Parte - 13.

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Kara POV.

Dejar a Lena esa mañana, fue una de las situaciones más difíciles que he vivido. Aún hoy después de tanto tiempo sin saber de ella, me sigue doliendo cómo el primer día desde que decidí marcharme de su lado.

Recuerdo con claridad la mirada que me dedicaron sus hermosos ojos esmeraldas al encontrarse con los míos en la mañana siguiente de hacer el amor. Apenas nuestras miradas se encontraron esa vez, supe qué tal cómo había pronosticado la noche anterior, Lena se estaba arrepintiendo de lo que hicimos. Eso me estrujó el pecho con dolor por imaginar lo que estaba pasando por su mente; pero aún así intenté parecer optimista, tentando a mí suerte quizás con la esperanza de que tal y cómo había pasado la noche anterior, Lena pudiera olvidarse de todo lo que está en nuestra contra, pero por su puesto ella es tan obstinada cómo yo, y me causaría ternura esa semejanza entre ambas, sí eso no me hubiera costado su compañía.

Cada palabra que nos dijimos esa mañana, se repite constantemente en mi mente, cómo un mal mantra recordándome todo lo que salió mal entre nosotras. Me dolió tanto qué ella me dijera que estábamos mal al sentirnos y desearnos así, pero Dios sabe que la entendía muy bien. Porque llegar a la aceptación de lo que quería de Lena, me costó todo un largo mes de excesos y noches en vela pensando sólo en ella. Y cuándo acepté mis deseos y anhelos, también tuve que aceptar que Lena podría no compartirlos conmigo. Y sí ella me hubiera detenido desde el principio con palabras claras de qué no me quería de esa forma y con hechos certeros de su parte que no me dejaran entrever que estaba en mí misma situación; yo habría dado un paso atrás, porque esto tenía que ser algo de ambas o no podría funcionar jamás. Pero Lena no hizo nada de eso, y en cambio me correspondió con sus profundas miradas, junto con su cuerpo qué reaccionó voluntariamente al mío y esa bendita noche en que nos fundimos en una sola mientras hacíamos el amor, porque nuestra pasión habló más fuerte que todas las negativas que ella pudiera tener. Pero para mí mala suerte, esas negativas sólo fueron acalladas por esa única noche, porque en la mañana regresaron con fuerza a derribar lo poco que habíamos alcanzado a avanzar.

Sigo recordando esa maldita pregunta qué Lena me hizo cuándo vió que mi decisión de irme de su lado estaba tomada. No pude evitar pensar esa vez y aún sigo pensando que quizás hay algo que esperar de Lena, pero no quiero hacerme más ilusiones de las que ya me había hecho con nosotras, porque se me estaba partiendo en dos el pecho al ver mis expectativas ser destruidas por la cruel realidad.

Bastante duro es sumarle a todo mí sufrimiento, que sólo se prolonga a cada hora de mis días, por su recuerdo latente viéndome con tristeza desde su porche, mientras subía mis maletas a aquel taxi que me llevaría hasta la estación de trenes dónde había empezado toda nuestra historia. Sus ojos estaban rojos e hinchados llorando lágrimas amargas, qué no se interesaba en ocultarme y que dejaban su inconfundible rastro sobre la tela fresca de su suéter. Esa imagen suya me perseguiría para siempre, porque yo no estaba mucho mejor que ella. No sabía cuánto quería a Lena, hasta que me obligué a dejarla para no lastimarme más. No sé en qué punto de mí vida había pasado, pero lo hizo. Y eso sólo agregaba una carga más a la lista de desesperos que sufría desde que Lena salió de mi vida.

Y desde que me marché de su villa, he estado prácticamente recluida en mi casa en Midvale. Estaba acompañada de los hermosos recuerdos de mi madre en cada rincón del lugar y eso aliviaba en algo la angustia en mi pecho. Pero al caer la noche, mientras intentaba dormir, los recuerdos de su cuerpo bajo el mío, mientras nos amábamos con desinhibida pasión me alcanzaban y me hacían desear de nuevo a la única mujer que no puedo tener, y eso es sólo porque ella no quiere ser mía, lo que me duele mucho más.

Los amigos que tengo en la ciudad, me han ayudado bastante a distraerme en todos mis días, ya qué cualquier excusa es buena para no pensar en ella y en todo lo que pudimos ser juntas y que no podremos ser jamás.

OverflowingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora