ᴀ́ɴɢᴇʟ ᴅᴇ ᴏᴊᴏs ᴀᴢᴜʟᴇs «David Jones; Criminal Case»

♡ - ¦ Capítulo 3: ¿Compañero?【✎】 ¦ - ♡

┈┈➤No pongan la canción hasta que yo diga, ¿Vale? ¡Empecemos!
《Dedicado a una personita que tengo aquí en mi kokoro, así es; eres tu LDVRB1234, que lo disfrutéis!》
.
.
.

14 de Marzo; 2016

Durante los siguientes dos días —obviamente después de hablar con mis padres, lo que debí haber hecho la primera vez— Babs me estuvo ayudando tanto a prepararme mentalmente para el día esperado como también con las cosas que hacían falta en mi ahora nueva casa. Tratar de contener los nervios puede llegar a sernos muy difícil algunas veces, pero eso no sería un problema para mi, ya tenía todo fríamente calculado para no causar errores.

Desperté con los ánimos a mil el día de hoy, eran las 8:30 de la mañana al ver el despertador a mi lado y ya no pensaba en perder ni un segundo más. Me levanté y voy directo al baño a quitarme el sueño que aún cargaba con una ducha. Una vez hecho esto, busqué en el armario y me vestí con una blusa blanca debajo de un saco color rosa pastel y Jeans azules con los tacones del mismo color.

Dato curioso: DETESTO los tacones, sobre todo los altos. Son una maldita tortura.

Al tener una cicatriz en el dorso de mi mano izquierda, era algo incómodo y complicado tener que explicar la razón de esa herida; además de que era un asunto muy personal que acabó terriblemente mal, así que solo la escondí usando unos guantes negros sin dedos.

Al bajar y dirigirme a la cocina, lo primero con lo que me encuentro es a Barbara preparando el desayuno. Sé que para ustedes parecerá la cosa más normal del mundo, pero para mi es completamente extraño. Ella nunca le ha gustado cocinar porque —según me dijo Santiago— se le quemaba hasta el agua.

—Eh, buenos días —mencioné un poco perdida, sentándome en uno de los taburetes del mesón.

.
《Inspirado en un episodio de Vete a La Versh, y si no sabes que es, entonces vete a la miersh xD》
(N/A: wey, tenía que hacerlo si o si :D)
.

Ella se dió la vuelta y me regaló una sonrisa. Una que hasta a mi me dió miedo, porque con ella, todo era un maldito caos.

—Te preparé de desayunar —dijo lo que ya era obvio, buscando los platos para empezar a servir.

—¿Qué, cómo por qué? —pregunté.

—Güey, por que a veces como que no me caes tan de la mega verga —se quejó.

—Ah, bueno; menos mal, ridícula.

—Te hice un... Un... Este... —otra de sus características en esta amistad es que ella sufre de memoria a corto plazo, en otras palabras; le decís algo y se le olvida a los dos segundos, como Dory de Buscando a Nemo— Un... Un sándwich —hasta que al fin se acordó.

—Otra vez con tu puto sándwich, ¡que ni se te ocurra, pendeja! —advertí aunque ya sabía lo que venía.

Se dirigió otra vez a mi y me entregó la comida, —Toma.

Y sí, ya lo sabía.

Era otro de sus peculiares sándwiches, sin embargo, este era más "especial".