Capítulo 1. Los obstáculos invencibles

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La desilusión es el acto de dejar de creer en sueños o anhelos, los cuales idealizaban un futuro. Ahora solo es una realidad diferente a la que tanto se esperaba, sin esperanza de hacer que su relación perdure. Una mentira más que hizo que su nube cayera retirando el derecho a cualquier aviso que estaba a punto de terminar, simplemente se desvaneció sin la oportunidad de despedirse.

El enamoramiento por aquella persona, que era caracterizada como un ser ideal, carente de defectos y con virtudes inalcanzables para los demás, no era una versión realista y en algún momento debe llegar a su fin.

¿Acaso el amor no era suficiente para hacer que una pareja consiguiera su, felices para siempre, como en los cuentos de hadas?

Durante ya seis meses que su relación llevaba un rumbo correcto, se amaban a cada momento y si era necesario lo gritaría a los cuatro vientos para que todo el mundo se enterara de que los ángeles en realidad existían y tenía la dicha amar a uno durante cada minuto del día.

—Eres mi más grande felicidad.

Bright se encontraba recostado sobre el sillón, rodeando con sus brazos el cuerpo de su novio mientras él correspondía placentero, apoyando la cabeza sobre su pecho, mirando las estrellas desde la ventana, como lo hacían cada noche antes de dormir.

—Y tú la mía.

Levantó la mirada hacia el rostro de su novio reconociendo una gran sonrisa en sus labios, sentía en su corazón mucha tranquilidad al tenerlo junto a él, lo amo desde el primer momento en que lo vio entrar a su cafetería, lo esperaba cada mañana, conocía su menú y un detalle siempre acompañaba la entrega, así poco a poco logro enamorarlo.

—¿Sabes? — menciono haciendo que el castaño se levantara para poder admirar sus ojos — Estoy pensando en lo que haremos en mis vacaciones.

—¿Qué estás planeando?

—Un viaje al mediterráneo — ofreció tomando las manos del menor — Irnos a la playa o tal vez...

—Tal vez simplemente podríamos quedarnos en casa, juntos, abrazados, viendo películas, disfrutando de nuestro propio mundo.

Bright simplemente sonrió a la felicidad que le producía a su novio pensar en estar junto a él. Los ojos de Win brillaban con intensidad mientras relataba muchas actividades que podrían hacer al estar en casa, tal vez un poco de repostería, terminar de pintar los cuadros que estaban arrumbados en la bodega, decorar la casa con un estilo diferente o simplemente abrazar a su novio mientras las estrellas los cobijaban.

—Haremos lo que tú desees.

Tomó sus mejillas con delicadeza y lo atrajo hasta su cuerpo para poder besar esos labios que se habían vuelto una adicción, nunca pensó que un desayuno cualquiera podría traer consigo lo más preciado de su vida. Después de todo lo que ha vivido veía imposible encontrar a una persona para compartir su felicidad, pero Win llegó a su vida y nunca se arrepentiría de amarlo, de demostrarle sus verdaderos sentimientos, de ser cursi junto a él.

Una noche más, dentro de un cuento de hadas, era una alegría inigualable con la que se despertaban cada mañana, Win cantaba mientras preparaba el desayuno esperando a su novio terminara de alistarse, le gustaba ese estilo de vida, pues podía seguir trabajando en su cafetería, pero cuando no quería hacerlo simplemente se quedaba en casa esperando a Bright. No había nadie que reclamara y todas las tardes eran llenas de mimos.

—Buenos días mi vida — espetó el pelinegro dejando un beso en la mejilla del menor para después avanzar hasta el comedor.

Ese era otro aspecto de su relación que nunca desearía cambiar, existía la plena libertad de tu utilizar esos apodos dulces sin importar lo que dijera la gente, aunque siempre habían recibido muy buenos comentarios, sus amigos les repetían a cada momento lo perfecta y envidiable que era su relación.

—Buenos días, cariño — respondió emocionado dejando la olla sobre el lavaplatos.

—Hoy almorzaremos juntos en el lugar que tanto te gusta, ¿Qué dices?

—Magnífica idea.

A pesar del duro trabajo que ambos tenían, siempre alcanzaban a compartir tiempo, Bright era el ingeniero de una constructora muy importante dentro del país, o al menos eso pensaba Win.

Su relación no era como todos lo imaginaban, existía ese detalle, esa mentira sobre su vida la cual Bright no estaba dispuesto admitir, tenía miedo de la reacción que tendría Win, decirle como era su vida en realidad no era nada fácil y tampoco quería decepcionarlo, era mejor mentirle después de todo había resultado bien durante esos seis meses.

—Entonces nos vemos ahí cariño — se levantó de la silla y beso con delicadeza la frente Win — Debo irme, te amo — gritó con fuerza mientras corría hasta la puerta.

—También te amo — devolvió el grito, con la taza de café en sus manos, sonriendo como todos los días.

Miraba su vida de una forma perfecta, a pesar de los problemas que existían, de vez en cuando había peleas dentro de su relación, discusiones que no siempre tenían una solución rápida, pero lo que le hacía perfecta era la capacidad que ambos tenían para solucionar los problemas y no dejarse ganar por la rabia del momento.

—Tienes que encontrar una solución, esto se está saliendo de control.

La voz de su mejor amigo y mano derecha, Singto Prachaya, estaba completamente alterada, ni siquiera controlaba el nivel de gritos que daba dentro de su oficina, las hojas que supuestamente debía revisar, estaban tiradas por todo el suelo debido a la desesperación, con su ceño fruncido apoyo su cabeza al espaldar, odiando por completo los momentos donde debía trabajar.

—Estoy diciéndote que lo podremos solucionar.

—Sí ¿A qué momento? — preguntó con incredulidad sentándose frente a él — Entiéndelo, si no los sacamos del camino, seguirán arruinando nuestros negocios, nos están comenzando amenazar.

—Te enviaron esto.

Otro de sus amigos y socio dentro de su negocio, entro a la habitación con un sobre en la mano color blanco, de inmediato tomo su contenido y sus ojos se abrieron con tal sorpresa que su corazón comenzó acelerarse, sus labios comenzaron a temblar y sus manos se tornaron frías.

—Bright, debes solucionarlo — espetó Singto con un poco más de tranquilidad — Por qué si no les damos lo que quieren, ellos empezarán a debilitarte y eso solo conseguirán matando a Win.

El pelinegro tenía lágrimas en sus ojos, el sobre contenía una amenaza hecha con letras sacadas de una revista y una foto de Win acompañaba el mensaje, aclarando si no caían ante su chantaje, la vida de su novio se vería en peligro y no podía permitirlo, algo debía hacer para que nunca se atrevieran a lastimar a Win.

¿Quién dijo que la felicidad era una manera de asegurar que su relación durara para toda la vida?

Lazos de sangre│BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora