Corazón partido, orgullo perdido

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Timothy Jackson Drake Wayne. 13 años. Alumno ejemplar. Hijo ejemplar. Entonces... ¿Por qué se sigue sintiendo promedio?

Mi primer año de secundaria fue bueno. Conseguí grandes amigos y alguien que me quería, Steph. En las vacaciones de verano empecé a sentirme desganado, incluso olvidaba darle las buenas noches a mi novia, creo que eso no le gustó mucho. Pensaba "por qué siempre debo ser yo el que le mande mensaje de buenas noches? Ella también debería hacerlo!" Digo, no le costaba nada. Debo admitirlo soy alguien orgulloso...bueno solía serlo. Al ver que ella no se dignaba a mandarme mensajes, yo tampoco le mandaba. Aún lo recuerdo, 22 de julio, días después de mi cumpleaños me dejó. Su excusa fue que "no era lo que buscaba". No se si se refería a mi o a la relación, la cual consideraba que era buena, no había razón de ese mensaje, llevábamos 5 meses juntos, los habíamos pasado bien! La relación no era y tampoco era que el mensaje se explicara bien, así que hasta el día de hoy sigo pensando que la culpa de nuestra ruptura soy yo. Tal vez al no mandarle mensaje él pensó que había perdido el interés, realmente no lo sabía.
Ella dijo
-Pero podemos ser amigos.
Yo estaba llorando internamente, olvidé mencionar que fue por mensaje? No podía pensar que la chica que me juraba jamás terminarme por mensaje lo estaba haciendo, además "podemos ser amigos". Quién en este plano existencial puede aceptar eso?! No sabía que responder, solo le puse "seguiremos siendo compañeros". Ese mensaje solo lo vio y ni siquiera respondió. Me había preguntado al día anterior que qué pensaba sobre que termináramos, le dije que como quisiera, digo es enserio que me preguntó eso?! No quería terminar con ella! Aunque le hubiera dicho que no, no es como si pudiera forzarla a seguir en una relación que ya no quería, solo tenía que hacer una cosa. Aceptarlo.

Desde el principio supe que no era lo suficiente para ella, siempre lo supe y es por eso que fingía ser inalcanzable, siempre con aires de orgullo pero realmente sabiendo que no soy nada. No podía seguir fingiendo que nadie me merecía cuando en realidad era yo quien no merecía a nadie.

Así que con tan solo 13 años recién cumplidos perdí mi orgullo, mi autoestima, mi seguridad. Había perdido lo que me hacía ser yo. Y adivinen! Creé mi propia frase!

"Corazón partido, orgullo perdido".

La Adolescencia/Tim DrakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora