e p í l o g o

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Tiempo después.

Por fin todo se había cumplido. Ha pasado bastante tiempo ya, y gracias a ese maravilloso papel donde ella me declaraba sus sentimientos, ahora estamos juntos. 

Y debo reconocer que han sido, cada uno, los mejores días de mi vida. Sin dudarlo.

Ella es sin duda, la luz de mi día. Sin ella, mis días son tristes y apagados, y es increíble como es capaz de hacerme sonreír con solo una palabra de amor, o con solo una mirada. La amo demasiado, y no puedo evitar recordar esos tiempos donde pensaba que ella aún ni siquiera se fijaba en mí.

Esos tiempos donde cada interacción con ella era un mundo nuevo para mí, y me sentía nervioso con cada cosa que pasaba cerca de ella. Temía a su rechazo y temía no ser suficientemente bueno como para gustarle.

Por eso, a veces suelo revisar mi diario. Revisar las cosas que sucedieron y mantenerlas frescas en mi memoria trayendo las imágenes a mi cabeza.

Tomo el diario entre mis manos. Se siente bien tenerlo de nuevo en mis dedos. Con cuidado lo abro y reviso algunas páginas. Cuando la ayudé con sus libros, cuando se sentó conmigo en el autobús, cuando escuchamos música juntos, cuando quiso darme celos, nuestro primer beso, su nota... 

No dejo de sonreír en ningún momento, amo todo lo que tenga que ver con nosotros, amo nuestros recuerdos, y amaré todo lo que venga a futuro, y amaré volver al pasado leyendo mi diario.

Con cuidado lo cierro, aunque algo me llama la atención en la última hoja. Es un papel.

Abro la página y me encuentro con el pequeño papel que le envié luego de su declaración ese día en la universidad. Y junto con eso, hay un escrito en la página.


"Vaya, jamás pensé que tú escribías todo esto. Me siento halagadísima, y no sabes todo lo que te amo.

En serio, te amo. Me haces la chica más feliz del mundo, con tus sonrisas y tus lindas palabras. Me encanta cuando me abrazas y cuando me besas suavemente. Te amo, y ahora te amo aún más.

Casi se me sale el corazón al leer todo esto. Eres en definitiva, lo mejor que pudo haberme pasado en la vida. Gracias por todos esos momento que retrataste de la mejor manera en este diario. Gracias por todas esas sonrisas, los audífonos, por compartir el asiento, por todo. 

Y te amo. Te amo tanto que yo también guardé algunos recuerdos, y entre esos está el papel que me mandaste el día en que tú... ya sabes, ese día. 

En fin, espero que sigamos creando recuerdos hasta la eternidad, y estoy segura de que los mejores serán si estoy contigo. Te amo tanto como memorias hay en este diario, y en nuestros corazones."

Cuando me giro hacia la puerta, con lágrimas en los ojos, ella está ahí, mirando al piso con un brillo especial en sus ojos y con una sonrisa más grande y más brillante que todas las otras. Y cuando se da vuelta hacia mi, se lleva consigo mi aire, mi razón, y otro pequeño pedazo de mi ya casi inexistente corazón.



  


Diary » corrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora