Parte - 20.

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Lena POV. 

Me alegró tanto que Kara me aceptara y poder al fin ser libres para comportarnos cómo en realidad queremos. Ambas deseamos esto, y ninguna está obligando a la otra a sentir, y sin embargo lo que más queremos es seguir dando rienda suelta a nuestros sentimientos. Y yo la quiero tanto, y no con el cariño que una madre siente por su hija, sino cómo el que se siente por una mujer. Y quiero tanto a Kara que duele, pero todo su cariño hacia mí calma mi aflicción y sólo deja una bienvenida tranquilidad en mi corazón.

Y después de todos los cariñosos meses que hemos pasado juntas después de esa tarde en que le confesé mis verdaderos sentimientos hacia ella y de que Kara los aceptará todos, puedo decir sin dudarlo un sólo instante, qué la mejor decisión que tomé fue venir hasta aquí y elegir amarla a pesar de nuestras circunstancias, porque Kara es una mujer digna de ser amada. Ella es humilde con todos, es justa y es sincera con todo lo que siente y con lo que quiere y espera de los demás y eso es algo muy raro en estos días, y más en alguien tan joven cómo ella, y eso hace que la admire cada vez más. Y cada día conozco otras luces de una misma mujer, una mujer que quiero hacer completamente mía, y no sólo con palabras sino con hechos. Kara, es tan hermosa y la deseo tanto, que sólo el recuerdo grabado en mi mente de toda su pasión, es lo único que me ha mantenido cuerda todo estos días que hemos pasado juntas y que no hemos podido hacer nada más que besarnos y anhelarnos a causa de mis heridas. Mismas que por suerte ya han ido sanando perfectamente bien gracias a las terapias Sam y a los cuidados de mi bella rubia.

Kara, no ha perdido ningún momento de mi recuperación queriendo acompañarme a cada paso, y también por querer vigilar a Sam, porque según Kara, mi terapeuta gusta de mí. Y me siento tan halagada por sus celos, a pesar de que le he insistido que no me interesa nadie más que ella, pero siempre es bueno para el orgullo ser apreciada de esa forma, más sí es por la mujer que quiero.

Y hablando de los profundos celos que siente por Sam, misma que está tomando su camino lejos del área de piscina de la casa para dirigirse a la salida, después de finalizar nuestra terapia diaria y de decirme que no faltarían muchas sesiones más para terminar por completo mi recuperación. Y bendita sea por decirme eso, porque estoy deseando hacer varias cosas que requerían del completo funcionamiento de mi cuerpo y la mayoría incluyen a cierta rubia despampanante muy cerca de mí.

Giro mi vista hacia atrás, sólo para encontrar a la dueña de todos mis suspiros. Kara, se ve absolutamente hermosa con ese precioso traje de baño sobre su escultural cuerpo. Todas sus curvas son exquisitas desde mi lugar y no quiero perder ésta vista jamás. Ella está acostada sobre una pequeña cama en el área de descanso de la piscina, y los rayos del sol bendicen con gracia cada centímetro de su suave piel. Mi cuerpo entero vibra de gusto, amando toda la vista que ella me da.

Me levanto con calma de la colchoneta para ejercicio que uso para mis terapias y acomodo la cinturilla de mi corto pantalón en mí cintura y ajusto mi apretado top deportivo sobre mis senos, mientras observo concentrada a Kara aún acostada delicadamente sobre aquella cama, mientras mira con su ceño fruncido a la silueta de Sam alejándose con lentitud de nosotras. Sonrío ampliamente al darme cuenta que ella está celosa nuevamente y ese conocimiento llena de energía mi andar hasta ella.

Kara, no se percata de qué estoy cada vez más cerca de ella, y eso es sólo porque está aún muy concentrada en el lugar del que seguro ya salió mi fisioterapeuta.

Detengo mis pasos justo enfrente de ella, obstaculizando su lejana mirada en la salida de la parte trasera de la casa y es ahí cuándo sus profundos ojos azules me miran curiosos desde su lugar.

- Deja de mirarla así.- le pido en tono de broma y ella me mira sin entender. - Sam, sólo está haciendo su trabajo, no deberías mirarla así.- le aclaro, señalando la zona por la que mi terapeuta se fue. Kara, bufa en desaprobación de mis palabras y yo sonrío de nuevo sintiendo ternura por su malestar. - Su trabajo no es comerte con la mirada, Lena.- me recuerda con dureza.

OverflowingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora