7. Plan B

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El sol brillaba como nunca antes lo había hecho en la Tierra. Aunque era bastante temprano, la gente ya paseaba por la explanada del Arca; algunos estaban desayunando, otros se ponían al día de las novedades y, por su puesto, los guardias patrullaban para asegurarse de que esa tranquilidad continuaba. El sentimiento de sosiego era contagioso, hasta el punto de hacerte olvidar por momentos que seguíamos en guerra con los terrestres o que Jasper, Monty y 40 personas más continuaban encerradas en el Monte Weather.

Me estremecí dentro de la chaqueta y aligeré el paso hacia el taller de Raven, que se encontraban en el lado opuesto. Al parecer, pasaba la mayor parte del tiempo encerrada ahí, arreglando cachivaches e investigando temas ultra secretos que no le contaba a nadie. Ahora, solo Clarke y yo sabíamos de qué se trataba.

Le di un suave toque a la puerta de metal y esta se abrió sola. Asomé la cabeza lentamente, curioseando por encima antes de divisarlas sentadas en un taburete cada una. Suspiré aliviada y entré con decisión.

—¿Qué hacéis aquí tan temprano?

Ambas se sobresaltaron al verme y me reí entre dientes. Me llevé una mano al pecho, haciendo como que me ahogaba de la risa, y Raven me lanzó un interruptor que pude esquivar en el último momento.

—¿Y tú? —inquirió ella, alzando una ceja de manera irónica.

—No podía dormir —musité, disimulando todo lo posible.

La verdad era que no había pegado ojo. Me había pasado toda la noche repitiendo las palabras de Bellamy en mi cabeza e intentando crear una historia que tuviera sentido y en la que no tuviera que odiar a nadie. Además, Octavia había estado teniendo pesadillas toda la noche y, al final, habíamos terminado compartiendo nuestro dolor.

—Seguimos dándole vueltas al plan —explicó Clarke, con voz cansada.

Ella también tenía unas ojeras pronunciadas, aunque eso llevaba siendo así mucho tiempo. Además, su noche podía haber sido tan mala como la mía si había terminado discutiendo con Finn.

—¿Habéis encontrado algo bueno? —inquirí, señalando con el mentón el aparato que tenía Raven entre las manos y no dejaba de hacer un sonido irritante.

Tenía razón cuando se refería a que teníamos interferencias, pero no imaginaba que fuera tan exagerado. Si alguien intentaba contactarnos, iba a ser imposible entenderlo a través de todo ese ruido.

—Lo oyes, ¿no?

—Es insoportable.

—Ocurre con toda la comunicación a larga distancia —comenzó a explicar, poniéndose seria al instante— Está distorsionada.

—Por eso fallaban nuestros walkie talkies —añadió Clarke.

Observé los utensilios que había encima de la mesa y me dediqué a ponerlos derechos, en línea recta, como hacía con el material sanitario. Mientras tanto, mi mente no podía evitar vagar a aquellos días en los que desconocíamos del paradero y la existencia de los hombres de la montaña.

—Han estado ahí todo el tiempo y no nos hemos dado cuenta —musité, negando levemente.

Si hubiéramos estado más atentos, más preparados, no nos habrían atrapado y nada de esto estaría pasando. Nadie estaría encerrado, Raven habría sido operada a tiempo y Finn... él no tendría que cargar con la culpa de haber liderado una masacre en un pueblo de gente inocente.

—Monty fue el primero en darse cuenta, lo escuchó en la nave Éxodo. Lo están produciendo ellos, desde su montaña.

Raven sonrió de manera amarga y volvió a sentarse en el taburete cuando no pudo aguantar más. Puso una mueca de dolor al intentar incorporarse y se puso rígida, borrándola antes de que alguna pudiera verla. Demasiado tarde.

Escape » Bellamy Blake (the100)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora