de humo gris.

—Off, Off, Off... —expulsa el humo al otro lado, pero Off puede sentir como si se lo tirase en la cara— ¿Por qué no ponen fin a eso que se traen y follan de una vez?

El pelinegro suspira, riendo ante la estupidez que ya conoce y no termina de gustarle.

—La señorita Jane y yo no tenemos ese interés por ahora, señor Norrapat.

El hombre balbucea algo, mirándole las piernas a la bella dominatrix, mesas adelante. Cosas como "vaya idiota" y "menudo forro que es esa Jane".

—Sin más preámbulo, comencemos con la subasta.

Ese año no hay demostración, debido a que todos los sumisos en subasta son recién iniciados y dentro de sus términos, está explícitamente especificado que lo que buscan es ser orientados por un Maestro o Maestra que cuide de ellos al ser su primera experiencia con un Dominante personal y ya todos no aprenderán del mismo: El dueño del club. El hombre mantuvo bajo su ala a cinco chicos nuevos y dos muchachitas, de no más de veinticinco años cada uno. Cuidó de ellos al mantenerlos alejados de charlatanes y de los mismos miembros del club que tenían fama de malos dominantes. Les enseñó postura, obediencia y todas las órdenes básicas así como qué hacer en caso de utilizar la palabra de seguridad. Pero a ninguno más allá de esos, pues son vírgenes, lo que reduce drásticamente lo que pueden o no hacer y solamente buscan ser orientados y educados adecuadamente. El contrato específica, sin embargo, que si quieren formalizar por seis meses con su Dominante, deben hacerlo después del término de los dos que incluye su contrato de compra. 

Just OffGun - H.A #35Donde viven las historias. Descúbrelo ahora