n u e v e

106 18 5
                                    

Luego de unos eternos quince minutos el autobús llega a la parada. Mis audífonos salen de su oreja y los desconecto del celular, mientras ella baja con cuidado, como una princesa.

Algún día me atreveré a bajar primero, a tomarle la mano, y ayudarla a bajar; ella me dará una sonrisa y luego me besará. Nos tomaremos de las manos e iremos a mi casa a sentarnos a ver una película, con las palomitas saladas que sé tanto le gustan, pero sin mantequilla, la odia. Luego nos besaremos, y no estaremos pendientes de la película, ella me sonreirá y meterá su cabeza en mi cuello, sentiré sus besos cálidos y húmedos ahí y me sentiré en el cielo. La tomaré suavemente de la cintura y la giraré para mirarla a la cara, ella sonreirá y yo la besaré. La besaré como siempre he querido hacerlo, besaré sus lindas y sonrojadas mejillas, besaré su bella nariz, besaré su frente como cada buena película romántica y terminaré en sus labios.

Terminaré besando esos labios con quienes tantas veces he fantaseado. Y al final, ella me mirará a los ojos, con ese brillo que siempre describen en los libros, y me susurrará con dulzura: "Te amo".

Lamentablemente aún sigo lejos de que eso pase. Bastante lejos.

Bajo después de ella, y veo su espalda mientras caminamos; no pretendo ir a su lado, me siento lo suficientemente avergonzado como para ir codo a codo. Además de que ando perdido en mis pensamientos, que son sobre ella, pero son mis pensamientos.

Miro su trenza. La que yo hice hace unos minutos dentro de ese maravilloso autobús. Miro como so cabello brilla por sobre todas las osas que hay a nuestro al rededor. Su presencia ilumina a cada paso que da, y su aura perfecta y pura, limpia a cada persona que pase por su lado.

Pienso en como llegué a esto.

Como llegué a ir, ya no, escondido, sino a su lado. Como llegué a ayudarla y hablarle ain morir de vergüenza. Como llegué a tocar su cabello con mis dedos tan indignos de tal cosa. Como llegué a ser tan cercano en tan poco tiempo y son hacer absolutamente nada, ¿realmente hay algo bueno en mí?, ¿ella realmente se fijaría en mí?.

Pienso en su sonrisa para disipar algunos pensamientos sobre mi insuficiencia, sobre mi falta de muchas cosas para ser alguien suficiente, como para darle lo que necesita. Su sonrisa. Me ilumina el día. Cada vez que sonríe me llena de luz y de vida, siento como su calor me invade cada vez que está cerca mío, con esa sonrisa tan grande que quiero comérmela a besos.

Aunque pensándolo bien... siempre quiero comérmela a besos.

Mis pensamientos me llevan a divagar entre muchas cosas maravillosas que tiene, muchas que ya tenía más que observadas y analizadas, y otras que no tenía idea de como había pasado por alto. Mis pensamientos me mantienen ocupado y perdido, mientras llegamos a su puerta.

Ella me llama por mi nombre, pero yo sigo perdido. Pero perdido en ella.

"Oye..." Ella mueve su mano por delante de mi cara y despierto. Mis pensamientos se apagan por un segundo, pero en seguida vuelven cuando la veo sonreír frente a mí.

"Lo siento." Río despacio y bajo la mirada, me sonrojo sintiendo ese característico calor en las mejillas, y me siento avergonzado y expuesto.

"No importa." Ella ríe también y mia piernas dan un leve temblor. Soy débil cuando se trata de estar, y sentir interacción cerca de ella. "Eh... bueno, yo... quería preguntarte algo. Digo, pedirte algo... o sea no estás obligado, pero..." Titubea. Se ve tan tierna con su mirada gacha y sus mejillas sonrosadas.

¡Quiero comérmela a besos!.

"¿Qué pasa?" Es lo único que digo. Como siempre, un idiota.

"Eh... pues, he notado que eres muy bueno en ciencias sociales, y bueno... yo soy un asco." Ella ríe como si fuese verdad, pero no es así. Ella no es un asco, nunca lo sería.

"Claro que no eres un asco." Digo. Pero me retracto al instante. "En ciencias sociales, quiero decir." Toco mi nuca con nerviosismo, ¡Que incómodo!.

"Okay, no un asco, pero podría irme mejor." Toca su trenza con sus dedos, y aunque no sé que es exactamente lo que pasa por su mente, sé que no quiere hacer contacto visual conmigo, está nerviosa. La puse nerviosa.

"Bueno, eso sí." La conversación parece apagarse, y ninguno de los dos quiere hacer contacto visual con el otro, los dos estamos nerviosos, y aún no sé que hago aquí.

"En fin, quiero que entres a mi casa y me enseñes." Dice de la nada, después del largo silencio, y por último termina con: "En ciencias sociales quiero decir." 

*

¡Holaaaaa! :) perdón por no haber publicado ayer, no tengo teléfono y no tomé el computador :B pero acá está el capitulooO jiji. Espero que les guste, y voten y comenten, linduras ññññ <3

Diary » corrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora