Martes. Es el segundo día de la semana, y casi como rutina, me veo a mí mismo esperándola en la parada de autobuses. Ha pasado un largo rato, y comienzo a preocuparme por su retraso. Por lo general, sí, se retrasa, pero nunca tanto.
7:36. Seguía sentado, esperando, y nada. Ninguna silueta, ningún rastro de su perfume que pudiera decirme que está por aquí, o está por llegar.
7:47. Ya es tarde, y me resigno. Nada pasa, y la universidad lamentablemente espera, y no puedo posponerla. Será un día aburrido en su ausencia, y solo me queda prepararme para soportarlo.
El camino es oscuro y frío, aburrido y sin maravillas. Solo me aburro viendo por la ventana como los árboles se mueven a causa del viento, o como las nubes avanzan rápido. Usualmente me habría parecido algo maravilloso, pero el día y la situación no ayudaron.
Llego a la universidad y entro al salón, sin poder esperar más para sacar mi cuaderno y dibujarla, para fingir que está aquí y no me falta ese pedazo de luz en mi día.
Comienzan las clases y junto con eso, hago algo de todo; escribo, tomo apuntes y la dibujo, por sobretodo. Siendo este uno de los muchos bocetos que he hecho de ella. Ninguno le llega a la altura de su hermosura, pero es mi mejor esfuerzo.
La puerta se abre precipitadamente mientras le doy los últimos retoques, llamando mi atención, y haciendo también, que muchos —incluyéndome—, fijaran su vista en quien fuera que estuviera en la puerta.
Y ahí estaba. Ella y su grandiosa luz.
Su cabello estaba alborotado, algo húmedo, pero represo en la trenza que lleva siempre. Sus brazos estaba llenos de libros nuevamente y una sonrisa pequeña estaba en sus bellos y delgados labios.
El profesor la hace entrar y ella pasa como si nada. Avanza por los asientos y llega a la fila que está a mi derecha, mira a su alrededor y ve los puestos vacíos que quedan: en el segundo puesto, el último, y el sexto que está justo a mi lado.
Su número es el seis, y comienzo a hiperventilarme. Me mira y yo comienzo a respirar con dificultad. Sé que asiento va a elegir y me pone horriblemente nervioso. Las cosas se está saliendo de control. Esto está mal, y siento como el aire ya no es parte de mis pulmones. Esto es realmente malo, o así es como lo siente mi cuerpo.
Ella toma asiento y se inclina a su izquierda que para mi mala suerte, es en mi dirección. Deja sus libros en el piso y al levantarse me ve mirándola y me sonríe. Lo hago de vuelta solo para no parecer raro, aunque lo sea. Sigo muriendo. El aire no ha vuelto, y me siento mareado. Realmente podría morir ahora.
La hora pasa e intento controlarme lo más posible para no mirarla por un buen rato, hasta que el timbre suene y ella cambie de asiento, o algo parecido; al menos algo que haga que el aire pueda volver a ser parte de mí.
Tamborileo mis dedos en la mesa esperando que el minutero del reloj avance una milésima de segundo más rápido, y como si mis plegarias fueran escuchadas, el timbre suena y boto el aire que no sabía que tenía contenido. Ni si quiera sabía que tenía aire en los pulmones, que bueno que así era.
Cuando estoy por pararme algo me detiene. Más bien, alguien. Y una corriente eléctrica me recorre el brazo a penas me toca.
—Hey —me dice. Y siento el aire a mi alrededor más pesado, como si fuera a desmayarme, ella aún no suelta mi brazo, y me siento fallecer—. ¿Tienes los apuntes de la mañana?
La miro e intento descifrar cuales fueron sus palabras sin perderme en el camino. Por un momento solo veo sus labios moverse armoniosamente frente a mí, y una sonrisa asomarse por sus labios. Pero luego vuelvo, y las repaso en mi cabeza y encuentro una respuesta presentable, mientras, ella aún no me suelta. Las ganas de vomitar me invaden.
—C-claro. Yo... están en... —titubeo, y busco mi mochila con la mirada, casi tropezándome con mis propios pies.
—Tranquilo, me las pasas en el camino a casa —su voz es firme, y sonríe cuando termina, como si fuese lo más normal del mundo, como si no me provocase nada.
Ella toma sus cosas dejando mi brazo libre. Pero sin lograr que las sensaciones que esto produjo no se fueron con su brazo, de hecho se hicieron más fuertes.
Me quedo en shock por un momento y después me doy cuenta de lo que dijo. Y el aire deja mis pulmones en un segundo, y lo único que puede salir de mis labios es un gran suspiro.
Me ha invitado a irme con ella.
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Diary » corrigiendo
Teenfikce❝Cuando se da vuelta a al ventana nuevamente, se lleva consigo mi aire, mi razón, y otro pequeño pedazo de mi ya casi inexistente corazón.❞ Bellísima portada por: @harrytakeacat ♥ Prohibido copias o adaptaciones. © DanaHofer 2015.