Our Love | • Carl grimes •

1 • El comienzo de todo

Hace cinco meses:

Ya habían pasado algunos años desde que perdí a mi familia y los extraño muchísimo. Nunca pensé que los perdería, me aferraba a la idea de que jamás me dejarían sola, pero, como todo en esta vida, nada dura para siempre.

Hace días que caminaba sin rumbo a algún lugar, ya estaba muy cansada y tenía mucha hambre, decidí hacer una pequeña fogata antes de que anochezca y me coman esas cosas las cuales arruinaron mi vida, los odiaba más que a nada, pero no podía hacer nada al respecto.

Cociné dos ardillas que había casado hace unas horas y me las comí, dormí menos de tres horas ya que me despertaron los gruñidos de aquellos, al instante me levanté y los maté con la navaja que me había quedado de mi hermano, no iba a gastar una bala, me quedan muy pocas. Junté mis cosas y seguí con mi camino a la nada misma.

Después de largos kilómetros, a lo lejos, logré distinguir muros, muros muy grandes que contenían un cartel grande en lo que sería la entrada. Decía "Bienvenidos a Alexandria, una zona segura" y eso es todo lo qué logré leer desde donde estaba.

Ya cerca, las puertas de aquel lugar se abren dejando ver las calles y las casas de allí. Dentro me recibe una mujer llamada Deanna, que me interrogó con una cámara y minutos después me presentó a una familia que se había ofrecido a alojarme hasta que sea mayor. Aún sabiendo que todavía falta para eso.

Obviamente no me negué, no quería volver a sentir miedo de que esas cosas me coman todo el tiempo. Pero debo de aceptar que sí voy a extrañar la libertad que tenía cuando estaba afuera.

-Hola, mi nombre es Ron- me saluda simpáticamente un chico como de mi edad, creo que era el hijo de las personas que se harán cargo de mí.

-Jena- respondo neutro.

-Ella es Enid- dice señalando a una chica castaña muy linda -Llegó hace unos tres meses y también se está hospedando en nuestra casa, así que no eres la única aquí.

-Es mejor que te mostremos la casa, te aviso que no hay muchos cuartos así que te tendrás que quedar en mi cuarto con un colchón en el suelo, tampoco hay camas.

-Está bien, duermo en dónde sea- aseguro mientras me lleva a lo que ahora sería mi... ¿nueva casa?

Y así fue como la amistad entre Enid, Ron y yo comenzó, y fue así por un largo tiempo...

Actualidad:

-Jena, ¿Que tal si salimos un rato?- pregunta Enid mientras me veía dibujar un hermoso ramo de Rosas amarillas. Que solo había visto una vez en toda mi vida.

-Me ofende que preguntes, como si te fuera a rechazar- contesto con cara indignada haciendo soltar algunas risas de la chica.

Dejé lo que hacía y juntamos algunas cosas para salir con nuestras mochilas y trepar los muros, no dejaban salir a los jóvenes así que la única forma de salir era escapando.

Nuestro amigo Ron no lo sabe, y tampoco quiero que lo sepa. No entendería el hecho de que al salir de entre estos muros nos sentimos libres, él está aquí desde el comienzo, claro está a salvo, ¿Pero no está cansado de fingir que todo está bien cuando no como lo hacen aquí? Porque yo sí.

Fuimos a la casa quemada al lado de Alexandria tratando de que los que vigilaban los muros no nos vean.

-Enid... ¿Que hay entre tú y Ron?- pregunto haciéndome la tonta.

-¿A qué viene esa pregunta?- cuestiona mi amiga captando a lo que me quería referir.

-No, nada. Sólo que tú sabes que a Ron le gustas y quería asegurarme de que a tí también- respondo con la esperanza de que admita sus sentimientos.