Rude | Dreamnotfound

Capítulo 5

La alarma del celular sonó, pero Dream ya estaba despierto desde hace un buen rato, nervioso por el día que era.

Sábado por la mañana, era el aniversario de George y él como pareja. No podía creer que hoy era el día, hoy le iba a proponer matrimonio a su novio.

La caja con el anillo estaba en su escritorio, no dejando de hacerle miraditas cada dos por tres.

Saltó de la cama luego de apagar la alarma, dirigiéndose a su guardarropa.

Había comprado un traje para esta ocasión especial, y por suerte no iba a estar solo cuando llegara a la casa del castaño.

No comió nada, pues sentía que los nervios le iban a hacer devolver la comida por donde entró, y no quería eso. Arruinaría el momento completamente.

Justo cuando abrió la puerta de su casa para salir se encontró con Sapnap, Karl y Quackity en frente de su casa apunto de tocar el timbre. Los tres llevaban cosas en mano.

Quackity una guitarra, vestido de mariachi. Karl traía puesto un traje de color violeta oscuro con corbata, sosteniendo un ramo de rosas rojas. Y Sapnap, llevaba un traje común color negro, sosteniendo en sus manos una radio para música.

—¿Es broma, verdad? ¡Yo solo les pedí que estuvieran presentes apoyándome, nada más! No tenían que... traer todo eso— se quejó Dream, ya estaba demasiado nervioso como para imaginar el cómo se arruinaba su escenario perfecto.

—¿Entonces no quieres las rosas?— le preguntó Karl. —Se las puedo dar a Sapnap...

—¿Y a mí? ¡¿Qué estoy pintado o qué?!— le reclamó Quackity.

—¡Nenas, nenas, las dos son bonitas! Ahora callense que Dream está estresado— dijo Sapnap, entrando a la casa del rubio sin preguntar.

Todos dejaron las cosas que no necesitaban adentro, saliendo de la casa luego de eso para ir al coche de Dream.

Aparentemente Quackity se estaba muriendo de calor por su ropa de mariachi, al igual que los demás chicos que se sentían incómodos al usar trajes elegantes. Siendo Dream el único que usaba traje ahora, derritiéndose de calor, pues los chicos se cambiaron en su casa.

Estaba sudando, estaba nervioso, y tenía hambre. Mientras conducía casi choca a una chica, aunque no fue del todo su culpa, ya que esta no se decidía si cruzar o nó la calle sabiendo que venía su auto no tan a lo lejos.

Por suerte llegaron a la casa de George completitos.

Pero eso no quita el hecho de que el rubio ahora estaba temblando, con el corazón en la mano al momento de tocar la puerta de la casa, sus amigos escondiéndose detrás de un naranjo que había en el jardín de la casa.

—¡Tú puedes, Dream! ¡No seas marica!— le gritó Quackity, recibiendo un golpe por parte de Karl.

—¡Pero si ya es marica, tonto!— le dijo Sapnap, Karl golpeándolo al igual que Quackity.

Entonces se escuchó como Dream tocó a la puerta.

Un silencio sepulcral haciéndose presente luego de escuchar un "¡Ahí va!" desde dentro de la casa.

Unos minutos después la puerta se abrió, el rubio se tensó en su lugar al ver al adulto en frente suya. —Ah, eres tú, ¿Qué quieres?— el hombre preguntó sin interés alguno. Sin notar al principio la vestimenta del menor.

—Buen día señor Davidson... Yo vine aquí el día de hoy para hacerle una pregunta...

—Ajá, ¿Y esa pregunta es..?

—¿Puedo estar con su hijo por el resto de mi vida?

Dream cerró sus ojos con fuerza, esperando cualquier cosa, pero muy dentro de sí anhelando que dijera que aceptaba, pensando constantemente "Di que sí, di que sí, porque necesito saberlo".

Pero al parecer hoy no era su día de suerte.

—No te daré mi bendición hasta el día en que me muera— le contestó el mayor, el rubio mirándolo en cuanto dijo eso. —Mala suerte mi amigo, pero la respuesta es NO— y le cerró la puerta en la cara de un portazo.

Los chicos salieron de su escondite y fueron junto a Dream. Este estaba a punto de llorar, pero se limpió los ojos antes de que pasara y dijo. —¿Por qué tiene que ser tan grosero? ¿Acaso no sabe que yo también soy humano?

Karl fue directo a abrazarlo, mientras Sapnap le acariciaba la espalda para que se sienta mejor.

—Ya, ya, tranquilo hermano— lo consoló el de bandana.

—¡Pinche pendejo hijo de puta!— dijo el mexicano, para luego sacarle el dedo medio a la puerta de la casa como si allí estuviera el padre de George. —¿Y si le tiramos naranjas a la casa?

—No estás ayudando Quackity— dijo Karl.

—Yo solo decía, para aprovechar que tienen el árbol de naranjas ahí en frente...

—No se preocupen chicos— habló Dream. —Me voy a casar con George de todas maneras.