ECLIPSE

3

Habían transcurrido tres semanas desde ese incidente, ahora cada vez que chocamos miradas sólo termino avergonzado, tampoco ha vuelto a cruzar palabra conmigo, es como si la poca conexión que surgió en ese momento no hubiera significado nada.

Mi estado de ánimo no era tan alegre como para asistir a fiestas, aunque fuera la independencia de Colombia sabía que no terminaría en nada bueno. México organizó todo, la lista de invitados que -obviamente- todos los países podían asistir, comida, música, alcohol, y sobre todo, el ambiente. Al ser grandes amigos quedaba claro que se iban a combinar ambas culturas, no faltó el chocolate con queso en la mesa de bocadillos, tampoco el arroz, guacamole y por supuesto, el tequila.

— Alguien no se está divirtiendo — Chilló Guatemala abrazándome. Estaba completamente ebria aún sosteniendo su vaso vacío. — No seas un aguafiestas, si tienes fiesta solo disfrútala.

— Claro, y ¿terminar como tú? — Dije molesto al zafarme de su agarre. No toleraba que mis hermanos no tuvieran control con el alcohol, por eso ningún país nos tomaba en cuenta, y aún así no les importaba.

— Cierra la boca bagre, intento hacerte compañía para que no estés solo y sales con tus mariconadas —  Gritó tambaleante

— No necesito tu compañía, mucho menos cuando estas ebria — Lo dije, no me agradaba, aunque siempre había pretendido que sí, intentaba llevarme bien con todos, pero hoy no tenía mi mismo autocontrol que siempre. Guatemala intentó golpearme, por lo bastante que había bebido no midió su fuerza, pude ver que sus intenciones eran romperme el rostro pero, pude esquivarlo sin ningún problema. La cuestión es que estuvo a punto de caerse sobre una reja de botellas rotas, y habría sido sino fuera por México, que la sostuvo antes de hacerlo.

— ¿Qué pasa aquí? —  pregunto cargando a Guatemala entre sus brazos.

Dude en responder, ¿por qué debía contestar a su pregunta? él no es nuestro niñero, tampoco nuestro padre, no, no respondería a ello.

— Guatemala vió que Perú estaba solo, simplemente quería hacerle compañía pero... Perú no estaba de buen humor, así que... pasó todo esto—  Explicó Bolivia tan rápido como pudo, después de haberle dicho todo se retiró.

— México volteó a mirarme, no pude comprender qué reflejaba su mirada, siempre suele ser como un libro abierto cuando expresa sus emociones, pero esta vez, no, solo mostraba seriedad, no dijo absolutamente nada sobre lo ocurrido. suspiró y se llevó consigo a Guatemala.

Salir de la fiesta no era una opción, aunque intenté hacerlo, Argentina -que se hallaba aquí- me lo impidió, mencionando algo sobre una sorpresa. Al menos me habría agradado su compañía, después de lo de Guatemala me encontré solo.

Todos festejaban alegres al colombiano, mientras que mis hermanos jugueteaban en quién comía más botana, los europeos y asiáticos se mantenían intactos en un salón, algunos de ellos señalando a ciertos latinoamericanos simplemente para burlarse, pude notar que reían específicamente de Chile, que se había atragantado con una papa y los demás golpeaban su espalda para que la escupiera, todo esto agregando las horrorosas caras que hacía provocaba más risas a todos... a todos menos a Alemania.

Tenía el presentimiento, o más bien, la mirada de alguien sobre mí, visualicé alrededor y nuestras miradas se encontraron, ambos sabíamos que no nos agradamos, que somos tan diferentes como para poder llegar a ser amigos, aunque... sus luceros violetas me miraban con gran intensidad, Ucrania movía su copa en círculos, tenía la corazonada que en algún momento se cansaría y apartaría la vista, porque no me dejaría vencer en ese tonto juego de miradas, pero... espera, ¿copa? ¿a ellos les habían dado copas? levanté mi vaso de plástico rojo bebiendo todo, le demostraría que aunque ellos tuvieran vasos elegantes o finos no importaba, porque nuestros vasos baratos cumplían la misma función.