Capítulo 3. Lo nuestro termino

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—¿Me estás escuchando?

Krist Perawat ha sido amigo de Win desde que comenzó a trabajar en su cafetería, se conocieron de una manera común, pero su amistad era tan única como una rosa de color azul, siempre estuvo para escuchar toda la magia que había en su relación, pero ahora parecía que todo lo hermoso había desaparecido por completo.

—Perdón Kit, pero estoy pensando en Bright, ha estado muy distante durante estos días, duerme en la otra habitación y me impide abrazarlo o tocarlo como lo hacía antes — bajo su mirada un poco melancólica por recordarlo — Ni siquiera puedo definir su comportamiento.

Se encontraban en la casa de Krist, Bright había salido muy temprano a trabajar sin ni siquiera despedirse, así que no tuvo otra opción que buscar a su mejor amigo para pasar el tiempo, pero de nada servía, su cabeza pasaba pensando en el comportamiento de su novio y en miles de opciones para justificarlo.

—Piénsalo, desde ahora tiene más responsabilidades, está haciendo todo lo posible para salir contigo en sus vacaciones. Está estresado.

—Tal vez, pero nunca se había comportado de esa manera, tengo miedo.

—Ahí tienes que ayudarlo tú, alentarlo, darle ánimo para que recuerde que tú siempre estarás junto a él.

Win asintió con una sonrisa y abrazó a su amigo con mucha fuerza, se notaba su miedo, su corazón temblaba a cada momento pensando en que Bright podía irse de su vida. Los recuerdos golpearon su pecho haciéndolo retemblar con desesperación, como si no le dejara respirar, no se sentía bien ese miedo de perder al amor de su vida.

—Debo irme, seguramente dentro de poco llegara Bright — menciono levantándose del sofá.

—Cuídate y trata de entenderlo, seguramente todo volverá a la normalidad en vacaciones — sonrió besando la frente del menor con mucho cariño.

Salió del lugar caminando con lentitud, sentía que la tierra se hacía debajo de sus piernas dejándolo un vacío completo, el cual no lo dejaba caer por completo, se mantenía en el limbo sin entender lo que sucedió con el gran amor que tenían, el sabor salado de sus lágrimas se mezclaba con los suspiros ligeros que salían de sus labios, nunca había llorado tanto como esos tres días.

—Mi amor, no pensé encontrarte — dijo secando sus lágrimas con rapidez al ver a su novio sentado sobre el sofá cerca de la ventana.

—Sí, es que venía por unos papeles de la oficina, pero ya me voy.

Bright se encontraba admirando la foto que tenía sobre la mesa de la sala, una donde se notaba la felicidad que ambos tenían desde el día que su relación comenzó, ahora todo era tan diferente, debía fingir que ya no quería estar cerca de él, cuando se moría por abrazarlo y estrecharlo entre sus brazos repitiéndole a cada momento cuanto lo amaba, pero no podía dar marcha atrás.

—Almorcemos juntos, después de todo no creo que te regañen por llegar un poquito tarde — pidió de inmediato tomándolo de la muñeca.

Ese toque parecía una tortura, como si miles de espinas estuvieran atravesando toda su piel, apuñalándolo en repetidas ocasiones para que nunca olvidara lo que estaba a punto de perder.

—No puedo, tengo mucho que hacer — soltó el agarre lo más rápido que pudo — Nos vemos.

Win se había inclinado para poder besarlo, pero en ese momento Bright se había separado como si estuviera siendo obligado a quedarse todavía en el departamento, ni siquiera alcanzó a despedirse y todo eso estaba lastimando aún más su corazón.

Lazos de sangre│BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora