Capítulo 4. Bright abre los ojos

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Bright salió embalado del restaurante ignorando las miradas confundidas que lo asechaban a su alrededor, todo lo que escuchaba se hacía eco en su mente, como si estuviera evitándolos por completo, dejando que una pequeña voz de culpabilidad se repita miles de veces dentro de su cabeza. Estaba completamente solo, incluso ahora las lágrimas lo evitaban, sentía que la sangre de su cuerpo había desaparecido al igual que toda su racionalidad, creando una expresión fría en sus ojos.

—¿Ahora como regreso a casa? — mientras caminaba las palabras de sus labios salían por si solas recordando todo lo que había hecho — ¿Cómo voy a soportar verlo sufrir?

Subía las escaleras con cuidado, sin ni siquiera intentar impulsarse para obtener más rapidez, ahora solo quería que la tierra lo desapareciera, hasta que se detuvo frente a la puerta, estático sin saber qué hacer o como tener la fuerza para verlo destrozado, un suspiro salió de sus labios casi asfixiándolo y la manija de la puerta se giró con tan dureza que parecía un calabozo al cual no quería entrar.

—No entiendo ¿Hice algo mal? — los sollozos no se detenían — ¿En qué me equivoqué?

La culpabilidad comenzaba a llenar toda su mente, repetía mil veces que la causa de ese engaño era toda su culpa, que tal vez no había puesto la atención que debía, pero todo eso era mentira, hizo todo lo necesario para enamorar a Bright, para consentirlo cada día, para hacerlo feliz. Vivía por él y ahora sentía que estaba a punto de morir.

—¿Por qué me tiene que pasar esto? ¿Por qué? — volvió a preguntar ahogando un grito a penas, sintió la puerta del departamento querer abrirse.

El corazón se despedazó nuevamente y sentía como los pedazos se desvanecían a punto de reventar.

—¿Cómo te hago entender que eres el amor de mi vida y hago todo esto para protegerte? — susurro dando el primer paso para entrar a su habitación.

Bright entro al departamento y se sorprendió con fuerza al ver a Win sentado en su característico sofá, ese que era testigo de las noches donde se entregaban el alma completa, donde se amaban con dedicación y suavidad.

—¿Cómo te sientes? — preguntó con cautela.

No entendía como pudo preguntar esa clase de estupidez, sabía perfectamente como se sentía por qué su corazón también estaba sufriendo.

—¿Cómo quieres que me sienta?

—Win, no lo hagas más difícil, por favor.

—Aunque lo haya visto con mis ojos, no lo puedo creer — se levantó de inmediato para alcanzar al chico.

Bright retrocedió unos pasos dando a entender que no quería que se acercara, no podía soportar más sus lágrimas o terminaría por decirle la verdad y de cualquier manera se sentiría desilusionado.

—No puedo permitir que las cosas sean así.

—Solo créelo y ya — respondió con firmeza y con la mirada hacia abajo.

—No, no, debe de haber algo que se pueda hacer — tomo el rostro del pelinegro a pesar de los rechazos — Mi amor, yo sé que lo nuestro es verdadero, lo sentí aquí, tú también lo sentiste — señalo el pecho del contrario con desesperación — No me puedo permitir perderte de esta manera, nos íbamos a casar...

—No tiene solución, ya no se puede arreglar.

Se quedó inmóvil durante esos instantes, dejándose guiar por el tacto atan placentero que Win le brindaba a pesar del miedo que sentía, extrañaba tanto tenerlo junto a él, pero ahora eso había quedado en simples recuerdos.

—Sí, se puede solucionar. ¡Bright por favor mírame! ¡Reacciona! ¡Soy Win, el amor de tu vida!

—Eso hago y créeme, ya no veo lo mismo, ya no te veo de la misma manera.

El pelinegro tomo las manos del menor y las retiró de su rostro con la mayor delicadeza posible, no podía soportarlo más, ese martirio debía llegar a su fin.

—Entonces, ¿Estás diciendo que lo nuestro terminó?

Sintió como sus labios se oprimían al terminar es frase, todo lo que había pasado hace algunos minutos, todo era mentira, una mentira con la que cargaría durante toda su vida, le estaba rompiendo el corazón a la única persona que amaba, pero eso también era protegerla, lo estaba cuidando de todo lo malo que a su lado podía ocurrir.

—Si Win, se terminó.

Sus piernas no soportaban más el paso, así que prefirió irse a la habitación y desplomarse sobre la cama antes de que toda si situación ridícula volviera a quedar en evidencia. Amaba a Bright con toda su alma, ni siquiera podía explicarlo y ahora todo ese amor estaba siendo olvidado como si fuera una simple hoja arrastrada por el viento.

Bright simplemente lo miro encerrarse en la habitación mientras él se sentía la peor basura sobre el mundo, nunca había amado con tanta intensidad como amo a Win, fue su estrella iluminando la oscura noche que siempre lo asechaba, toda su vida se iluminó gracias a él, incluso sus amigos le repetían a cada momento cuanto admiraban a Win por haberlo hecho feliz.

—Win... — susurro de manera baja aventándose al sofá para dejar que sus ojos descargaran todo su peso.

Tan solo podía escuchar los rápidos latidos de su corazón y los sollozos provenientes de la habitación que tenía frente a él, esos que se quedarían clavados en su cabeza como puñales, asegurándose de nunca olvidarlos.

La mañana había llegado y ninguno de los dos se había dado cuenta de ello. Bright no tenía fuerzas para levantarse, pero debía hacerlo, debía afrontar esa situación, debía seguir adelante a pesar de no querer hacerlo.

Win simplemente quiso salir para saber si toda esa pesadilla había sido real, por qué no podía con esa enorme carga tan dolorosa que llevaba por dentro.

—Anoche creí que todo había sido una pesadilla — espetó con la voz baja, al encontrarse con Bright — Pero cuando me desperté y vi que no estabas a mi lado, confirmé que era real.

—¿De qué hablas? — regreso su vista hacia él con la misma mirada fría que tenía la noche anterior.

—Creo que merezco saber qué fue lo que paso.

—¿Qué quieres que te explique? Las cosas son como son, acéptalas y punto.

—Por lo menos dime quien es ella, ¿Dónde la conociste?

—Ella no es el problema.

—¿La amas? — preguntó titubeante y con el corazón apunto de salirse de su pecho.

—No, no la amo, pero me sirvió para darme cuenta...

—¿De qué? — devolvió la pregunta con un poco de preocupación.

—Qué ya no estoy enamorado de ti, por favor entiéndelo.

Win se dejó caer nuevamente de rodillas sobre el piso justo en el momento que Bright se dio la vuelta para caminar hasta el baño, no entendía como toda su vida perfecta, su cuento de hadas, pudo convertirse en una maldita pesadilla de la cual no podía despertar por más que quisiera. ¿Por qué todo tenía que ocurrir de esa manera? ¿Por qué?

Lazos de sangre│BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora