Parte - 4.

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Lena POV.

Aún no supero todo lo que ha sucedido en las últimas veinticuatro horas. Ayer cuándo me desperté no tenía más preocupaciones que las de mi casa y mi creciente viñedo junto con mi empresa, y hoy la incertidumbre parece abarcar toda mi vida.

Kara, es sencillamente indescriptible y completamente hermosa. Y también es mi hija, esa es otra cosa que no logro superar todavía. Creí que de esa noche con Eliza, sólo quedaba la pena que sentía con ella por haberla utilizado para escaparme por esa noche de mis obligaciones, pero desde que ese mensaje llegó a mi correo, me dí cuenta de cuán equivocada estaba. Kara, llegó a mi vida para quedarse, lo sé muy bien. Ella puede irse apenas terminen sus vacaciones cómo me dijo con tanta seguridad ayer, pero en todo el camino hasta mi oficina, y las ansias que sentí todo el día de volver a casa por saberla allí, me hizo pensar que su recuerdo permanecerá grabado a fuego en las cuatro paredes de mi casa y muy a fondo en mi mente, porque ella no es alguien a quién puedas olvidar, y después del poco tiempo que hemos pasado juntas, no quiero tener que olvidarla.

Ayer, cuándo volví a la casa en medio de la noche desde mi oficina, esperaba retomar nuestra charla abruptamente interrumpida por Kara esa tarde, pero grande fue mi sorpresa, cuándo el chico que envié a ella para que se pusiera a su servicio, me dijo que ella había salido y no había dejado recado de volver, y aunque la esperé algunas horas despierta, no tuve razón de dónde estuvo en toda la noche.

La duda de adónde habría ido, me sigue carcomiendo aún hoy por la mañana, lo que me hace suponer que todavía no estamos en esa etapa en que me cuenta sus cosas o nada en lo absoluto. Kara, me dejó bastante claro ayer que no resiente una relación materna conmigo y mucho menos la está buscando ahora. Pero eso no quita que yo quiera saber sobre ella y dónde está pasando su tiempo en la ciudad, porque finalmente ella llegó a Italia buscándome a mí, sea cuál fuera el verdadero motivo de su llegada a mi vida. Bien podría averiguar por mis propios medios todo sobre Kara, pero quiero que ella sea honesta conmigo y saber por su boca todo sobre su vida. Sé que ayer no terminamos muy bien, y creo que tengo mucho de culpa en eso. No sé qué tan admiradora sea ella de que la estuviera viendo con tanta seriedad gran parte del tiempo y sobre todo con tanto interés. No pude en ningún momento de nuestra conversación, dejar de confirmar a cada instante lo linda que ella es. Sé que no está bien que piense así sobre Kara, finalmente ella es mi única hija, pero no puedo evitarlo. Mi mente viaja constantemente al instante en que la miré en toda su gloria frente a mí, y no olvido la profunda reacción que generó en mi cuerpo toda su innegable belleza. - Detente con ésto.- me recrimino en medio de mi oficina vacía, porque no puedo seguir pensando así.

Tengo que concentrarme en el trabajo que estoy haciendo y más tarde cuándo llegue a casa, y sí ella está en su cabaña, intentaré iniciar una relación, qué sí si no es de madre e hija con ella, que al menos sea una relación cordial entre las dos. Y por lo que queda de la tarde, me concentro en el mundo de papeles sobre mí escritorio, que requieren toda mi absoluta atención, y lo hago motivada por mi reciente resolución sobre Kara.

Pero al llegar a la villa, y pasar por su cabaña, mis ánimos decaen por completo al ver las luces completamente apagadas. ¿Adónde habrá ido ella ésta vez? ¿Por qué no puede estar aquí en la propiedad para variar? Pienso frustrada por toda ésta situación. No me gustan nada sus constantes rechazos a quedarse bajo mi mismo techo o cerca de mí y por otra parte están sus ganas de hacernos esa prueba de ADN, que no veo necesaria, sumado a la renuencia que tenía Kara de comenzar una relación por lo mínimo amigable conmigo y todo se suma a la frustración de saberla huyendo de mí, porque no es posible que ella sólo salga en las noches sin ninguna intención detrás, salvo que esté alejándose a propósito de mí presencia.

- Necesito un trago.- grito en medio de la negra noche, antes de adentrarme en mi casa y encaminarme hasta el estudio, para buscar mi fuerte whisky.

Abro la puerta absolutamente distraída en mis cavilaciones y me adentro en el oscuro lugar, cerrando la puerta detrás de mí con un puntapié, antes de girarme sobre mis pies en medio del estudio.

OverflowingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora