Capítulo 11. Cásate conmigo

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Un día diferente a todos los que habían vivido últimamente, volvían a despertarse juntos, sus manos amanecían entrelazadas como hace mucho tiempo, sentían que su vida podía ser la misma desde ese momento en donde volvían a demostrarse cuanto se amaban.

Después de todo lo que tuvieron que pasar ahora por fin volvían a estar juntos, disfrutar de su gran amor, de ese que los unió desde el primer momento en donde sus ojos se encontraron, podían revivir su primer beso, la primera cita, su primer roce de manos, ahora podían llevarlo incluso más allá, podían crear un verdadero futuro lejos de las mentiras y engaños que nunca más volverían a dañarlos.

—No puedo creer que vuelva a despertar junto a la persona que amo — susurro mientras acomodaba su brazo para sostener su cabeza y admirar a Win mientras dormía — Me gusta cada cosa que haces, cuando duermes eres hermoso y cuando estas despierto, con ese brillo en tus ojos donde puedo reflejarme con tranquilidad. Estoy tan feliz de volver a tenerte Win, eres la luz de mi vida, mi ángel, mi mundo, te amo demasiado — con lentitud dejo un suave beso sobre sus labios chocándose con su respiración delicada.

Se levantó de la cama dejando que Win descansara un poco más, volvía a sentirse liberado, eran solo dos días desde que su reconciliación se dio y como si fuera instinto, Win volvió a quedarse a vivir junto a él en su departamento, para ambos parecía un sueño que mientras más se demostraban amor más se convencían de lo real que era.

Comenzó a cocinar para tener un detalle con el castaño al momento que se levantara, extrañaba tanto esa tranquilidad que ahora volvían a entregarle y esta vez se aseguraría de mantenerla siempre junto a él.

—Buenos días mi amor — menciono el castaño mientras lo abrazaba por la espalda con mucha emoción.

—Buenos días preciosura — respondió besando sus manos para tomarlas con un poco de fuerza — Ya quería que despertaras para preguntarte cuando.

—¿Cuándo qué? — preguntó con el ceño fruncido al igual que sus labios.

—Cuando nos casamos.

Win dio un salto de emoción mientras un grito salía de sus labios, Bright lo recibió en sus brazos gritando de la misma manera en que él lo hacía, había esperado esa pregunta durante tanto tiempo, ahora por fin la había escuchado y no dejaría que cualquier otro problema lo alejaran nuevamente de él.

—Mi amor, cuanto antes mejor, ganémosle a la mala suerte ¿Sí? — respondió besando varias veces los labios del mayor.

—Entonces, iré hablar con Singto algunas cosas sobre la constructora que queremos crear y te envió un mensaje para verte en la cafetería.

—De acuerdo, te amo.

—También te amo — respondió besándolo con delicadeza, sin pena alguna de repetirle varias veces que lo ama.

Win sentía que su vida por fin volvía a ser la misma, su corazón estaba lleno de nuevo, su sonrisa volvía a formarse en sus labios durando todo el día, estar junto a Bright era su cura a todas las heridas que tenía en su corazón, poco a poco todas las dudas se fueron dispersando y ahora lo único que sentía era emoción por saber que podría unirse junto a la persona que ama.

El día paso, Singto se encontraba tan feliz como él, podían llevar una vida tranquila que solo se basaba en disfrutar del amor tan grande que el universo les había entregado, ahora solo se dedicarían a entregarles toda la felicidad posible. Después de terminar los últimos tratos de la constructora quedaron en comenzar a trabajar dentro de cuatro meses para que todo sea de manera legal.

—Sarita que bueno verte — espetó con una sonrisa a la mujer que era encargada del cuidado del edificio donde vivía antes junto a Win.

Sintió la necesidad de recordar un poco el lugar donde había disfrutado tanto, donde había plasmado esa gran felicidad que destruyo de la peor manera posible y ahora trataba de recuperar lo que había perdido. Había tantos recuerdos, donde habían cenado cada noche, creado bailes con tan solo escuchar su música favorita, ese lugar tenía grabado tanto amor.

—Joven Bright, hace mucho tiempo que no esta por aquí ¿Cómo está?

—Bien, solo vine a recordar un poco mi antiguo departamento, seguramente los nuevos dueños deben estar contentos, es un lugar muy acogedor.

—¿Nuevos dueños?

—Claro, Win vendió el departamento después que me fui.

—El joven Win no vendió el departamento, lo mantenido con él, ha pagado los servicios, y con todo al día, pero no se a quedado ha dormir aquí.

Bright abrió los labios mostrando sorpresa mientras regresaba su vista hasta la puerta, pensó que después de haber terminado su relación, Win había querido desaparecer todos los recuerdos que existieran de su amor, pero ahora que lo sabía sentía como si nada hubiera cambiado.

—Me darías una copia de las llaves.

La mujer pensó durante algunos segundos que no era una buena idea, pero no tenía mucha desconfianza con Bright, así que accedió de inmediato.

El pelinegro comenzó adornar el departamento con flores, hizo un camino con velas desde la puerta hasta el centro de la sala, compro la comida del restaurante favorito de Win y puso una cajita en el centro de la mesa, acomodo las copas al igual que el champan, cerró las cortinas y encendió la música para esperar a que el castaño llegará.

—Ahora bajo cariño — respondió con emoción.

Win se había sentido un poco ignorado por su novio durante todo el día, pensaba en que podría estar planeando Bright o tal vez de verdad estaba muy ocupado como para ni siquiera enviarle un mensaje, hasta que un mensaje le llegó con la ubicación de su antiguo departamento especificándole que lo esperaría frente a la puerta.

Una risa salió de sus labios cuando vio que su secreto había sido descubierto, no paraba de pensar en la propuesta que había escuchado en la mañana, en que por fin podría casarse, ser feliz junto al amor de su vida, junto a esa persona que tantas sonrisas le causaba. 

—¿Qué estás planeando? ¿Qué hacemos aquí? — con la mirada tierna y una mueca en sus labios.

Bright simplemente no respondió y vendó los ojos del castaño, entrelazo su mano con la de su novio y subieron juntos por el elevador hasta el departamento, abrió la puerta del departamento y dejo al menor frente al camino de flores y pidió que se retirara la venda.

—Bright ¿Y esto que es?

Sus ojos se abrieron con sorpresa, la luz de las velas se reflejaba en el piso, los pétalos estaban regados por cada rincón, el perfume llego hasta sus fosas nasales refrescándolo por completo y la mesa en medio de sala con su comida favorita, una botella de champan y dos copas de cristal color azul, había almohadas por el piso para poder sentarse y la ventana tenía una pequeña abertura para sentir la brisa ligera entrar.

—Ven — hizo una seña con su mano para que se acercara.

—¿Qué hacemos aquí?

—Descubrí que nunca vendiste nuestro departamento, así que decidí hacer aquí la propuesta que he esperado por tanto tiempo — espetó tomando la pequeña caja color azul, se arrodillo frente al menor y le mostro el anillo — Sé que he cometido muchas tonterías, por pensar en protegerte tome decisiones apresuradas, pero descubrí que nunca podré hacerlo, ahora que te recupere quiero preguntar ¿Win quieres casarte conmigo?

Win dejo que las lágrimas se escaparan de sus ojos mientras se arrodillaba frente a Bright, beso sus labios con delicadeza mientras sentía como la emoción abordaba todo su pecho.

—Claro que quiero casarme contigo.

La voz repleta de entusiasmo abandono sus labios, hasta que sus ojos se fijaron en el anillo y con delicadeza se lo puso en su dedo anular, todo lo hacía perfecto, la luz de las velas, la comida, la música, pero sobre todo el brillo que tenía Bright en sus ojos, ese que lo tenían enamorado desde que lo vio y a pesar de todo nunca desaparecería.

Lazos de sangre│BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora