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Todo había iniciado en la ciudad de Nueva Yersey, en Owl Place, donde dos padres habían llevado a sus hijas de seis y cinco años a tomar el té, dos niñas de tes blanca y de cabellos oscuros.

Ese mismo día, en el enorme lugar de ensueño para cualquier persona, una boda se estaba llevando a cabo; dos personas estaban uniendo sus vidas para el resto de la eternidad el mismo día en que las dos niñas fueron con la simple intención de tomar el té.

Como las mejores amigas curiosas que eran, lograron ir a ver desde las puertas de cristal como la pareja estaba saliendo con enormes sonrisas en sus rostros mientras se paseaban por los pasillos con felicidad irradiando de ellos; la pareja se veía feliz, con la hermosa novia de vestido blanco de ensueño y el novio con un traje negro de gala.

Las dos niñas estaban maravilladas con la escena que estaban viendo, hasta el punto de ponerse a soñar allí mismo con la boda de ambas, casándose el mismo mes y siendo la principal dama de honor de la otra; ambas con la persona que pasarían por el resto de su vida y con el vestido de novia que llevarían haciéndolas sentir como unas verdaderas princesas.

Ese día ambas se juraron algo, cuando sean mayores en algún día de junio se casarían en Owl Place, donde en el día que escojan estarán para la otra como muestra de una verdadera amistad, hasta el punto de prometerse tener un vals en muestra de su amistad duradera.

Desde ese día las dos niñas no pararon con soñar el día de su boda.

Ambas lograron comprarse un cuaderno de recortes con ayuda de sus padres, un cuaderno dónde ponían todos sus planes sobre la boda perfecta para la otra, desde que tipo de decoración debería llevar el lugar, hasta el sabor del pastel con decoración tradicional o moderna, detalles que podrían ir cambiando con el paso del tiempo.

Un día decidieron tener su boda improvisada, en el ático de la más alta de las dos; habiéndose puesto un vestido blanco que encontró en su armario y su amiga de lentes con un traje de color morado por haber sido el único que encontró en su armario.

—Y tú Amity Blight ¿Aceptas a esta mujer para amar y respetar, en las buenas y en las malas, en la salud y enfermedad, hasta que la muerte los separe?

—Sí, acepto. Ahora, tú, Willow Park ¿Me aceptas a mí como tu esposa y todo lo demás que dijiste hasta que la muerte nos separe?— Preguntó Amity, revelando sus cabellos marrones en todo su esplendor.

—Sí, acepto. Pero para la próxima ¿Yo podría usar el vestido de novia?

—Willow, el vestido es mío y a las justas me queda, cuando traigas un vestido blanco serás la novia.

La más baja pero mayor en edad asintió, llevando a su 'esposa' por el pasillo donde animales de peluche miraban la escena de la feliz pareja recién casada.

—Es hora del vals ¿Qué canción escogiste?— Preguntó la de ojos dorados acomodándose para el vals.

—Es una canción que escuche cuando mis papás bailaron en su aniversario, creo que es bonita.— La niña se acercó a un tocadiscos y sacó un vinilo que había guardado en su mochila.

Cuando puso el disco, se acercó a su amiga y se acomodaron a bailar.

Y la canción empezó.

Wise men say
Only fools rush in
But I can't help
Falling in love with you

Amity prestó atención a la letra mientras se dejaba llevar en los brazos de su amiga, considerándola una linda canción y una que estaba dispuesta a bailar con ella.

—Oye, creo que ya sé que canción bailaremos en la boda de la otra.— Dijo, mirándola fijamente a los ojos.

Willow sonrió al imaginar en un futuro bailando con ella está canción, en una muestra de aprecio a la otra.

Guerra de noviasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora