Descansa en paz Solace

Promesas

No volví a pegar un ojo en toda la noche. Ese sueño, se había sentido tan real, me había hecho recordar sus suaves manos y su cálida voz.

En la mañana decidí ir a visitar a Hazel. Toque a su puerta. Nadie abrió. Volví a tocar y esta vez si se abrió, pero no era mi hermana; ahí estaba mi queridito cuñado

- Zhang

- Di Angelo- respondió él al saludo y se hizo a un lado para dejarme pasar

- ¿Dónde está Haz?

Él no me respondió, en cambio, la voz alegre de mi hermana sonó desde lejos

- En la cocina Nico

Camine hacia allí, y ahí estaba ella, todavía con el camisón del pijama cocinando

- Buen día- me dijo- ¿Cómo estás?
- Mejor- mentí

Ella me miro por unos segundos y luego rompió el silencio

-Crees que no me doy cuenta de cada oportunidad en la que mentís

-Estoy completamente seguro de que no te das cuenta cunado miento

-Nico

-Hazel

No sé cómo termine en sus brazos, llorando otra vez, rompiendo la maldita promesa una vez más

-Hazel, Will está muerto, muerto- ella no respondió, se limitó a abrazarme y llenarme de calidez en silencio

...

-Al menos tuviste a tu madre durante once años

-Will, tengo diez. Tenemos la misma edad

- siempre pienso que sos más viejo que yo

- ¿Por qué?

-porque sos aburrido

-Ayer me dijiste que era divertido estar conmigo

-Y lo es, créeme, sos divertidamente aburrido- dijo mientras reía. Luego de eso volvió al tema principal de la conversación- Entonces. ¿No vas a tener más mama?

-No sé. Creo que renunció al trabajo de mama o algo así y luego se fue al cielo

- ¿Se puede hacer eso?

-Parece que si

-Qué raros son los adultos- dijo Will- ¿Lloraste?

-Un poco

- ¿Solo un poco o mucho?

-Moderado

- ¿te duelen los ojos?
-Un poco

Y él me abrazo, un abrazo cálido y dulce, un abrazo que hizo que me diera cuenta de que no estaba solo

-Will, te estás perdiendo la fiesta- le dije

-No voy a volver al patio, me voy a quedar acá con vos

- ¿Por qué?

-Porque te quiero, y sos mi mejor amigo

-Perdón por arruinar tu cumpleaños- me disculpe

-Nico

-Will

-Te prometo que...

- ¡No! - le interrumpí- no prometas nada
-Por

-Las promesas son peligrosas, si prometes algo, tenés que cumplirlo, no importa lo que pase

-Pero yo quiero prometerte algo

- ¿Y si no lo podés cumplir?

- Ni idea, ¿Qué pasa si no cumplo una promesa?

-No lo sé, jamás he prometido algo

Ambos nos quedamos en silencio. El Will y el Nico de diez años que en ese momento eran los mejores amigos, los mejores amigos que estaban encerrados en la habitación de Will apoyados contra la cama, en silencio, compartiendo uno del otro. Su silencio era contrarrestado por los ruidos de los niños que estaban en la fiesta de Will en el patio.

Las manos de Will tomaron mi cabeza, y sus ojos me miraron, quedamos frente a frente.

-Nico, te prometo que nunca estarás solo, siempre voy a estar aquí para vos

- ¿Para alegrarme?

- Sipi

- Y yo te prometo que nunca volveré a llorar por estar triste

-Desde hoy solo se vale llorar por felicidad, ¿Dale?

-Dale

..
Doce años después, me encuentro tirado en el sillón de la casa de mi hermana mientras pienso en él, y pienso en que rompí mi promesa, y él también rompió la suya. Pienso, solo pienso

Me quedo allí tirado mientras recuerdo nuestras extrañas aventuras, todos aquellos momentos, su risa, su expendida risa, sus cálidas manos, sus rizos dorados que brillaban como el sol, y también recuerdo que él ya no está más aquí y vuelvo a llorar.

Cuando era chico lloraba mucho, pero desde que conocí a Will no encontré una razón para llorar, y ahora que murió siento que todo por lo que antes no lloraba ahora era motivo para con lágrimas crear un nuevo océano.

-Nico- la voz de mi hermana me saco de mis pensamientos. Ya estaba cambiada y en sus manos tenía un pequeño folleto. Se veía nerviosa, y preocupada- ¿Podemos hablar?